51 ollas a 51 años del Cordobazo
Trabajadores y trabajadoras de distintos sectores protagonizan, hoy, una jornada de lucha conmemorando los 51 años del Cordobazo y actualizando las demandas de esta gesta histórica. Apuntan contra el Gobierno de la Provincia de Córdoba y denuncian el ajuste brutal sobre les trabajadores y quienes menos tienen.
Por Anabella Antonelli para La tinta
“El gobierno de Schiaretti utiliza la pandemia como excusa para decretar, prácticamente de manera arbitraria, una serie de medidas antipopulares que generan mucho malestar”, explicó Federico Giuliani, Secretario General de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) de Córdoba.
Desde el mediodía de la jornada de hoy, se llevarán adelante 51 ollas populares en distintos puntos de la provincia de Córdoba: “Así como el capitalismo se recicla y se reconvierte, nosotros tenemos el desafío de reinventarnos en tiempos de pandemia”, dice Giuliani.
Las demandas al Gobierno de la Provincia de Córdoba, y un nuevo aniversario del Cordobazo, convoca a un abanico multisectorial a esta jornada de protesta, integrada por el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la Federación de Organizaciones de Base (FOB), Trabajadores Unidos por la Tierra (TraUT), Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO), Encuentro de Organizaciones (EO), Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Agrupación Martín Fierro, Marta Juárez, Movimiento Campesino de Córdoba, La Poderosa, Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), gremios que integran la CTAA, estudiantes universitarios de arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba, representantes de la Federación Universitaria de Río cuarto.
Para Mercedes Ferrero, integrante de TraUT, “es muy valioso y oportuno que no haya divisiones entre las trabajadoras y los trabajadores, entre los jubilados, entre las trabajadoras de la economía popular y los trabajadores la economía formal, entre los cooperativistas y las mujeres que estamos organizadas y en lucha”.
En una Córdoba víctima del industricidio, 51 años después de la gesta histórica, el Cordobazo se actualiza visibilizando las luchas cotidianas, con ollas populares en Córdoba Capital, Cruz del eje, la zona de ruta E56 en Despeñaderos, San Agustín, Río Cuarto, Sampacho, Adelia María, Villa María, San Francisco, Río Tercero.
El eje central de la acción es el ajuste del Gobierno de Córdoba focalizado en los y las trabajadoras, y quienes menos tienen. En el comunicado público difundido, expresan que “las medidas para los sectores populares se siguen demorando o son insuficientes. Pero el hambre, la salud y la dignidad no esperan más”.
Reclaman acciones concretas de todos los niveles de los Estados, en todos los ámbitos de la vida social. Plantean la necesidad de una Renta Básica Universal, el no al pago de la Deuda Externa “odiosa, ilegítima, ilegal, fraudulenta”, contra la criminalización de la pobreza y la protesta social, y la militarización y el disciplinamiento social por parte de las Fuerzas Represivas del Estado. Además, exigen que se apruebe el impuesto a la Riqueza y se ratifiquen las luchas de trabajadorxs estatales con la reapertura de paritarias y el pase a planta permanente, la reincorporación de les trabajadores despedides en el macrismo, unas 700 en Córdoba, y mayores cuidados para la primera línea de la Salud Pública.
En cuanto al sector privado, reclaman por la reducción salarial, los despidos pese al decreto presidencial, por la conformación de comités mixtos de Seguridad e Higiene Laboral, y por la regulación del teletrabajo “que precariza, genera una brecha tecnológica importante y donde el trabajador gasta electricidad de su casa, en donde no tenés franja horaria, y a las compañeras mujeres les genera triple trabajo”. Giuliani expresó, además, que se suma la reforma previsional “realizada a espaldas del pueblo entre gallos y medianoche, con una sesión de carácter virtual y express donde no solo se le mete mano a los jubilados con una quita importante para adelante, sino que se hipoteca el futuro de quienes hoy son trabajadoras públicas de la provincia”.
Desde las organizaciones sociales, se reclama la creación de un programa específico para el sector, denunciando la suspensión de los programas de empleo, el pago adeudado a trabajadoras de la economía popular, la asistencia alimentaria a comedores populares duplicando lo acordado, el abordaje urgente a la emergencia sanitaria de los barrios populares, garantizando el acceso al agua potable y la implementación inmediata de la ley de agricultura familiar para la seguridad alimentaria.
“Para una persona cuyo único sustento es un programa provincial de empleo, es terrible ese recorte, igual que para una persona que tiene que asistir a un comedor y que el espacio esté amenazado por falta de recursos. Pasa igual con las trabajadoras que viven al día de su esfuerzo diario y la provincia tarda meses en pagarles cuando el trabajo se termina en tiempo y forma”, denuncian desde el EO.
En el ámbito estudiantil universitario, exigen que se garanticen los derechos estudiantiles conquistados, como el funcionamiento de los comedores universitarios, las áreas de salud de las universidades, las becas de conectividad y por la reapertura de los espacios democráticos y de representación.
“No se puede sacar ni un peso más ni un recurso más de los barrios populares, de la clase trabajadora, de los jubilados, de las mujeres organizadas y en lucha”, dice Mercedes y explica que la provincia, aunque con algún altibajo, viene de años de crecimiento económico sostenido, “si el Estado provincial, en este momento, está quebrado, tiene que ver con un modelo recaudatorio que no sirve y es sumamente injusto”.
Para Giuliani, Córdoba es “una provincia rica, exportadora de agroalimentos para millones en el mundo, con una matriz de concentración de la riqueza donde unos pocos grupos ligados a la renta minera, sojera, al juego, los terratenientes y la renta financiera, o relacionada a la obra pública, acumularon la riqueza en deterioro de la calidad de vida de nuestro pueblo”. Remarca que los índices de pobreza de la provincia son los más altos del país y que los índices de desocupación y la precarización laboral están por encima de la media nacional.
El conflicto de transporte urbano e interurbano que hace casi 50 días se vive en Córdoba impacta fuertemente a “los trabajadores de a pie, aquellos que tienen servicios esenciales y no pueden trasladarse de sus barriadas a los lugares de laburo. Hay una connivencia del gobierno provincial con la patronal para no resolverlo porque el transporte estaría dando pérdida en este marco de aislamiento preventivo, social y obligatorio”, explicó Giuliani.
“Agustín Tosco tuvo una enorme sensibilidad y la capacidad para captar las necesidades del ser humano de un modo muy profundo. Eso le daba la claridad de adónde había que estar y, de ahí, su entereza, su firmeza para decir ‘no’ a todas las formas de domesticación de la lucha”. Mercedes entiende, además, que, en este contexto, es importante revalorizar y actualizar el Cordobazo, en tanto “está en juego nuestra libertad, nuestra justicia, nuestra posibilidad de realizarnos como personas, el sufrimiento humano, está en juego que no hay pan, que no hay trabajo, están en juego los recortes a los jubilados, los recortes de las garantías de sustento de los sectores populares, la autonomía de las mujeres, los cuidados más básicos como el acceso al agua en los barrios populares”. Para Giuliani, actualizar el Cordobazo significa “continuar esa pelea entre un proyecto de liberación y otro de dependencia, porque esa contradicción sigue estando y hay que dar la pelea (…) Para nosotros, la salida es con más política, con una mirada popular para que a la crisis no la paguemos los trabajadores”.
“Está en nuestras manos decir que no pueden solucionar esto metiéndole la mano en el bolsillo a una mujer a cargo de cuatro hijos y que no está pudiendo salir a realizar sus trabajos habituales por el contexto de la pandemia, y que les da de comer con eso”, expresó Marcedes, “eso es de un nivel de crueldad que la dignidad del pueblo en lucha no puede permitir”.
*Por Anabella Antonelli para La tinta. Imagen de portada: Maru Olazábal.