Estados Unidos autoriza el exterminio de las comunas de Rojava
Donald Trump acordó con el presidente de Turquía no interferir en sus intentos de invadir el norte y el este de Siria, dejando a los pueblos de la región a merced de una nueva masacre.
Por El Salto Diario
Si hay una revolución innovadora en marcha en pleno siglo XXI, esa es la de las comunas de Rojava. Una revolución en peligro de exterminio ante la complicidad de las grandes potencias regionales y mundiales.
Tras una llamada de Donald Trump al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la Casa Blanca ha anunciado, en la madrugada de este 6 de octubre, que autoriza la incursión “largamente planeada” del Ejército turco contra las fuerzas kurdas del norte de Siria. “Las fuerzas armadas de los Estados Unidos no apoyarán ni participarán en la operación, y, habiendo derrotado al califato territorial del ISIS, ya no estará presente en el área”, decía el comunicado de la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca.
Con esta decisión, la ahora llamada Federación Democrática del Norte de Siria, que ocupa la franja norte de este país, también conocido como Kurdistán sirio o Rojava, se enfrenta a una nueva amenaza, incluso más peligrosa que las fuerzas del Estado Islámico. Las comunas de Rojava consiguieron, en medio de la guerra con el ISIS, construir un gobierno autónomo laico basado en los principios del confederalismo democrático. Este experimento inédito bebe de raíces zapatistas, del municipalismo libertario de Murray Bookchin, del ecologismo y del movimiento feminista.
Pese a que, en el comunicado, la Casa Blanca adjudica en exclusiva la derrota del Estado Islámico a las fuerzas estadounidenses, han sido las Unidades de Protección Popular (YPG) y su rama formada por mujeres, las Unidades Femeninas de Protección (YPJ), quienes protagonizaron las batallas que detuvieron, plaza a plaza, al ISIS en el norte de Siria. En el comunicado, también se omite que las fuerzas kurdas y las estadounidenses, sobre todo, con apoyo aéreo, fueron estrechos aliados durante la guerra contra el califato. Ahora que el ISIS ya no es una amenaza, Trump da vía libre a una invasión turca del norte de Siria.
El pasado sábado 5 de octubre, el presidente turco ya había anunciado una “inminente” operación militar en territorio sirio contra un movimiento que Erdogan califica de “terrorista” por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores (PKK) de Abdullah Öcalan, el histórico líder que inició su lucha por la libertad del pueblo kurdo en los años 70 en el marco de los movimientos de liberación nacional y, con el tiempo, se fue acercando a las ideas de autonomía zapatistas y del municipalismo libertario, con una propuesta rompedora de construir un Estado desde abajo, desde comunas organizadas más allá del Estado.
En enero de 2018, el gobierno turco inició la ocupación del Kurdistán sirio con la invasión de la zona de Afrin, un experimento que costó 2.000 muertos y que ahora pretende exportar al resto del norte de Siria, con el beneplácito de Estados Unidos y del resto de países vecinos, que temen un posible contagio de las ideas de autonomía, convivencia, ecologistas y feministas que han sostenido la comunas de comunas de Rojava en estos años de guerra.
Por su parte, la ONU advierte que se está “preparando para lo peor” tras el anuncio de la inminente operación turca en Siria y pide a todas las partes que eviten el desplazamiento masivo de civiles ante el ataque de Turquía a Rojava.
*Por El Salto Diario