La represión como respuesta a la defensa de la democracia en Bolivia

La represión como respuesta a la defensa de la democracia en Bolivia
14 noviembre, 2019 por Tercer Mundo

Muertos y heridos conforman el saldo de la represión desatada en el país por las fuerzas armadas y la policía. Pese a eso, miles de personas se encuentran movilizadas en rechazo al golpe de Estado.

Por Redacción La tinta

Durante toda la jornada de ayer, en Bolivia, se sucedieron masivas movilizaciones en contra de la usurpación del gobierno por parte de los sectores opositores, encabezados por la senadora Jeanine Áñez, que se autoproclamó presidente del país con el respaldo de las fuerzas armadas y la policía.

La Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia reportó cinco fallecidos, mientras que el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) contabilizó diez. Al mismo tiempo, desde hace días, se conocen videos e imágenes del accionar de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes de El Alto y La Paz que protestan contra el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales, que tuvo que asilarse en México.

De acuerdo a la Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia, entre el 11 y 12 de noviembre, se registraron cinco fallecidos, cuatro de ellos por impacto de bala y uno por asfixia por estrangulamiento durante la represión policial. A su vez, el director del Instituto del IDIF, Andrés Flores, informó que, hasta el miércoles, había contabilizado diez personas muertas, ocho de ellas por proyectil de arma de fuego.

“El IDIF realizó la valoración forense de 10 cuerpos a nivel nacional, cuatro son de Santa Cruz, tres de Cochabamba, dos de La Paz y uno de Potosí. Del total de casos, ocho perdieron la vida por proyectil de arma de fuego”, aseveró.

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En cuanto a los heridos, se desconoce una cifra oficial, pero existen varias denuncias y videos en redes sociales sobre víctimas de disparos de la policía desde el pasado 11 de noviembre. Según estos documentos, el lunes pasado en El Alto, la policía a personas que llevaban la bandera indígena wiphala. También el diario local La Razón indicó que una niña resultó herida por las fuerzas de seguridad y hubo al menos 20 lesionados.

“Los policías se están enfrentando contra El Alto, nos discriminan, lo único que quieren es dividirnos, la prensa no dice nada de los campesinos que han caído, son la gente pobre, humilde”, aseveró a la cadena Telesur un hombre que protestaba en La Paz contra el golpe de Estado.


Mientras la represión se recrudecía en las calles de La Paz, Añez reemplazó a los Comandantes de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional Boliviana, una medida que busca limpiar las evidencias del golpe de Estado, pues ambas instituciones cumplieron un rol fundamental en la renuncia de Morales.


La mandataria autoproclamada “posesionó” al general de Ejército, Sergio Carlos Orellana Centellas, como nuevo Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, en reemplazo de Williams Kaliman. También “asumieron” cargos los generales Pablo Guerra (Jefe del Estado Mayor), Iván Inchauste (comandante del Ejército), Ciro Álvarez (Fuerza Aérea Boliviana) y Moisés Heredia (Armada Boliviana).

Al finalizar la tarde, Áñez designó a los primeros 11 ministros para su gabinete, pese a no contar con los requisitos constitucionales y legales para desempeñar el cargo. La senadora argumentó que “es un gabinete técnico porque la misión principal es restituir de manera inmediata los servicios de las entidades públicas”. Entre los designados, se encuentra el abogado Jerjes Justiniano Atalá para el ministerio de la Presidencia, que es el principal asesor del dirigente ultraderechista Luis Fernando Camacho, a quien acompañó hasta La Paz para apoyar el golpe de Estado.

Por otra parte, unos de los escenarios de mayor disputa en la capital boliviana fue la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde a los representantes del Movimiento Al Socialismo se les prohibió la entrada, por lo que se vivieron momentos de represión y tensión. La senadora masista Adriana Salvatierra, a quien la policía negó el ingreso al parlamento, declaró que su bancada solo quiere la paz para el país. La ex titular de la Cámara de Senadores expresó que “esa paz no puede garantizarse si no existe la efectiva garantía para los parlamentarios y para toda la ciudadanía en general”. Salvatierra también denunció que a las legisladoras de su partido “las han golpeado, las han gasificado y creemos eso es parte de las denuncias”.

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La senadora explicó que, al no tener quórum en las cámaras de Senadores y Diputados, los que está sucediendo “es ilegal a toda costa y es más ilegal aun cuando este ejercicio violento se complementa con violencia física contra los parlamentarios”.  Salvatierra aseveró que “la senadora Añez ni siquiera tuvo el decoro de instalar conforme al reglamento, no tuvo el quórum suficiente, no pudo instalar la asamblea y ni siquiera dio lectura a las notas presentadas por nosotros”.

Por su parte, desde México, Morales brindó una conferencia de prensa en la que dijo, si el pueblo se lo pide, se encuentra dispuesto a volver al país “para apaciguar” la situación, “pero es importante el diálogo nacional”. “Vamos a volver tarde o temprano. Que mejor lo antes posible para pacificar Bolivia”, indicó el mandatario. Morales convocó a “un diálogo nacional”, con “agenda abierta”, el que puede ser acompañado por “naciones amigas” y organismos internacionales para, de esta forma, superar la crisis que atraviesa Bolivia. El presidente destituido además apuntó contra la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que calificó como un apéndice de Estados Unidos. Ese organismo “debería llamarse Organización de Estados del Norte y no de América”, afirmó Morales.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: Bolivia, golpe de Estado, represion

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