“Le debemos todo”: un homenaje a 70 años de El segundo sexo

“Le debemos todo”: un homenaje a 70 años de El segundo sexo
14 noviembre, 2019 por Gilda

Esta tarde, la periodista Mónica Ambort junto a la música Bren Coll rinden culto a la escritora y filósofa Simon de Beauvoir, una de las referentes más importantes en la historia de las luchas feministas occidentales, en un espectáculo artístico con entrada libre y gratuita en ADIUC.

Por Redacción La tinta

Cuando, en 1986, la filósofa feminista Elisabeth Badinter gritaba “Femmes, vous lui devez tout!”, su grito en el entierro de Simone de Beauvoir no hacía más que sintetizar lo que, hasta el día de hoy, podemos muchas de nosotras sentir: a ella, a Simon de Beauvoir, le debemos tanto.

La periodista y docente universitaria Mónica Ambort lo sabe y transformó una selección de los textos de El segundo sexo en un espectáculo que es homenaje a 70 años de la emblemática publicación, donde se cruza la narración oral con la música.

Con La tinta, nos acercamos a hablar con la integrante de la Red Par para conocer cómo planeó el show, que, en la pasada Feria del Libro, fue con la música Paula Cantarutti Eschoyez y que, esta vez, será con la catamarqueña radicada en Córdoba, Bren Coll.

Simone de Beauvoir

¿Cómo pensaron este espectáculo?

Mirá, este espectáculo fue pensado destinado a las pibas, a los pibes, a les pibes… lo pensé en particular con elles en la cabeza, porque siento que es una manera de acompañarles en esta gesta heroica que están protagonizando desde hace un par de años, en las calles, en las universidades, en los sindicatos, en los centros comunitarios y en un montón de colectivos feministas que han explotado de presencia juvenil en los últimos dos o tres años. Lo he hecho pensando en elles, particularmente en ellas, porque las pibas son las que llevan la vanguardia en esta movilización. Como les decía, es una manera de acompañarles, de hacerles sentir de algún modo que hay una generación que les cubre las espaldas, pero que, además de ser una manera de estar a su lado, es aprender con elles y, a la vez, una manera de cuidarles… en realidad, de cuidarnos entre todos.

Además, y creo que esto es muy importante, lo planeé porque el feminismo tiene historia y es un homenaje a eso: he sentido la necesidad de recordarnos que el feminismo tiene una historia inmediata fuertísima de 200 años, de mucha lucha, y es mucho más ancestral de lo que en general se cree. Prácticamente, encontramos mujeres desde los comienzos de la historia letrada de la humanidad que han luchado porque la mujer saliera de su sitio de invisibilidad y fuera considerada una par al varón.

Por otro lado, el espectáculo también surge de una búsqueda estética en mi decisión de pasarme a la lectura en público. Yo soy periodista de la prensa gráfica, muy formateada de manera bastante rígida con lo noticioso, con la cuestión de la información periodística, el rigor, la exigencia. El periodismo ha sido para mí, y lo sigue siendo, durante muchísimos años, un enorme exigencia. Hacer esto (que no es ficción de ninguna manera, porque los textos que yo leo son textos absolutamente referenciales) viene aparejado con la cuestión expresiva y la organización, la cuestión de compartir el escenario con una música, de editar los textos y tratar de leerlos con una expresividad particular -que es distinta a la académica o a la cotidiana- es para mí una búsqueda estética que tiene que ver con una necesidad de cambiar el registro. Y eso es algo que vengo sintiendo muy profundamente y en silencio, y deseando y pensando desde hace más de 10 años, desde que empecé a mirar con un interés muy particular estas propuestas de música y poesía, de música y texto… Surgió en mí el deseo de leer frente a un público textos escritos por otres, también para aliviarme de esa obligación de escribir yo, de ser precisa, correcta, de citar las fuentes, de ser coherente, de ser novedosa, de ser inteligente. Eso que es una gran exigencia de mi actividad periodística, de mi actividad académica (durante años en la universidad dando clases o conferencias y charlas)… es decir, surgió en mí esa necesidad de relajar un poco el registro.

¿Cómo y por qué elegiste los textos que elegiste?

La lectura que hago en el espectáculo no es una lectura absolutamente lineal, es decir, no es una lectura textual… yo he trabajado mucho sobre los textos. Elegí El segundo sexo porque es el libro emblemático del feminismo y fue considerado en su momento -y creo que lo sigue siendo de alguna manera- una biblia para el feminismo. Todas, como digo en una parte de las lecturas, hace 70, 60, 50 años, queríamos ser ella. Fue una mujer que transformó la situación de la mujer en el mundo, los modelos de mujeres… fue una posición muy revulsiva y muy revolucionaria la de ella respecto de la condición, aun cuando ella jamás se pensó feminista mientras escribía el libro. Fueron las feministas, primero francesas y luego norteamericanas, las que la embanderaron como feminista porque le pidieron su adhesión a la lucha por la despenalización del aborto y, recién a partir de ahí, ella hace una síntesis entre su marxismo y su militancia por la lucha de clases y la independencia, la liberación, de las clases trabajadoras y hace una síntesis entre eso y el feminismo, y se considera feminista, pero habían pasado 25 años desde la publicación de El segundo sexo.

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Como te decía, los textos tienen mucho trabajo. Primero, un gran trabajo de selección, porque es complejo y tiene un lenguaje que nos va resultando de hace 70 años. He tenido que trabajar para seleccionar textos que funcionaran para leer en público: una cosa es estudiar en la casa sentada en una banqueta y leer y releer y volver atrás, y otra cosa es frente a un auditorio fugaz que escucha un rato y se va, leer textos que sean comprensible al solo oírlos.

Por otro lado, busqué que tuviesen sonoridad. A la sonoridad la he tenido que lograr con bastante edición, pero los textos son de Simone inequívocamente. No he metido mano ni ella dice cosas distintas de las que dice, lo que he hecho ha sido seleccionar las partes.

¿Y de qué habla Simone en los textos que seleccionaste?

Respecto de la selección que hice, te cuento que elegí textos vinculados a unos puntos centrales del pensamiento de Simone de Beauvoir y que creo que son muy potables para poner en común en una situación de oralidad, de tiempo breve y acotado como es un encuentro con el público y con la participación muy activa de la música y la canción.

Los textos están referidos, primero, a la subordinación histórica de la mujer respecto del varón y, sobre todo, la subordinación económica que, como la autora explica, es uno de los temas primordiales que condenan a la mujer a mantenerse atada, sometida, en una institución que ella dice muy duramente y que equipara con la prostitución, porque hay una contraprestación económica, un servicio sexual a cambio de la manutención que el varón procuraba hace 70 años.

Lo interesante de estos textos, a pesar de las enormes transformaciones que han habido para las mujeres a los largo de todas estas décadas, es cómo perviven muchísimos de esos valores que ella denunció en los ‘50 en este momento en los modos de relación entre los varones y las mujeres. Por ejemplo, en El segundo sexo, ella critica duramente también la esclavitud de las tareas hogareñas describiendo cómo la mujer se consagra a ellas sometiéndose a una constante frustración, porque la tarea hogareña la condena a repetir inexorablemente un día y otro y otro las mismas tareas rutinarias que carecen por completo de trascendencia y de valor social, mientras que las tareas del varón fuera del hogar, la participación en la vida productora, en la vida política, en la vida social, lo satisfacen, lo hacen sentir un ciudadano. La mujer es, antes que una ciudadana, una esposa.

Uno de los textos más interesantes es el referido al aborto y lo sorprendente es la vigencia… hasta en las palabras, las mismas que usa ella son las que podemos usar hoy. Las mismas palabras para describir la situación de la mujer respecto del aborto clandestino en Francia hace 70 años, nos sirven para describir la situación de la mujer hoy en Argentina.

Simone de Beauvoir cuestiona la hipocresía de una sociedad que prohíbe el aborto obligando a la mujer al aborto clandestino y la penaliza, igual que acá hoy. En ese momento en Francia, había tantos abortos clandestinos como nacimientos.

*Por Redacción La tinta.

► Jueves 14 de noviembre, 19 hs.
ADIUC / Ciudad Universitaria / Haya de la Torre y Nores Martínez

Palabras claves: Bren Coll, feminismo, Mónica Ambort, Simone de Beauvoir

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