Ciencia: la gestión aplazada
El colectivo Científicos y Universitarios Autoconvocados relevó las condiciones y percepciones en el sector de ciencia y tecnología, y encontró que ocho de cada diez investigadores desaprueba la gestión del área en los últimos cuatro años. El objetivo es generar insumos para el diseño de políticas que permitan revertir los efectos de la desinversión y la falta de planificación.
Por Nadia Luna para Agencia TSS
A pocos días de que se celebren las elecciones nacionales en la Argentina, el colectivo Científicos y Universitarios Autoconvocados (CyUA) de Buenos Aires presentó un relevamiento sobre el estado de situación del sector. El objetivo es que sirva de referencia para la planificación de políticas que permitan recomponer lo que la crisis se llevó en el sector de ciencia y tecnología.
La “Encuesta sobre condiciones y percepciones del sector científico y tecnológico” fue realizada entre julio y septiembre de 2019 y del relevamiento participaron 600 investigadores, becarios y profesores provenientes de diversas provincias. El informe fue realizado para la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de los equipos técnicos del Frente de Todxs y se presentó el lunes 21 de octubre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La metodología aplicada consistió en un cuestionario auto-administrado a través de una plataforma online, estructurado con base a preguntas abiertas y cerradas. Entre los principales resultados, el documento señala que “8 de cada 10 encuestadas y encuestados calificó entre aplazo (42,2%) y regular (36,3%) a la actual gestión del sistema científico y tecnológico”.
Además, el 93,5% de la comunidad científica encuestada rechaza la degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, decidida por el Gobierno en septiembre del año pasado. “La degradación del rango ministerial cristalizó la política científica y tecnológica que tuvo el Gobierno nacional durante estos cuatro años. Esto lo pudimos ver también con la caída del presupuesto para el área en un 43%, lo que implicó la escasez de insumos, paralización de obras y cancelación de numerosos proyectos de investigación”, le dijo a TSS la doctora en Ciencias Sociales Inés Nercesian, integrante de CyUA, quien presentó el informe este lunes junto con su colega Verónica Pérez, y el economista y miembro de Agenda Argentina, Fernando Peirano.
Según la encuesta, los dos problemas principales que enfrenta el sistema científico son un presupuesto insuficiente (55%) y la ausencia de política científica (37%). “A partir de lo que venimos viendo, podemos añadir otro factor que tiene que ver con la desvalorización del trabajo científico y tecnológico que se hizo, no solo a partir de las políticas objetivas, sino también desde los discursos de las más altas esferas del Gobierno, que quisieron instalar cuestiones como ‘para qué sirven las universidades’ o la contraposición entre una idea de ‘ciencia inútil’ y el emprendedorismo. Todo eso generó un gran desaliento en las camadas más jóvenes”, consideró Nercesian.
En ese sentido, uno de los sectores más perjudicados fue el de los becarios. El 45,5% dijo estar dispuesto a radicarse de manera permanente en el exterior si le ofrecieran mejores condiciones de trabajo, mientras que, en el caso de los investigadores, el porcentaje afirmativo fue del 21,6% y, en el de profesores, un 16,3%. Además, el 54% de los becarios encuestados planteó como problema principal los bajos salarios. “El estipendio correspondiente a una beca doctoral es de $29.800 (septiembre de 2019, Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Si consideramos el costo de un alquiler promedio ($15.000) se advierte que las/os becarias/os destinan en ello el 50% de su estipendio”, se explica en el informe. Esto no solo implica un cambio individual, sino que a la vez afecta y desarma las líneas de investigación en la que se encuentran y que llevan años consolidar.
A partir del relevamiento, los investigadores esbozan en el informe algunos desafíos hacia el futuro próximo. “Lo primero que hay que hacer es una recomposición salarial porque eso impacta sobre la vida cotidiana de becarios, investigadores y profesores. También recuperar el ministerio y tener un presupuesto mayor. Otra necesidad es la de estrechar los lazos de la investigación científica y tecnológica con el desarrollo del país. La ciencia y la tecnología tienen que dar respuesta a los problemas económicos, sociales y políticos que el Gobierno nos deja”, sostuvo Nercesian.
Otro desafío que plantea el documento es un tópico que se viene mencionando con frecuencia en las jornadas de discusión sobre política científica de los últimos meses: la necesidad de una mayor federalización del sistema. En este sentido, la integrante de CyUA dijo: “Es importante desarrollar un sistema científico y tecnológico federal que esté articulado con las necesidades reales de cada territorio. Para esto sería bueno poder impulsar nodos de ciencia y tecnología en diálogo con otros actores, como funcionarios, gremios, entidades empresariales y la sociedad en general”.
Por eso, el desarrollo de una mayor sinergia entre las universidades nacionales, los institutos del CONICET y los organismos de I+D de los distintos ministerios es vista como otra prioridad. El documento también propone la realización de un censo nacional que amplíe el relevamiento sobre las condiciones y percepciones del sector. “El objetivo de la encuesta es tener una memoria histórica de lo que pasó durante estos años, para saber cuál es el piso del que partimos y tener presente que más atrás no podemos ir”, concluyó Nercesian.
*Por Nadia Luna para Agencia TSS / Imágenes: Colectivo Manifiesto.