España: crisis económica en puerta, salvar vidas como prioridad

España: crisis económica en puerta, salvar vidas como prioridad
1 abril, 2020 por Tercer Mundo

Es uno de los países más afectados en el mundo por el coronavirus. La pandemia que recorre todas las latitudes deja en evidencia, entre otras cosas, las profundas diferencias en la Unión Europea.

Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta

Los números de contagios y fallecidos en España siguen en alza, superando a China. El achatamiento de la famosa curva parece empezar a responder, pero lentamente. El pico de contagio sigue sin alcanzarse y el país está paralizado. “Entre tanto, todo lo que puedo ofrecer es sacrificio, resistencia y moral de victoria”, declaró el presidente Pedro Sánchez al resumir el drama que golpea a España.

Ante ese panorama, el gobierno amplió el confinamiento y endureció las medidas de alarma para las casi 47 millones de personas que viven en el país, anunciando la orden del cese de todas las actividades no esenciales. Ahora, únicamente las actividades que podrán seguir desarrollándose son las básicas e imprescindibles, y las que puedan llevarse a cabo con el teletrabajo. Se supone que estas medidas se mantendrán hasta el actual plazo del estado de alarma, el 11 de abril. Para algunos políticos de la oposición, este confinamiento generalizado de la población se produce tarde, luego de se hayan superado los 80.000 contagiados y los 6.000 fallecidos por el Covid-19.

Estas nuevas restricciones en la actividad económica se asemejan a la situación que se vivió en la provincia china de Wuhan, epicentro de la pandemia. La principal y única diferencia entre las dos situaciones es que China aplicó las mismas contundentes medidas en una de sus 33 provincias. El resto de territorio chino mantenía la movilidad de personas y parte de su producción económica. En cambio, aquí, el freno es casi total en un país entero.

Por ahora, el sistema sanitario resiste y lo que se busca con esta última medida es que no colapse si los contagios siguen aumentando al ritmo de la última semana. Así, el horizonte del coronavirus en España fuerza la “hibernación de la economía”, un cada vez más cercano desbordamiento de los hospitales y cierto desánimo general.

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La Unión Europea no tan unida

El presidente Sánchez, junto a otros mandatarios como el italiano Giuseppe Conte, viene aumentando la presión sobre la Unión Europea (UE), a la que le reclama “decisiones valientes y contundentes”. La reacción del bloque comunitario está siendo poco coordinada y nada colectiva, según los discursos de los políticos de los países más afectados. Lo cierto es que el desmarque de algunos países en una situación dramática como la que se vive es palpable y entra en contradicción con los principios fundadores de la UE.


Lo que piden los países más afectados por la crisis del coronavirus es poder echar mano a recursos comunes. Quienes se oponen al desembolso para los más golpeados alegan que se tendrían que haber hecho reformas económicas y sanitarias previas para afrontar mejor esta situación.


Para hacernos una idea del crack económico que está dejando no solo en España sino a nivel mundial, las previsiones de evolución del PBI chino están entre el -4.2 y -9 por ciento, lo que supone su primera contracción desde 1976. Si China, origen de la pandemia y país que mejor salió parado de la actual crisis, tiene esas previsiones, el panorama para países del sur de Europa y Latinoamérica es oscuro.

Las políticas de contención del virus dejarán un profundo coste en vidas humanas. Al mismo tiempo, darán fruto a una nueva crisis socioeconómica. Por ello, es fundamental complementar las restricciones de distanciamiento social y cuarentena con ayudas directas a los más vulnerables, e impedir que los lazos sociales se quiebren -el caso de Argentina es un buen ejemplo-.

Estados fuertes

El coronavirus nos interpela como sociedad y nos hace ver la importancia de contar con un Estado fuerte, con una sanidad pública, gratuita y digna. Ahora, muchos nos desayunamos con lo que representa tener un Estado protector y robusto, y unas políticas de bienestar que lleguen a todos los sectores. Vemos un regreso del keynesianismo puro que ojalá se mantenga a largo plazo y se profundice.

También está resurgiendo la confianza en la ciencia y los profesionales. Los políticos son los que se asesoran con los científicos, son los epidemiólogos y los virólogos los que explican el cómo y los que están teniendo el protagonismo. Los ciudadanos estamos viendo que necesitamos políticos profesionales y no ilusionistas. “Los responsables públicos debemos dejarnos guiar por los expertos y solo por ellos, dar la cara y combatir el único enemigo que nos amenaza: el virus y sus estragos sanitarios, económicos y sociales”, destacó Pedro Sánchez.

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Incluso, cuestiones tan naturalizadas como el ir a trabajar comienzan a reconsiderarse. Si la posibilidad de teletrabajo existe, ¿por qué desplazarse tanto y perder tiempo en esos desplazamientos? La crisis del coronavirus nos regala distancia para ver con perspectiva nuevas posibilidades.

Otra de las características que está dejando este momento histórico es la aparición del lenguaje bélico. Suenan tambores de guerra por todos lados, las fronteras se cierran. En España, la cúpula del Ejército y la Guardia Civil es mayoría en todas las conferencias de prensa, empezamos a conocer las caras de los militares y comandantes. Se habla de la “invasión de un agente externo” que viene a trastocar nuestras vidas, de que “esta batalla la vamos a ganar”. Cosa que incomoda a algunos y exacerba a una minoría.

“Recuperaremos la normalidad”, dijo el rey Felipe VI en una comparecencia pública. Otros se entusiasman con que el mundo haya cambiado después de esto y que lo que llamamos “normalidad” tenga otra cara. Resuena lo que cantaba Caetano Veloso hace casi treinta años: “Alguma coisa/ está fora da orden/ fora da nova ordem mundial”.

*Por Lucas Gatica para La tinta

Palabras claves: coronavirus, crisis economica, España

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