Crisis humanitaria y política en Bolivia en medio de la pandemia
La situación en Bolivia debido a la pandemia del coronavirus puede transformarse en crítica. Mientras tanto, el gobierno de facto está ocupado en la campaña electoral.
Por Odalys Troya para Prensa Latina
Bolivia atraviesa una crisis humanitaria y política en medio de la Covid-19, con presagios de miles de muertes en menos de cuatro meses, emigrados varados en sus fronteras y un gabinete presidencial que tambalea.
A pesar de las medidas indicadas por el gobierno de facto, que se concentran fundamentalmente en una cuarentena para todos, la enfermedad puede seguir aumentando ante la falta de pesquisas, insumos de protección para el personal de la salud, y la dedicación de figuras políticas, como la propia presidenta transitoria, Jeanine Áñez, a su campaña electoral.
En medio de la pandemia, el ministro de Salud, Aníbal Cruz, de forma sorpresiva, renunció a su cargo el miércoles 8 de abril, y fue sustituido por Marcelo Navajas. Según Áñez, “el doctor Cruz da un paso al costado por motivos personales”, pero la renuncia tuvo lugar en medio de denuncias de diversos sectores por la incapacidad del gobierno de facto para atender la emergencia sanitaria. Al otro día, el viceministro de Salud, Erwin Viruez, también presentó su carta de renuncia irrevocable al cargo, de igual forma, por “razones personales”.
Pocos días después de su dimisión, el propio ex ministro Cruz presagió a través de un video en Youtube que, de seguir las cosas como van, las personas con la Covid-19 llegarán a 900 en los próximos cuatro días y a 48 mil en cuatro meses, y las muertes sumarán unas 3.840. El ex titular de Salud dijo: “Lastimosamente, cuando se hace política partidaria la vida no tiene precio, a ellos no les interesa. Bolivia debe tener un momento de reflexión humana”.
En este escenario, el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) denunció que los pueblos originarios del país son excluidos de las medidas contra la Covid-19 anunciadas por el gobierno de facto.
De acuerdo con la Cejis, Bolivia es el país que más avanzó en la región en el reconocimiento constitucional de sus pueblos originarios con un importantísimo catálogo de derechos, entre ellos el acceso al sistema de salud universal y gratuito, respetando su cosmovisión y prácticas tradicionales. Sin embargo, situaciones como la amenaza de la pandemia de la Covid-19 son un reflejo de la brecha entre el reconocimiento de estos derechos y su implementación, aseguró el centro de estudios.
“Ante esta situación de indefensión, gran parte de los pueblos indígenas (…) en el marco de su libre determinación, han asumido el autoaislamiento como una medida para precautelar su vida y su salud”, recalcó la Cejis.
En tanto, numerosas protestas por la falta de acceso a alimentos y otras necesidades esenciales, y que han terminado en detenciones, muestran la situación agravada para quienes viven del “día a día”. Sectores reaccionarios, afines al gobierno de facto, aseguran que son seguidores y miembros del Movimiento al Socialismo (MAS), que lidera el ex presidente Evo Morales, los que incitan a esas manifestaciones.
“No es masista quien está en la calle reclamando, es gente que demanda por hambre. Es falso que el MAS esté tratando de hacer que se rompa la cuarentena”, subrayó Andrónico Rodríguez, dirigente cocalero y militante del MAS.
La fuerza política rechazó a través de un comunicado que, en medio de esta crítica situación generada por la pandemia de la Covid-19, personas inescrupulosas estén impulsando campañas de mentiras y desprestigio en su contra, al tiempo que enfatizó su respeto y apego a la vida.
En medio de este panorama, cerca de 500 bolivianos procedentes de Chile fueron confinados en un campamento instalado por el gobierno de facto en el distrito municipal de Pisiga, en la frontera con ese país, entre ellos embarazadas, niños y adultos mayores. Aseguran que carecen de alimentos, productos y servicios de primera necesidad, como frazadas para protegerse de las bajas temperaturas en horas de la noche y madrugada.
También, del lado de Chile, quedaron unas 1.000 personas, muchas de las cuales se encontraban trabajando en la vecina nación y decidieron regresar en el contexto de la pandemia, pero policías y militares le impidieron la entrada. Ante la negativa del gobierno de facto, el alcalde del municipio de Colchane en Chile, Javier García, decidió acoger y apoyar a los bolivianos.
El líder indígena y ex presidente Evo Morales (2006-2019) agradeció a García por las gestiones, con su par de Iquique, Mauricio Soria, para que sus compatriotas sean trasladados a un albergue en esta última localidad. “La solidaridad y hermandad de nuestros pueblos traspasa fronteras”, expresó Morales.
También lamento la insensibilidad del gobierno que no permite que “nuestros hermanas y hermanos, muy humildes, muchos jornaleros que han perdido por la pandemia su trabajo en Chile”, ingresen a Bolivia, escribió Morales en su cuenta en Twitter.
Bolivia tiene hasta la fecha (por ayer) 330 casos confirmados de la Covid-19 y 27 fallecidos, cifras que reflejan una alta letalidad, de acuerdo con cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
*Por Odalys Troya para Prensa Latina / Foto de portada: Chaski Clandestina-o