Fiesta de la primavera: reinas somos todas
Es costumbre que, el día de la primavera y lxs estudiantes, se elijan a la Reina, Princesa, Damas de Honor y Mariposón. En el contexto actual en el que los feminismos han podido calar hondo en nuestra sociedad, esta práctica es cada vez más cuestionada y esos estereotipos sociales ya no tienen cabida en la mayoría de las escuelas. ¿Cómo será este 21 de septiembre?
Por Redacción La tinta
Desde los años 70, se realiza, en San Salvador de Jujuy, la Fiesta Nacional de los Estudiantes. Se celebra durante la semana del estudiante argentina y da la bienvenida a la primavera que entra el 21 de septiembre en el hemisferio sur. Desde los primeros meses del inicio del ciclo lectivo, cada colegio secundario elige una Reina (con sus princesas y damas de honor). Cada Reina representa a su colegio en la elección de la reina departamental o regional dando paso a la Elección Provincial junto a otras Reinas Departamentales que también pasan por las mismas instancias.
La Fiesta Nacional de los Estudiantes finaliza con la elección de la Reina Nacional de los Estudiantes donde el Ente Autárquico Permanente y el Gobierno de Jujuy invitan a cada provincia de la República Argentina a que envíen una representante. El toque final de la fiesta es la entrega de premios en cada categoría a las carrozas construidas.
No salimos del asombro de que, a lo largo de los años y con los cambios sociales de las últimas décadas, se siga priorizando la belleza física, reforzando estereotipos violentos con los cuerpos de las mujeres e identidades disidentes, y que se reivindique esta elección, en la cual se representa a la mujer como objeto de deseo. Así, se legitima el poder patriarcal que se apoya en los modelos impuestos desde un determinado ideal de belleza, asociándolo a roles, juicios de valor y concepciones androcéntricas.
Desde hace algunos años, varias localidades se han ido resistiendo a este evento de manera contundente. En 2016, hubo prohibiciones en Villa Gesell, Viedma, Villa La Angostura y, semanas atrás, Coronel Suárez. Algo similar sucedió en Villa General Belgrano.
Por ejemplo, en 2018, la Subsecretaría de la Mujer de la Municipalidad de Paraná repudió “la realización de concursos de belleza y elección de reinas, ya que estos son una contradicción en el contexto actual donde se visibilizan los distintos tipos de violencia hacia la mujer, especialmente, la simbólica, que es aquella que impone estereotipos y modelos de mujer que violentan y discriminan a las personas que no condicen con los mismos».
Sorprendió también una novedad reciente: estudiantes de dos escuelas de Catamarca decidieron coronar a todas las participantes con el lema “Todas somos reinas”. La intervención fue para dejar en claro “las críticas a las que somos expuestas en estas competencias tan solo por las apariencias físicas y cómo estas terminan afectándonos emocionalmente», comentó Paula Brizuela, estudiante de dicha provincia. De esta manera, se pronunciaron en contra de estos certámenes que reafirman estereotipos de belleza irreales y provocan inseguridades entre las participantes.
Previo a la iniciativa, conversaron con un presentador de desfiles. “Le contamos nuestra idea, que le pareció bien, y le pedimos que, cuando desfilara cada una de las chicas, leyera la autocrítica que cada una escribió. Por ejemplo, cuando desfiló una chica rubia, él dijo: ‘Quiere estudiar medicina’, en tono sarcástico, dando a entender que, por ser rubia, no le va a dar la cabeza. Pensamientos que, en realidad, tiene mucha gente, incluso, los del público que se quedaron confundidos al escucharlo», expuso la joven.
Interesante cómo desde lxs mismxs estudiantes se aprovechó la instancia del desfile para cuestionarlo, criticando este sistema de elección y lo que promueve. También hicieron referencia al “Mariposón”, varones disfrazados de mujeres, que desfilan con el único objetivo de generar burlas y “festejar” la audacia de animarse a «travestirse». Paula comenta que esto “promueve la discriminación hacia minorías».
En Córdoba, este debate se instaló en 2016, cuando la legisladora Liliana Montero presentó un proyecto de ley (20759) para que, en todo el territorio provincial, se conviertan los llamados “concursos de belleza” en “concursos reales”. El proyecto prohíbe la realización de certámenes y concursos que promuevan criterios de selección basados en características físicas, sexo, edad, altura, peso, características étnicas o raciales, color de piel, cabello, ojos, medidas corporales de busto, cintura, cadera. Y cualquier otra característica física sostenida sobre criterios denigratorios para las mujeres o sobre estereotipos de género. Además, el proyecto obliga a la Provincia a promover la transformación de eventos de selección de “reinas de belleza” en concursos de reconocimientos de logros intelectuales, deportivos, artísticos o por sus trabajos y compromisos sociocomunitarios.
La belleza hegemónica y patriarcal debe ser cuestionada, como así también la meritocracia que prioriza valores capitalistas y coloniales. Cambiar prácticas profundas es necesario.
Lxs jóvenes nos enseñan a reconocernos desde las particularidades y como diversxs, y dejar de medirnos, calificarnos y categorizarnos con estándares discriminatorios y violentos que sólo refuerzan los sistemas que intentamos combatir. Lxs jóvenes nos exigen espacios de socialización sanos y amorosos, y las escuelas deben estar a la altura de esas demandas.
Quizás, si la ESI se respetase, muchas más escuelas harían lugar a estos planteos.
*Por Redacción La tinta.