La Garganta Poderosa inauguró redacción en Córdoba: «Que nunca más otros escriban nuestra historia»
Después de diez años de resistencia, comunicación y cultura villera, compañeros y compañeras de La Garganta Poderosa estrenaron su redacción en el CISPREN de Córdoba. «Si antes el periodismo hablaba sobre la villa y los barrios -estigmatizándonos, mintiendo, no tomándonos en serio ni como protagonistas- hoy hablamos nosotros, los protagonistas de lo que nos pasa», sostiene uno de los comunicadores de la revista Poderosa.
Por Julieta Pollo para La tinta
«Acá estamos: los merodeadores, las y los negritos, los de gorrita,
las que nos embarramos hasta la rodilla atravesando inundaciones,
las jefas de comedores, los que escribimos, las que sacamos fotos,
los que diseñamos, las que hacemos radio:
la interferencia de la comunicación».
La Poderosa es un tejido de organización y lucha que nació hace 15 años con la piel caliente de las corridas de diciembre, los estallidos de las balas y lxs compañerxs resistiendo en las calles. Una organización popular y un movimiento de base apartidario, que entiende que no es la crisis la que causa nuevas muertes, sino las decisiones que toman los políticos y sus brazos represores que asfixian al pueblo. Hoy La Poderosa es una red de 114 asambleas de lucha que conectan nuestro país de punta a punta. Desde los barrios y para los barrios, con el trabajo comunitario de las vecinas y vecinos fueron construyendo otro modo de aprender, habitar y luchar por los derechos que son de todes pero siempre llegan a unos pocos.
Hartxs del silencio, la criminalización y la estigmatización constante bajo la cual son nombrados sus cuerpos, símbolos y barrios, decidieron alzar la voz en un alarido subversivo, colectivo, plural. Las pibas y los pibes escribieron La Garganta Poderosa de sus barrios con la convicción de que la comunicación es una herramienta fundamental de transformación política, social y cultural. Así nació un medio de comunicación popular, una revista de cultura villera, el brazo literario del movimiento La Poderosa.
«Empezamos a laburar hace poco menos de diez años en el Espacio Cultural La choza, de Barrio Yepeyú, Córdoba. Empezamos con una computadora donada redactando algunas notas para la web hasta que una vecina nos prestó su casa y pudimos trasladarnos ahí con más compañeros del barrio. Empezamos siendo dos o tres y de a poco fuimos siendo cada vez más, sobre todo con los semilleros de formación de comunicadores. Hace tres años empezamos a ocupar el Círculo Sindical de Prensa (CISPREN) para tener reuniones entre vecinxs y comunicadorxs del barrio, pensando en cómo denunciar las problemáticas que nos atravesaban. Hace un año tomamos la decisión política de concretar un espacio físico de trabajo y hoy estamos inaugurando nuestra redacción. Han sido 10 años de recorrido impulsados por la necesdad de compartir lo que pasa en nuestros barrios desde nuestras propias voces«, rememora uno de los comunicadores de La Garganta.
Juan y Julio nos recibieron en la redacción y conversaron con La tinta acerca de comunicación popular, coyuntura y cómo llevar la identidad villera y autogestiva al centro de la ciudad.
—¿Cuándo empezaste a participar de La Garganta?
—JUAN: Cuando me metí a hacer el recorrido de la comunicación Poderosa tenía seis años y fue un despertar, un abrir los ojos y ver que cada problemática del barrio tenía un por qué, que si se nos inundaban las calles o no había alumbrado público, si no podíamos llegar al centro, tenía un por qué. Ese despertar me abrió a la necesidad de empezar a comunicar lo que pasaba dentro del barrio y a participar de La Garganta. Cuando comenzamos a pensar la revista hace unos nueve años ni siquiera la pensábamos como revista… menos aún imaginamos el alcance que tiene ahora.
Para nosotros fue complicado entender que nuestra palabra valía. Entre el silenciamiento y el hostigamiento mediático que nosotros vivimos cada día dentro de los barrios como vecinos, empezar a revalorizar nuestra propia voz, a entender que la comunicación -como decimos siempre- si no sirve para nuestros barrios y para resolver nuestras problemáticas, no sirve para nada. Por eso celebramos la inauguración de esta redacción, porque la comunicación es clave para la solución de las problemáticas de nuestros territorios.
En la tapa del primer número estuvo Juan Román Riquelme. Entendimos desde el principio que si me ponían en tapa a mí como vecino de un barrio estigmatizado como mucho la hubiera comprado mi abuela, pero si poníamos a Riquelme, el jugador que en ese momento era lo más de Boca y del fútbol argentino, las posibilidades de venderla eran más. Pero siempre muy firmes en lo que nos identifica a nosotros como revista, que es la cultura villera. Lo que nosotros le preguntamos a Román, y a cada personaje de la cultura que sale en nuestras tapas, es sobre las problemáticas que sufrimos todos los días en los barrios. Román creció en un barrio y entiende de lo que estamos hablando, por eso se trata de revalorizar lo que vivió.
—¿Qué caracteriza a la comunicación popular y villera que construyen todos los días?
—JUAN: La comunicación popular es un poco más complicada que la tradicional porque nuestra revista visibiliza la cultura villera, una cultura silenciada y que ni siquiera se consideraba cultura. Desde ahí pensamos la comunicación popular.
Lo que nos distingue como medio de comunicación popular es que a la noticia nosotros la contamos en carne viva. Para que otros no cuenten las cosas que a nosotros nos pasan, te las contamos nosotros. La revista es pensada, fotografiada, ilustrada y redactada por nosotros mismos, vecinos y vecinas de los barrios. La revista es absolutamente autogestionada hace ocho años y medio, sin pauta publicitaria. Si antes el periodismo hablaba sobre la villa y los barrios -estigmatizándonos, mintiendo, no tomándonos en serio ni como protagonistas- hoy hablamos nosotros, los protagonistas de lo que nos pasa. Entonces lo contamos con la verdad.
—JULIO: Lo reivindicativo de la comunicación popular es que genera también redes con otros medios de comunicación que laburan la comunicación de un modo similar a nosotros, de forma cooperativa, como La tinta, Mucho Palo Noticias, El Resaltador… la comunicación popular nos encuentra en la calle, en la unidad. Y también en saber que esta redacción la construimos de alguna forma para estar vecinas y vecinos de los barrios de Córdoba y también para todos los medios populares. La idea es que tenga un flujo de comunicadores y vecinos que la enriquezcan, compañeros que están dando vueltas en la calle que puedan venir también acá a trabajar, a pensar cómo hacemos periodismo, cómo lo comunicamos, cómo lo construimos, cómo hacemos para romper con algunas lógicas que hacen que haya periodistas cercados en algunas trampas como por ejemplo alguien que habla desde su estudio de televisión de un barrio que nunca ha pisado. Para nosotros es muy importante poder discutir eso y deconstruirlo también.
«Entendemos que la comunicación, así como la economía y la política, es trasversal a todo»
—¿Cuál es la batalla de los medios populares en red frente a los monopolios mediáticos hegemónicos?
—JULIO: Nosotros tenemos una tirada de 5000 mensuales de distribución a nivel nacional y Clarín te imprime un millón de ejemplares por día… la disputa que queremos dar no tiene que ver con quién tiene más llegada o más me gusta en las redes. Lo que nosotros buscamos con otros medios compañeros es dar una batalla cultural, que lo que nosotros comunicamos realmente comunique e interpele al lector y a la lectora, que genere empatía. Nosotros, los villeros, que siempre fuimos “los villeros” como si fuera una mala palabra, con las personas de las clases medias.
Para nosotros que venimos de los barrios empobrecidos, un poco de la periferia del centro, poder llegar acá -con lo que significa en Córdoba después de muchos años de Código de Faltas y de Convivencia-, poder llegar al centro, poner nuestra voz y dejar de poner tanto el cuerpo para que nos caguen a palos, es reivindicar la cultura villera acá y poner en frente al Patio Olmos, el shopping más importante de la ciudad, toda esa cultura y esa idiosincracia de nuestros barrios. Compartir un mate y una torta frita, que es una costumbre de nuestros barrios.
Celebrar la lucha: el barrio te copó el patio
«Periodismo de base, de lucha: la resistencia de la cultura villera,
que mañana inaugura una nueva trinchera que no, no es periférica,
no es chiquita, no es vieja: te la contamos desde adentro
pero tendremos nuestro espacio cordobés en pleno centro.
Dando batalla contra la prensa amarilla,
gritando las verdades y demandas de nuestra villa.
Alzamos las plumas, las cámaras, las voces, las ideas y las fuerzas.
Construimos el poder que nos corresponde en una nueva redacción».
El sábado los compañeros y compañeras de La Garganta Poderosa estrenaron su redacción en el CISPREN de Córdoba, sede de la región que comprende nuestra provincia junto con Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja. También inauguraron este año las redacciones de Rosario, en el Centro Cultural Pocho Lepratti, y de Capital Federal, en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA).
A partir de las 16 hs. comenzó la inaugración: La Poderosa salió a la calle porque la resistencia popular no conoce de muros sino de encuentros. En el «patio» del shopping más emblemático de la ciudad en términos de desmantelamiento al servicio del capital -el templo consumista supo ser una escuela pública-, se celebró la cultura villera, una década de comunicación y un nuevo espacio «para que nunca más otros escriban nuestra historia».
Estuvo presente el periodista, militante y referente nacional de la organización Ignacio “Nacho” Levy quien realizó un sentido homenaje al periodista Marcelo Zlotogwiazda en el cual remarcó la integridad con la cual supo comunicar la realidad de los barrios y cómo abrió la cancha a que estas voces accedan a los espacios de mayor visibilidad. Por su parte, la Secretaria General del CISPREN, Mariana Mandakovic, destacó que “es una apuesta política abrirles la puerta y abrazarlos, porque un sindicato no puede ser una estructura ni una cáscara vacía», y agregó: «Estamos convencidos de que nuestro pueblo se prepara para un nuevo tiempo y tenemos que estar organizados y preparados para construir el futuro. Y en eso, La Garganta es un ejemplo”. También tomaron la palabra Julio y Selena, dos de lxs comunicadorxs de la revista, quienes condujeron todo el evento.
Muchos artistas se sumaron a la inauguración de la Redacción Poderosa: Raly Barrionuevo, Anatema, Lucas Heredia, Slim Dee, Luc Mon Bas, Nenes Bian, La Guapachosa, y la banda de cuarteto Chochi y La Improvisada que cerró la inauguración. Les artistas, como la selección de las tapas, fueron elegidos por consenso asambleario tomando en consideración el compromiso que ellos y ellas han mantenido siempre con la cultura popular y, también, para visibilizar las luchas que atraviesan en sus propios barrios. Es el caso, por ejemplo, de Villa Libertador “que está llevando una lucha enorme contra el municipio, que es la lucha por las cloacas. No lo quieren resolver antes del cambio de gestión y se pasan la pelota. Los mismos vecinos lo saben y se los gritan en la cara a todos los funcionarios”, explicó Julio.
También hubo murgas, danzas peruanas, feria feminista, buffet, muestras de fotografía e intervenciones de cada una de las coordinaciones que componen La Poderosa: educación popular, comunicación popular, economía popular, tierra y géneros -que este año inauguró en Barrio Yapeyú la Casa de las Mujeres y las Disidencias-. Se compartió una merienda de mate cocido y torta frita, y hasta hubo visitas sorpresa, como la de Marilina Bertoldi quien se acercó a la inauguración, conoció la redacción y brindó su apoyo a lxs Poderosxs.
—¿Cómo empieza a materializarse este deseo de un espacio que funcione como redacción?
—JULIO: Hace unos tres años más o menos coincidimos con Mariana Mandakovic y ella nos dijo que el Sindicato estaba abierto a lo que necesitáramos. Empezamos a tener acá nuestras reuniones semanales o puntos de encuentro estratégicos para evitar que vecinos y vecinas de Cortaderos tuvieran que tomarse dos micros para llegar al Yapeyú.
Este año uno de los objetivos nacionales que nos planteamos como medio de comunicación fue poder establecer una redacción en cada una de nuestras regiones, para multiplicar los gritos de nuestras asambleas potenciando a la vez lo local. Los consensos asamblearios que fuimos teniendo decidieron políticamente estar acá, después de muchísimos debates y discusiones acerca de cómo se articula el periodismo villero con el hegemónico… porque de hecho compartimos la casa del periodismo con un montón de periodistas con los cuales no coincidimos ideológicamente y estamos muy lejos de pensar algo parecido. Son los mismos que han denunciado en sus medios a nuestros barrios y han traído, por ejemplo, pérdidas de trabajo a nuestros vecinos. Entonces también es decidir estar acá para interpelar un poquito más sin perder nuestra identidad. Nosotros somos un medio autogestivo, muchas veces llegamos a la impresión de la revista vendiendo empanadas. Esta pintura la compramos vendiendo rifas, vendiendo conitos, y el gremio que más nos ha representado y que aglutina a los trabajadores de la economía popular en nuestros barrios es la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular – CTEP.
La redacción es un nuevo punto de partida… yo cuando arranqué hace cuatro años a formarme en comunicación -después de que la cana me llevara de la puerta de mi casa cuando salía para ir a laburar- sosteníamos los talleres con compañeras de fuera del barrio que se habían formado en la universidad y trabajábamos con una cámara prestada por ellos. Hoy tenemos una redacción que nos acerca a materializar las transformaciones que necesitamos en los barrios. Necesitamos que vean las problemáticas que nos atraviesan, y que dejen de hacer la vista gorda cuando las ven.
—En dos semanas hay elecciones, ¿y después?
—JULIO: Somos una plataforma social de 114 asambleas villeras de base y construimos desde ahí cada vez que hemos tenido que denunciar algo a la coyuntura o al gobierno. A nosotros las elecciones no nos modifican la manera de comunicar. Fue así con Facundo Rivera Alegre que continúa desaparecido, con Luciano Arruga cuando estaba de gobernador Scioli, y muchas muertes de vecinos que siempre la responsabilidad la tuvo el Estado. Vamos a seguir gritando después de las elecciones o cuando lo tengamos que gritar. Y sí nos parece importante remarcar que los gobiernos de derecha no nos simpatizan y a nuestros barrios los han perjudicado desde siempre. Este gobierno macrista se va con un 30 y largo de pobreza y con cerca de 15 millones de pobres en Argentina. Por eso gritamos Nunca Macri en este festival, en esta redacción y en cada uno de nuestros barrios.
—JUAN: Hemos tenido muchos cambios de gobierno y elecciones municipales, provinciales y nacionales pero entendemos que la organización de base y de nosotros y nosotras mismas en los barrios perdura más allá de quien gobierne, porque lamentablemente las condiciones siguen igual y estaremos organizados hasta que esas cosas se transformen.
*Por Julieta Pollo para La tinta. Fotos: Colectivo Manifiesto.
