Otro pelotazo en contra de la Liga Cordobesa
Luego de la protesta contra el nuevo límite de edad para jugadoras que encabezó Futboleras Organizadas de Córdoba, la Liga Cordobesa lo hizo de nuevo: ordenaron hacer un Torneo de Veteranas. «¿Cuál es el temor a encontrarnos en una mesa de diálogo?», se preguntan desde el colectivo de mujeres. No todas las puertas permanecen cerradas: la Agencia Córdoba Deportes y el Ministerio de la Mujer ya las recibieron.
Por Redacción La tinta
Pidieron no excluir por edad a las futbolistas y les ordenaron hacer un torneo de veteranas.
El colectivo Futboleras Organizadas de Córdoba protagonizó una manifestación la semana pasada ante la sede de la Liga Cordobesa de Fútbol (LCF) para expresar su rechazo a la propuesta de la institución de recortar la edad límite para desempeñarse en la liga. La Comisión Ejecutiva proponía pasar de un mínimo de 14 años y un máximo de 41 años a un mínimo de 16 y un máximo de 32 años, excluyendo a numerosas jugadoras de la competencia.
Como respuesta, y en una nueva provocación más por parte de la LCF, el presidente Alejandro Fernández desoyó los reclamos de las futbolistas y ordenó la realización de un Torneo de Veteranas para jugadoras nacidas entre 1988 y 1970.
«Mientras seguimos golpeando puertas, organizándonos y apelando a la voluntad política de todos los involucrados para que den marcha atrás con la insensata decisión de dejar afuera a jugadoras que están en condiciones de jugar sin ningún tipo de argumentos, Fernández, Farías, Cepeda y toda la dirigencia del fútbol femenino cordobés inventan un nuevo parche para esta situación insostenible. Resulta que ahora los clubes tienen que correr a armar equipos de ‘veteranas’ y que la Agencia Córdoba Deportes tiene que aportar recursos para sostener el nuevo torneo cuando ni siquiera pueden asegurar las condiciones mínimas e indispensables para el campeonato que ya está pronto a comenzar. Una nueva decisión arbitraria y caprichosa. Una nueva actitud despótica y machista», expresó el colectivo de mujeres a través de un comunicado.
El pasado miércoles por la noche, la Liga Cordobesa de Fútbol informó a través de sus redes sociales la nueva propuesta. Sin concretar una reunión entre las partes, con la distancia impersonal de un posteo web y de manera unilateral. Así juegan los dueños de la pelota. Se la tocan solo entre ellos. «¿Cuál es el temor a encontrarnos en una mesa de diálogo? ¿Cuál es el impedimento para escuchar el reclamo de las jugadoras? ¿Qué es lo que les impide pensar en conjunto la mejor manera para desarrollar el fútbol femenino?», se preguntan desde Futboleras.
En otro párrafo, las integrantes del colectivo futbolero también le tiran la pelota a los clubes que integran la Liga. Según lo que se comunicó, esta nueva pifia se concretó en la reunión de Comité Ejecutivo del pasado 4 de marzo. Este órgano de la institución se reúne semanalmente y está compuesto por representantes de todos los clubes. «¿Qué pasa con nuestros clubes? ¿Por qué no se pronuncian? ¿Tienen miedo o también imaginan el deporte sin nosotras?».
El Gobierno de Córdoba es el otro actor que apareció en torno al reclamo. Tras la manifestación frente a la sede de la LCF, integrantes de Futboleras Organzadas se reunieron con representantes de la Agencia Córdoba Deportes, el Ministerio de la Mujer de la Provincia y la concejala Soledad Ferraro. Allí, expusieron todos los puntos por los que vienen realizando reclamos: la eliminación de la obligatoriedad de los clubes a sostener equipos femeninos, el nuevo límite de edad, las condiciones edicilicias en las que se desarrolla la actividad, entre otros.
De ser rechazadas en la propia sede del fútbol de Córdoba a ser recibidas por funcionarios públicos. Las futboleras comienzan a ver cómo algunas puertas se abren y cómo algunos oídos ahora las quieren escuchar. La próxima semana, volverán a reunirse. Esta vez, esperan que pueda asistir Hector «Pichi» Campana, titular de la Agencia Córdoba Deportes.
Como telón de fondo, estará el 8M. Las Futboleras Organizadas de Córdoba volverán a marchar juntas como lo hicieron el año pasado. Esta vez, posiblemente se concentren ahí, en el edificio de 9 de julio 660. Volverán a pararse frente a esas puertas que aún permanecen cerradas para ellas. Saben que, algún día, más temprano que tarde, se abrirán. Porque saben que se va a caer. A pelotazos, lo van a voltear.
*Por Redacción La tinta
