Diciembre en Chiapas
Ha sido un convite zapatista a reflexionar, desaprender, tejer redes y soñar otros mundos posibles, que comenzaron con la segunda edición del Festival Puy Ta Cuxlejaltic de Cine, el primer festival de danza “Bailate otro mundo” y el foro en defensa del territorio y de la Madre Tierra. Le sigue ahorita el II Encuentro Internacional de Mujeres que luchan y se cierra el fin de año con la memoria activa y necesaria del aniversario del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Por Redacción La tinta
Cada vez que las comunidades zapatistas nos abren las puertas de sus territorios, nos muestran la profunda y concreta manera de vivir la autonomía desde el arte, de hacer política como forma de lo posible, porque como dice el EZLN “son las artes la semilla en la que la humanidad renacerá”. Ahora es el tiempo del feminismo indígena, ese que las compañeras vienen tramando para cambiarlo todo desde antes del levantamiento, y que nos convoca a las mujeres de todo el mundo.
Las compañeras zapatistas, nos invitaron a este encuentro diciéndonos: “En el primer Encuentro hicimos un acuerdo de mujeres. De todas las edades y de todas las condiciones sociales. Nos asesinan y nos desaparecen porque somos mujeres. Y además, todavía nos dicen que es nuestra culpa, porque nos vestimos como nos vestimos, que porque andamos donde andamos, que porque a tales horas en tales lugares. Y entonces, en los malos gobiernos no falta quien, hombre o mujer, que salga con una estupidez que nos dicen que entonces ya no debemos salir. Según ese pensamiento, entonces las mujeres deben estar siempre encerradas en sus casas, no deben salir, no deben estudiar, no deben trabajar, no deben divertirse, no deben ser libres».
Luego nos interpelaron diciendo que entonces «como el acuerdo que tuvimos en el Primer Encuentro es estar vivas, pues como que tenemos que dar la cuenta de qué hemos o qué no hemos hecho para cumplir ese acuerdo». A eso nos invitan, como hermanas y compañeras, a «que nos reunamos y saquemos toda nuestra rabia y digamos claro todo lo que están haciendo en todas partes”.
Aquí en las montañas del sureste mexicano, el jueves 26 de diciembre, comenzaron a llegar compañeras de todo el mundo, convidadas a participar del Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que luchan. Venimos desde diferentes lugares, entre el paso de las montañas al caracol de Morelia. Comenzamos a reconocernos en nuestros feminismos plurales, disidentes, plurinacionales. Muchas tenemos pañuelos verdes en los bolsos, como ese símbolo de la lucha feminista por el aborto legal, seguro y gratuito, que traspasó las fronteras y es el lenguaje de nuestro tiempo.
Hoy 27 comenzarán las actividades para discutir un sólo tema: la violencia contra las mujeres. Todas las asistentes podrán participar en las rondas y talleres con una parte de denuncia y la otra de propuesta: qué vamos a hacer para parar esta masacre que nos están haciendo. Así será hasta el domingo 29.
El contexto es claro aquí, entre las centroamericanas, las de más del Sur, y las de más al Norte, el feminismo está en su fase internacionalista/plurinacional. Lo hemos visto en la lucha por el aborto legal, en los paros internacionales de mujeres, el movimiento “Yo te creo hermana”, recientemente con la performance “El violador eres tú” de Las Tesis, en el Encuentro Plurinacional de Mujeres, en la solidaridad con las revueltas hermanas en todo el mundo. En cada territorio estamos tejiendo luchas por nosotres, nos unen los dolores y las resistencias en cada rincón del mundo.
Mujeres maíz
hay mujeres brotando de surcos de barro
en la noche
en la bruma de la mañana
bordan los colores de la selva
Contorneada por las montañas del sureste mexicano
en los pliegues de su piel alojan
memorias de dolor y resistencia
que cuidan
con lanas que tejen sus rostros clandestinos
como los sueños que asaltan al poder
de abajito
Entre pasos cortos y fugaces
Desandan el camino hacia la revolución
sin prisa, cada día
hay mujeres brotando de surcos de barro
y yo me he quedado suspendida en ese aire espeso de la selva
entre el barro de la historia
que nunca seca
te trepa, se que te queda en las botas
como se me quedan mirando los ojos
que no me alcanzan
para las tramas de esa dignidad
nacidas del maíz y en la noche
estas mujeres tenaces
van riendo
cómplices de la historia rebelde que son
*Por Redacción La tinta.
