Muy Pute, cuando la heteronorma te da patriarcadas
Por Julieta Pollo para La tinta
Es ilustrador, puto y cordobés. Y, de esa paleta, nació Muy Pute, un proyecto de ilustración, formación y crítica disidente que, a poco más de un año, ya tiene más de 43 mil seguidorxs. «Soy ilustrador porque uso las herramientas del diseño, la ilustración y el activismo gráfico para comunicar. Puto porque es mi reivindicación: esos agravios que siempre fueron en tono despectivo, hoy forman parte de mi identidad. Y estoy un poco cansado del porteñocentrismo… yo soy cordobés», enfatiza Lucho.
Hace un par de años, empezó a experimentar con las herramientas digitales: ilustraba nudes que le mandaba la gente y subía los diseños a su primera cuenta de instagram, Muy Putite. Tiempo más tarde, la cuenta fue censurada por infringir las nuevas normas de la red social y así nació Muy Pute: «Se convirtió en una cuenta de militancia y opinión. Me interesaba compartir herramientas de formación y discursivas de todo tipo, herramientas argumentativas para lo que nos indigna de la realidad».
En entrevista con La tinta, Lucho habló sobre activismo LGBTIQ+, nuevas masculinidades, estereotipos y heteronorma. Explicó por qué cree que es necesario desromantizar el «salir del clóset» y escuchar lo que las disidencias tienen para decir sobre sus propias vivencias y posturas. «Los lentes del feminismo y los lentes disidentes son un viaje de ida. Ya no podés volver atrás».
Dibujar las violencias
En el bondi que todos los días lo llevaba de casa al call center, y viceversa, MuyPute fue escribiendo la Historia de una Marika. Recrear lo vivido en el trajín cotidiano y plasmarlo en un cuaderno repleto de bocetos y palabras fue la antesala de esta serie de 10 capítulos ilustrados que se compartieron en Instagram entre diciembre del año pasado y marzo de este.
—¿Qué te llevó a compartir tu propia historia?
—Me interesaba, especialmente, poder compartirla porque, recientemente, me fui percatando de muchas violencias que sufrí. Yo era de las personas que decía: “A mí nunca me discriminaron”. Pero, después, me empezaron a caer muchas fichas, también cuando empecé a leer a mis referentes. Yo también viví violencias, pero estaban tan naturalizadas que yo creía que no. Mientras escribía, a veces, fue un poco duro recordar tanto, acordarme de momentos con amigos que ya no lo son… fue duro, pero necesario. Poder reconocer un montón de vivencias como violencia me ayudó a entender cuán naturalizada tenemos la heteronorma y cómo, a partir de eso, podemos ser reproductores de la misma heteronorma.
Yo dije: “Con que le sirva a una persona, que se sienta acompañada, es un motón”. Y me llegaron y me siguen llegando muchos mensajes, y me gusta porque lo siento como una comunidad, una persona se siente segura como para contarme algo: que le pasó lo mismo o que se sintió muy identificade, y eso es invaluable. Es sorprendente cómo podemos sentir más empatía con una persona que no conocemos que con nuestro propio círculo, en amigues y familiares, ¿qué estamos haciendo mal para confiar más en una persona que no conozco y, a la vez, creo conocer por redes sociales?
—Con 43 mil seguidores y la cantidad de interacciones que generan tus posteos, no debe ser fácil seguir el ritmo. Sin embargo, contestás muchos de los comentarios que te hacen, ¿cómo gestionás la interacción y este acompañamiento del que hablabas antes?
—Es complicado acompañar todo eso porque esas personas me ven, me consumen, saben parte de mi vida -que es la que yo decido contar-, pero yo no las conozco, no sé ni su nombre a veces. Entonces, desde el vamos, es una relación asimétrica porque yo estoy posicionado como en un lugar de referencia, entonces, con esa responsabilidad, tomo la posta para comunicar. En vez de hacer una bajada que parezca tan clara, trato de hablar desde mi experiencia, cómo yo leo o interpreto estas vivencias y opresiones. Si algo aprendí del feminismo desde el momento uno es que lo personal es político. Desentramar nuestra vida personal nos hace entender un montón de opresiones que tenemos internalizadas. Los lentes del feminismo y los lentes disidentes son un viaje de ida. Ya no podés volver atrás.
Hoy en día, me sigue mucha gente joven, eso me sorprende y, a la vez, me da un poco más de esperanza porque, digo, estamos consumiendo otro tipo de contenido. Yo creo que soy otro tipo de contenido, represento eso que a mí me gustaría consumir, entonces, creo que es un buen síntoma, pero necesito también que esas personas de esa edad también empiecen a activar para que podamos hacer lecturas fáciles de entender. No me gusta la gente que la hace difícil porque no es accesible. El entendimiento tiene que ser transversal: lo debe poder entender alguien de 15, de 30, de 50, etc. Las personas que están pensando en activar, tienen que activar. Crearse una página con contenido contrahegemónico, ya sea de dibujo, poesía, no importa de qué modo.
Rainbow washing
A dos semanas del Día del Orgullo LGBTIQ+, Muy Pute posteó un contundente «Si no querés salir del ‘closet’ está todo bien», postura que ya había compartido en sus redes el año pasado. Una invitación a avanzar en la actualización de ciertas consignas que, si bien son una conquista histórica del colectivo, hoy, requieren una complejización que tome en cuenta las condiciones que atraviesan esta decisión.
—Hace tiempo, venís hablado de la romatización de la «salida del clóset», ¿qué te motivó a problematizar esto en tus redes?
—El año pasado, había una publicidad muy famosa que, cuando la vi, me pareció muy linda, me emocionó, la compartí, la consumí como cualquiera. Después, un compañero hizo una reflexión sobre la publicidad -por eso, digo que mis referencias son mis compañeres- y comenzó a desmenuzar la idea y, cuando vi eso, entendí. Me emocionó porque, desde la publicidad, se buscó eso, pero ¿es igual para todo el mundo? No. Dentro del colectivo disidente, hay muchas opresiones internalizadas y hay letras del colectivo LGBTIQ+ que tienen más visibilidad que otras. Eso hay que reconocerlo y cuestionarlo. ¿Por qué las personas cis tenemos más visibilidad en un colectivo que se supone disidente? ¿Por qué nuestras vivencias tienen más repercusiones? Está mortal ser libre, pero ¿estamos viendo lo que pasa en el mundo? ¿O estamos viendo solo nuestra letra dentro del colectivo LGBT?
Yo tuve una gran suerte de poder salir del clóset, a mí no me echaron de mi casa, no me obligaron a dejar la facultad, de hecho, yo dije hasta dónde podían opinar y hasta dónde no. Pero, ¿qué pasa con esas personas a las que esta sociedad heteronormada les impone permanentemente? Entonces, que venga en un momento particular una marca a decirme que todo es lindo, que la banderita, que el papá conduce, la mamá sentada en el asiento del acompañate -una pareja heteronormada- y la sonrisita del padre al final de la publicidad que es el aval de la publicidad, el hombre cis heterosexual padre de familia reafirmando y avalando, y ahí termina. Y no. Ahí no termina. Pasan un montón de otras cosas. Estamos bombardeados de marketing y publicidad, pareciera que es una moda decirle a las personas que sean libres. Perfecto, ¿bajo qué circunstancias? ¿Qué pasa con quienes viven en provincias o pueblos sumamente conservadores? ¿Qué pasa con quienes viven con familias sumamente religiosas? Esas personas, ¿tienen una misma salida del clóset? No. Esa idea de salí del clóset, sé vos mismo, sin tener en cuenta la realidad de la mayoría de las personas, no. Hagamos otras lecturas en base a otras vivencias. A eso voy cuando pido silencio a otras personas, que, en su gran mayoría, son hetero cis. Hagan silencio que estamos hablando nosotres. Nosotres vamos a decir cómo comunicar esto que nosotres hemos vivido.
—Callar y escuchar fue tu respuesta al twit de Jimena Barón de la semana pasada. Resonó tanto que llegó hasta la cantante, quien después se contactó con vos. ¿Por qué considerás que ese mensaje fue desatinado?
—Cuando vi ese twit de Jimena, me pasó de querer explicar por qué estaba mal y no solamente hacer un consumo cuasi irónico de la situación. Todo el tiempo se están metiendo en su vida personal, es una persona que tiene 6 millones de seguidores… que no se interprete que soy un hater, no es querer echar bardo. Es desmenuzar su contenido, una crítica constructiva en base a un discurso que ella estaba teniendo y que era bien intencionado -porque yo vi su buena intención, no dudo de eso-, pero son discursos instalados que se siguen reproduciendo y que no nos hacen bien. Entonces, nos escuchemos, escúchennos para saber también cómo comunicar. Ella tiene una gran responsabilidad y lo sabe. A mí no me interesa su vida privada, sino la comunicación responsable, más en este mes particular. Este es un mensaje que se piensa liberador, pero que era liberador hace unos años… ahora estamos pensando otras cosas. Mi intención fue cuestionar el discurso, discutir políticamente sobre las opresiones instaladas que tenemos internalizadas.
—En el post, varias personas preguntaban qué es ser «paki», una palabra que viene del colectivo de lesbianas de los 60 y que hoy es muy usual, ¿cómo definirías a una persona paki?
—Paki es una persona defensora de la heteronorma que no tiene interés en cuestionarse. Si estamos diciendo algo y, antes de pensar, lo cuestionás, sos una persona paki. Si antes de escuchar lo que tenemos para decir, de pensar por qué lo decimos y de reflexionar, decidís contraargumentar, sos una persona paki. No estás entendiendo que tenés un privilegio y que tu existencia nunca se va a cuestionar por tu heterosexualidad. Para mí, todas las personas heterosexuales cis son pakis hasta que se demuestre lo contrario. Muchas personas me preguntaron: ¿Cómo hago para no ser paki? Cuestionen su sexualidad, cuestionen la heteronorma. El cuestionamiento a la heteronorma es hacerse preguntas. ¿Realmente sos hetero por elección? ¿En qué momento eligieron esta vida? ¿Por qué sus vínculos sexo-afectivos son de esta forma? ¿Por qué hoy te hace más ruido que venga un puto a cuestionar tus mandatos, que si lo hiciera un chongo? ¿Por qué les incomoda tanto que personas no hetero vengamos a discutir políticamente estas cuestiones? Es mejor cuestionar preguntándose que bajando una línea, entonces, yo prefiero preguntar.
Ningún pibe nace macho
El 15 de abril, encontraron a Camila asesinada dentro de una bolsa y enterrada a 200 mts. de la casa de su ex novio Ariel González. Ese día, Muy Pute fue preciso: Traicioná a tus amigos. «¿Quieren seguir diciendo ‘se va a caer’ el patriarcado? Bueno, chicos, tienen que dejar de sostenerlo. En lo público, pero, sobre todo, en lo privado. Y con ustedes mismos (…) Traicionen a sus amigos. Corten con los lazos de complicidad. Hagan algo, pero ya».
—Hay una construcción fuerte en torno a las nuevas masculinidades, pero son muy pocos los varones cis heterosexuales que problematizan sus privilegios y las violencias que ejercen por acción u omisión. ¿Te parece que tu contenido puede llegar a ellos, así sea por un error de algoritmo, y despertar conciencia?
—Creo que sí. Mi contenido busca concientizar con argumentos sólidos porque son datos, son hechos: hace dos semanas, mataron a un activista gay y, hace una semana, una activista lesbiana se suicidó en Canadá después de haber sufrido torturas en Egipto. Esos son datos y los datos son incuestionables. Las personas cis heterosexuales y, sobre todo, los varones cis heterosexuales, tienen una enorme responsabilidad de hablar con sus amigos. Creo que mi contenido puede generar mas empatía y entender que no es la disputa frente al varon cis heterosexual blanco, sino lo que representa, que conlleva un montón de violencias.
La construcción de esa masculinidad hegemónica deja por fuera a la mayoría de los varones cis heterosexuales porque ¿quién cumple con todas esas normas para entrar en la masculinidad hegemónica? Entonces, al sentirse por fuera de eso, buscan otros espacios para comprender por qué y ahí comienzan a comprender que es porque existe el patriarcado, la heteronorma y estructuras de poder que generan angustia, culpa, bronca. Poder entender más abre la puerta a que se cuestionen esas emociones y ahí entra un poco lo que decimos de las nuevas masculinidades. En plural, porque son masculinidades que no son hegemónicas y que, en diferentes medidas, escuchan más, se cuestionan más, se presentan como aliadas -y digo se presentan porque las alianzas son en conjunto, no puedo elegir unilateralmente aliarme a un conjunto si ese conjunto no está buscando aliades-.
Esas nuevas masculinidades de varones cis heterosexuales son un buen síntoma… vienen de un cuestionamiento que hace el feminismo y, hoy, también del colectivo disidente, porque estamos discutiendo estas formas de vincularnos. Pero no puedo quedarme en entender la estructura de poder del capitalismo y el patriarcado que nos oprimen: tenemos que hacer, ocuparnos de eso y creo que, con que una sola persona lo haga, ya es un montón.
Vamos por todo
En tiempos de pandemia, muches se animaron al streaming y Muy Pute fue une de elles. Junto a Marika Combativa, iniciaron una serie de vivos de Instagram y en uno, entrada la madrugada, prendió la idea: hagamos un programa de radio. «A los días, me llama la Marika y me dice: ‘El programa de radio es posible’. A los productores de Radio Monk les gustó el contenido que hacemos y empezamos a salir con Vamos por todo los lunes, miércoles y viernes de 10 a 12 del mediodía», cuenta el activista gráfico.
—¿Cuál es el enfoque de Vamos por todo?
—Discutimos y cuestionamos temas de la actualidad: desde un meme que vimos que nos generó indignación hasta un twit o lo que dijo Beto Casella sobre la homosexualidad. Hoy, estuvimos hablando sobre la salud mental en contexto de pandemia y la importancia de tener legislaciones. Estamos muy contentes, se está generando una comunidad re linda de gente que tiene la valentía de levantarse temprano a escucharnos. Estamos con Marika que es casi psicóloga y Clara que es psicóloga.
—En uno de los vivos con Marika Combativa, se abrió la discusión de por qué vos no usás tacos y, después, compartiste: «Yo soy mi propia versión de trolo, nada me saca ni me agrega valor simbólico a esa construcción de mi identidad política». Me parece interesante pensar los estereotipos al interior del colectivo.
—Se trata de que cuestionemos nuevamente para no reproducir mandatos de homosexualidad, el “cómo ser un buen gay”. Mandatos reproductores de estereotipos de cuerpo, de lenguaje, de código, de formas de vincularse sexo-afectivamente, que también son mandatos que se instalan, porque, si yo digo que no uso tacos, se me cuestiona que no estoy tan deconstruido. No, no uso porque no tengo ganas y, dentro del colectivo, todas las existencias son válidas. Nuestras existencias, de por sí, son políticas, pero tenemos que seguir insistiendo en el cuestionamiento del mandato que termina siendo un peso más sobre nuestras vidas.
—En el mapa Instagramer, ¿qué otres activistas nos recomendás conocer?
—Por supuesto, compañeras militantes anti racistas, de quienes, los últimos seis meses, he aprendido muchísimo. Anahí de Abya Yala es una compañera que me escribió para charlar sobre un posteo que hice de la wiphala, cuando fue el golpe de Estado en Bolivia, y me explicó por qué no es una bandera y el concepto colonialista que tiene detrás esa palabra, y ahí empezamos a tejer y, hoy, somos amigos y charlamos siempre. Jennifer Parker creo que es muy necesaria; la Marika Combativa, compañera y amiga; Brenda Mato, de la que aprendo constantemente sobre activismo gorde; Candelaria Botto, que es periodista y economista de Economía Feminita y me hizo entender que absolutamente todo tiene que ver con el feminismo; Louis Yupanki, que es una compañera trans que tiene un contenido súper necesario y que, a mi entender, representa también la militancia de otra generación, tiene 19 o 20 años; son tantas… Algo que tienen en común todas estas personas es que ponen información a disposición y su salud mental en lo público, deciden intentar educarnos.
*Por Julieta Pollo para La tinta. Ilustraciones: Muy Pute.
