Las luchas de las mujeres afganas contra el patriarcado, el imperialismo y el capitalismo
Samia Walid, integrante de la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán, habla sobre la lucha que llevan adelante contra la ocupación estadounidense y el gobierno afgano.
Por Kurdistan Report
Las mujeres en Afganistán han sido afectadas por las guerras y la ocupación de su país durante décadas. La difícil situación de las mujeres afganas, a menudo ha sido instrumentalizada por las fuerzas imperialistas, en particular Estados Unidos, para justificar y legitimar sus políticas de guerra en la región. Sin embargo, las mujeres han estado a la vanguardia de la lucha contra las fuerzas fundamentalistas e imperialistas en su territorio.
La siguiente es una entrevista realizada por activistas del Movimiento de Mujeres Kurdas con Samia Walid, integrante de RAWA (Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán). La entrevista fue publicada por primera vez, en alemán, en Kurdistan Report.
—¿Puede contarnos sobre la historia y la misión de RAWA? ¿Cuáles eran las condiciones de las mujeres afganas cuando se formó su organización? ¿Cuál es el papel en la sociedad? ¿Cómo se organizan?
—La Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA) es la organización de mujeres más antigua de Afganistán, que lucha por la libertad, la democracia, la justicia social y el laicismo. La fundadora de RAWA fue Meena, quien formó este grupo a una edad temprana, en 1977, con la ayuda de algunas otras estudiantes universitarias en Kabul. Meena fue asesinada en Quetta, Pakistán, en 1987, por agentes de KHAD (rama afgana de la KGB) con la ayuda de la banda fundamentalista sedienta de sangre de Gulbuddin Hekmatyar. Ella solo tenía 30 años. Lo que distingue a RAWA de otras asociaciones es el hecho de que somos una organización política. Cuando se fundó RAWA, Afganistán estaba bajo la opresión del gobierno títere de la URSS y luego de la invasión rusa, y Meena sintió que la lucha por la independencia, la libertad y la justicia era inseparable de la lucha por los derechos de las mujeres.
RAWA todavía trabaja bajo tierra en la mayor parte de Afganistán, porque enfrenta enormes dificultades. Los líderes yihadistas, señores de la guerra con pasados sangrientos de crímenes horribles, controlan el gobierno y el parlamento actuales, y tienen sus reinos separados en diferentes partes de Afganistán. Abdullah Abdullah, el CEO de Afganistán, es uno de estos líderes yihadistas, que pertenece a la banda criminal de Shorae Nizar. Esto crea una situación peligrosa para nosotras, ya que estos matones son nuestros enemigos más grandes, que no dudan en obstaculizar nuestro trabajo y dañarnos. En otras partes de Afganistán, donde los fundamentalistas talibanes tienen el control, RAWA enfrenta la misma opresión. Todas nuestras integrantes usan seudónimos por protección y nunca podemos hacer público nuestro trabajo. A pesar de estos obstáculos, aún es posible continuar nuestras actividades políticas en la mayor parte del país, debido a nuestro contacto con los lugareños y al hecho de que su odio por estos delincuentes se traduce en un apoyo para nosotras.
Nuestras actividades políticas incluyen la publicación de nuestras revistas y artículos, y la movilización de mujeres para obtener conciencia y unirse a nuestra lucha. Recopilamos y documentamos los asesinatos, violaciones, saqueos, extorsiones y otros crímenes de estos señores de la guerra en partes remotas de Afganistán. Nuestras actividades sociales proporcionan educación a las mujeres (no solo clases de alfabetización, sino también conciencia social y política sobre sus derechos y cómo lograrlos), ayuda de emergencia, creación de orfanatos y actividades relacionadas con la salud.
—¿Cuál es su análisis del patriarcado? ¿De qué manera está vinculado con el Estado, el imperialismo y el capitalismo?
—El patriarcado es constantemente apoyado y alimentado por los reaccionarios gobiernos feudales, capitalistas e imperialistas de todo el mundo, principalmente para borrar el papel de la mujer en la sociedad, especialmente en la política. Los gobiernos de todo tipo, especialmente los gobiernos feudales vinculados a los colonizadores imperialistas como el de Afganistán, ven la fuerza y la conciencia de las mujeres como una seria amenaza para su dominación, y han utilizado diferentes medios para detener su crecimiento y conciencia. Teniendo en cuenta que tales gobiernos son antipersonas por naturaleza y solo pueden durar oprimiendo a las masas y su lucha, la supresión de las mujeres es su principal objetivo. Al fortalecer la misoginia y la cultura feudales, privan a las mujeres de todos sus derechos y, por lo tanto, paralizan a la mitad de la sociedad y no pueden garantizar ninguna lucha y resistencia. Estos gobiernos nunca toman medidas para la emancipación de la mujer, sino que ajustan la cadena alrededor de la mujer.
Hoy la situación de las mujeres afganas es más desastrosa que nunca. Estados Unidos invadió Afganistán con el pretexto de los “derechos de las mujeres”, pero lo único que trajo en los últimos 18 años es la violencia, el asesinato, la violencia sexual, el suicidio, la autoinmolación, y otras desgracias. Estados Unidos llevó al poder a los enemigos más viciosos de las mujeres afganas, los fundamentalistas islámicos, y cometió una traición imperdonable contra nuestras mujeres que sufren. Esta ha sido su táctica durante las últimas cuatro décadas. Al nutrir a los yihadistas, los talibanes y el ISIS, que son todos elementos fundamentalistas islámicos y no solo criminales asesinos, sino también misóginos, Estados Unidos prácticamente ha oprimido a nuestras mujeres.
—¿De qué manera vincula usted la liberación de las mujeres con la resistencia contra la ocupación?
—Vemos la liberación de las mujeres afganas contra el colonizador imperialista, los fundamentalistas islámicos y el gobierno títere. La libertad de las mujeres está directamente relacionada con la resistencia, y la lucha revolucionaria de las mujeres es contra la causa principal de su sufrimiento y desgracia, es decir, los ocupantes y sus lacayos internos. Creemos que los fundamentalistas y los grupos asesinos y corruptos involucrados en asesinatos, saqueos y otros crímenes y traiciones, no tienen fuente de apoyo, excepto las potencias extranjeras, sin las cuales no sobrevivirían un día. Al elevar la conciencia política de las mujeres y al exponer a estas personas como la causa principal de sus desgracias, queremos organizar a las mujeres en una lucha resiliente contra estas personas, que serán aniquiladas tan fácilmente como fueron creadas por sus amos extranjeros.
—Los derechos de las mujeres afganas han sido instrumentalizados especialmente por el imperialismo estadounidense para justificar y legitimar la invasión de Afganistán. ¿De qué manera esta narrativa minó el activismo de las mujeres en el terreno?
—Estados Unidos es un maestro en desviar la lucha revolucionaria y política de las personas, especialmente las mujeres. En los últimos 18 años, además de apoyar a la mayoría de los elementos contra las mujeres en todo Afganistán, y garantizar que estos elementos permanezcan intocables, Estados Unidos ha introducido una corriente de mujeres educadas en el gobierno y otras instituciones, en ONG, la sociedad civil y las redes. Esto tiene un doble propósito. Primero, utiliza a estas mujeres para engañar al mundo sobre la situación real de las mujeres afganas y las presenta como su logro de una guerra agotadora. En segundo lugar, al tomar a tales mujeres educadas bajo su ala, se asegura de que no se unan a la lucha revolucionaria, privando así al movimiento de mujeres de personas valiosas. Recientemente, un grupo de mujeres hambrientas de poder, “Women’s Network”, se reunieron con Gulbuddin Hekmatyar, como “representantes” de las mujeres afganas. Gulbuddin es uno de los criminales misóginos más sedientos de sangre, que es conocido por arrojar ácido en los rostros de las mujeres en sus días de juventud. Estas mujeres fueron a su encuentro para blanquear a su partido islamista misógino, y todo por fama, poder y dinero. Mujeres como Fawzia Koofi, Habiba Sarabi, Sima Samar y otras, se sientan con criminales yihadistas y talibanes a cambio de dinero y poder, y se presentan traidoramente como representantes de las mujeres oprimidas de Afganistán. ¡Estas mujeres ignoran la flagelación y la lapidación de las mujeres por parte de los talibanes y señalan sus “buenos” programas para mujeres si se unen al gobierno!
—¿Por qué RAWA decidió quedarse en Afganistán o en la región, en lugar de trasladar sus actividades a Europa u otros países occidentales? ¿Qué opina sobre la creciente organización de las ONG en Afganistán y otros países del Sur Global, patrocinada por instituciones occidentales?
—RAWA cree que solo puede convertirse en un movimiento poderoso con el respaldo de las masas, y este respaldo se produce al quedarse y trabajar en Afganistán, incluso si la situación es infernal. Las personas solo confían en las organizaciones revolucionarias que las apoyan en la práctica y son activas dentro del país. Nuestra experiencia ha demostrado que las organizaciones que cortaron sus raíces de Afganistán y se mudaron a Europa y otros países, se han disuelto vergonzosamente. Una de las razones por las que RAWA ha vivido tanto tiempo y continúa su lucha, es porque elegimos quedarnos en Afganistán a pesar de la sangrienta situación.
Las ONG son una parte importante de la columna vertebral del imperialismo en nuestro país. Creemos que una ONG es casi tan peligrosa como la formación del gobierno títere de Afganistán. Las ONG formadas en Afganistán son financiadas casi en su totalidad por Estados Unidos y otras potencias occidentales. Son un semillero para reclutar jóvenes, para formar los futuros gobiernos títeres de Afganistán que tendrán la apariencia de un gobierno moderno y democrático, pero cuyas cabezas serán lavadas para servir como lacayos mucho más leales de estos poderes. Las ONG también se utilizan para extraer el nacionalismo y la lucha revolucionaria de las cabezas de nuestros jóvenes, al darles enormes salarios y vidas en el extranjero. Está bien establecido que ninguna de estas ONG sirve a las personas y a las mujeres, y simplemente están dando lemas de “reconstrucción” y “ayuda para las personas” para ocultar sus verdaderos propósitos.
—Afganistán ha sido invadido, explotado, atacado y gravemente dañado por las fuerzas imperialistas en las últimas décadas. Esto ha afectado a las mujeres en particular. Aunque RAWA ha liderado campañas para poner la violencia sexual sistemática de los talibanes ante la justicia, hemos visto a personas corruptas y misóginas ascender a altos cargos políticos con el apoyo de Estados Unidos. ¿Cómo analizas la violencia sexual en la guerra? ¿De qué maneras y con qué apoyo se ha utilizado la violencia sexual como herramienta de guerra en Afganistán? ¿Y cómo ven desde su perspectiva a la justicia para las mujeres afganas?
—Como en todos los conflictos en la mayor parte de la historia, las mujeres y los niños han sido los principales objetivos en la guerra, y en particular en el conflicto de Afganistán. Han sido los objetivos más vulnerables de los grupos fundamentalistas, que han asolado nuestra nación durante casi tres décadas. La violación y otras formas de violencia sexual se hicieron comunes después de que los yihadistas, creados, alimentados y respaldados por Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán, llegaron al poder en 1992 después de la derrota de los soviéticos. Las diferentes facciones de los señores de la guerra yihadistas, divididas en líneas étnicas dirigidas por Gulbuddin Hekmatary, Burhanuddin Rabbani, Abdul Rab Rasool Sayyaf, Karim Khalili, Ahmad Shah Masood y Abdul Rashid Dostum, saquearon y violaron a la gente de Kabul puerta por puerta. Las mujeres fueron secuestradas y mantenidas en sótanos y edificios vacíos, y fueron violadas y torturadas repetidamente. La mayoría finalmente fueron asesinadas y sus cuerpos mutilados encontradas, después de que los miembros de la facción abandonaban un área en particular. Los relatos de tales mujeres son historias de horror y pesadillas.
La justicia para las mujeres solo se puede lograr mediante la aniquilación completa del actual gobierno, compuesto por elementos fundamentalistas islámicos y otros lacayos de Estados Unidos. Los líderes de los partidos fundamentalistas islámicos involucrados en crímenes de guerra, particularmente contra las mujeres, deben ser procesados y castigados. Una vez que nuestras mujeres realicen esta tarea, podremos decir que se hizo justicia.
—En países devastados por la guerra, las mujeres son a menudo víctimas y silenciadas durante la guerra y la paz por igual. Parece que la organización, el poder de voluntad y las demandas políticas se dejan de lado en todas las etapas del conflicto, incluso en los esfuerzos de paz. En raras ocasiones, las mujeres se esencializan de manera simbólica como víctimas llorosas e indefensas, incapaces de hablar por sí mismas. ¿Cuál es el papel de las mujeres afganas para la paz y la justicia?
—Para las mujeres afganas, la paz solo puede lograrse con justicia, y la justicia solo puede lograrse liberando a Afganistán de la ocupación extranjera y el fundamentalismo islámico. La eliminación de estos traidores y asesinos en el poder, y su persecución y castigo, es la justicia que las mujeres buscan por la paz, la prosperidad y la democracia real. Y esto es posible mediante una lucha organizada de mujeres conscientes.
Las conversaciones de paz que están en curso entre Estados Unidos, los talibanes y varias figuras prominentes afganas, incluidas las mujeres, son sal para las heridas de nuestras mujeres. Las mujeres falsas que afirman representar a las mujeres son los peores enemigos y están negociando con los enemigos más peligrosos de las mujeres, para darles más poder y dinero del que ya tienen.
—¿Por qué tipo de sociedad están luchando? ¿Qué esfuerzos hacen para realizar sus utopías aquí y ahora?
—Estamos luchando por una sociedad independiente, libre y democrática, que se base en los pilares de la justicia social, y donde las mujeres y los hombres sean iguales en todos los aspectos. El camino hacia esto es largo y difícil, y es una tarea enorme movilizar y organizar a las mujeres en un gran movimiento, pero creemos que no hay otra opción para alcanzar estos valores.
—¿Qué significa la libertad de las mujeres para ti y tu movimiento?
—La libertad de las mujeres para nosotras es nuestra participación en todas las esferas de la sociedad, basadas en la independencia, la democracia, el laicismo y la justicia social. Es nuestra completa igualdad con los hombres en todos los aspectos. Esta libertad e igualdad está ligada directamente a la política y la sociedad. Solo una sociedad libre de ocupación y del virus misógino fundamentalista, donde se implementa la democracia y la justicia social, puede romper las cadenas de violencia contra las mujeres y acomodar la libertad y los derechos completos de las mujeres.
—Como Movimiento de Mujeres Kurdas, sabemos que RAWA valora el internacionalismo como un aspecto importante de la resistencia y la liberación. Las mujeres en Afganistán han salido a las calles en apoyo de la revolución femenina en Rojava. ¿Qué piensa sobre la lucha de las mujeres en Rojava, o en Kurdistán en general? ¿Qué podemos aprender unas de otras?
—La lucha y los sacrificios de las leonas de Kurdistán han sido una inspiración y una fuente de fortaleza para nosotras. Su lucha contra el Estado Islámico (ISIS) y otros delincuentes de la Edad Medieval, nos ha dado grandes lecciones. Sabemos que ninguna fuerza en la tierra, ni ISIS y su respaldo de superpotencias y otros países de la región, puede enfrentar la verdadera resistencia de las masas. Sabemos, por enésima vez, que ninguna lucha puede tener éxito sin la participación de las mujeres. Entendemos los sacrificios que tenemos que hacer para alcanzar la sociedad de nuestros sueños. Cuando escuchamos el nombre de ISIS en Afganistán, lo asociamos con las mujeres resueltas y valientes de Kurdistán, no con el terror que está librando en nuestro país. Creemos que pueden ser derrotados y no tienen ninguna posibilidad frente a un movimiento genuino de mujeres.
—En términos de la lucha global de las mujeres por la libertad, ¿cuál cree que es el camino a seguir para que trabajemos juntas en luchas comunes contra el patriarcado y otros sistemas de violencia y opresión?
—RAWA cree que la solidaridad internacional con organizaciones y partidos que buscan la independencia, luchan por la libertad, democráticos y progresistas, es una parte vital de nuestra lucha interna. Nuestra lucha converge con la lucha del pueblo kurdo, ya que la mayoría de nuestros enemigos son de naturaleza similar. Estamos luchando contra el imperialismo y sus mercenarios fundamentalistas. En este punto, tenemos que compartir nuestras experiencias y lecciones para que podamos pasar mejor por esta ardua lucha.
*Por Kurdistan Report / Traducción Komun Academy – Kurdistán América Latina