El incendio en Vaca Muerta reinstala la necesidad de terminar con las zonas liberadas al fracking
Por OPSur
El subsecretario de Hidrocarburos de la provincia del Neuquén, Gabriel López, aseguró que los especialistas de la empresa Wild Well Control, que arribaron desde Estados Unidos, evalúan que el control definitivo del pozo Loma La Lata X-2 (LLLO X-2) demandará aproximadamente dos semanas de trabajo; para esa tarea, aguardan la llegada de válvulas especiales desde ese país.
“No debería alterarse la situación actual del pozo porque toda la presión del reservorio, que va fluyendo actualmente sin ningún control de superficie, se diluye en la quema del gas”, sostuvo el funcionario en declaraciones con el Panorama Informativo de Radio Universidad CALF de Neuquén.
En tanto, consultado sobre si sería sancionada YPF, por ser la operadora del área, López señaló: “No se está evaluando en este momento cuál es el mérito de la sanción porque no se tiene el elemento de prueba contundente que incrimine a la compañía”. Y agregó: “Una vez que la situación esté controlada y la compañía nos entregue el informe correspondiente, se harán las evaluaciones de pertinencia del informe y, en base a eso, se merituará si corresponde una sanción”.
En octubre del año pasado, en el área Bandurria Sur, también operada por YPF, un pozo estuvo fuera de control durante 36 horas, en aquella oportunidad, el diario Río Negro, el de mayor circulación del norte de la Patagonia, publicó un informe oficial sobre incidentes hidrocarburíferos en Neuquén. Desde inicios de 2018 hasta octubre, se habían registrado 934 incidentes ambientales, más de dos por día. En ese período, el 95% de las contingencias fueron catalogadas como “menores” y el 5% restante como “mayores”.
Es decir, que, entre enero y octubre de 2018, hubo 46 incidentes de cierta gravedad, uno por semana, lo que refleja a las claras la intensa huella socioambiental que esta actividad deja en el territorio.
A diferencia de lo sucedido el año pasado en Bandurria Sur, en esta oportunidad, funcionarios de la provincia se mostraron dispuestos a hacer declaraciones y dar precisiones sobre la contingencia.
Reabrir el debate
La fuga en el pozo exploratorio LLLO X-2 comenzó el sábado y, en la madrugada del domingo, se declaró el incendio. La situación recuerda a lo sucedido en 2013 en la localidad de Plottier, cuando ardió un pozo de gas ubicado a poco metros de un plan de viviendas. En aquella oportunidad, tardaron cinco días en controlar las llamas, también intervinieron especialistas llegados desde Estados Unidos. Si bien en el caso de Loma La Lata Oeste no se trata de una zona urbana, como se ha enfatizado en algunos ámbitos para restarle gravedad al hecho, cabe destacar que el pozo se ubica a menos de dos kilómetros del lago Los Barreales, que funciona como “cisterna” para el aprovisionamiento de gran parte de quienes viven en el conglomerado urbano más importante de la Patagonia Norte.
Producto de políticas públicas, se amplían las áreas de exploración y explotación, y la actividad hidrocarburífera se expande y intensifica en centenares de kilómetros cuadrados y se incorpora a la vida cotidiana de miles de personas como un peligroso agente invasivo. Cuando se produjo el incendio en Plottier, se abrió un fugaz debate o, al menos, una catarata de declaraciones de funcionarios públicos sobre los riesgos que genera la actividad hidrocarburífera en zonas urbanas y periurbanas, y la necesidad de ponerle un freno a través de la creación de “zonas de exclusión”. Controladas las llamas, la necesidad de limitar el avance extractivista desapareció de la agenda gubernamental, tanto a nivel municipal como provincial.
Lo que está sucediendo en Loma La Lata Oeste reactualiza la necesidad de que se abra ese debate, no para crear “zonas de exclusión” y liberar el resto del territorio al extractivismo, sino para avanzar en una transición hacia otras fuentes de energía, que demanda de manera urgente, como paso primero, el establecimiento de zonas de preservación. Es decir, que se frene el avance sobre áreas urbanas y periurbanas, cuencas hídricas, tierras destinadas a la producción de alimentos, territorios comunitarios indígenas y áreas naturales protegidas.
* Por OPSur