Antes de cerrar los ojos
La ferocidad de las llamas no logra inmutar la concentración y el estado de Thich Quang Duc, un monje budista que, en forma de protesta, decidió autoinmolarse prendiéndose fuego. Esto sucedió el 11 de junio de 1963 en Saigón, Vietnam del Sur, en una de las calles más transitadas de la ciudad frente a la embajada de Camboya. La fotografía fue tomada por Malcolm Browne que se encontraba en el país, cubriendo las protestas budistas contra el gobierno de Ngo Dinh Diem, quien era católico y había iniciado una persecución contra el budismo.
Por Fernando Bordón para La tinta
Browne no se encontraba de casualidad en esa parte de la ciudad. El 10 de junio, un portavoz de los monjes budistas emitió un comunicado de prensa, anunciando que, al día siguiente frente a la embajada de Camboya, sucedería algo importante.
Así fue cómo una procesión de 350 monjes, encabezada por un automóvil, llegó al lugar llevando pancartas escritas en vietnamita y en inglés. Del auto, se bajaron tres monjes: uno con una almohada que la colocó en el piso, otro que sacó un bidón con combustible del baúl y el tercero que era Thich Quang Duc. Los tres se dirigieron al medio de la calle e, inmediatamente, llamaron la atención de lxs transeúntes, que se mezclaron con el resto de los monjes.
Thich Quang Duc se sentó en la almohada, tomó la posición de loto, su compañero lo roció con el combustible del bidón y se alejó. Empapado con nafta, dijo unas palabras en homenaje a Buda, cerró sus ojos y encendió un fósforo que arrojó hacia su propio cuerpo.
Inmediatamente, el fuego lo envolvió ante la atención pasiva de la muchedumbre integrada por curiosxs y monjes que lloraban y rezaban. Los relatos afirman que la policía y bomberos intentaron llegar para rescatarlo, pero los monjes les impidieron acercarse.
Luego de diez minutos, el cuerpo cayó y un grupo de monjes entró con una túnica amarilla, con la cual lo envolvió y lo sacó del lugar. Este hecho llamó la atención interna e internacional provocando una presión sobre el gobierno, que tuvo que iniciar un diálogo con lxs budistas.
A los pocos días en un templo, se realizó la ceremonia de cremación del cuerpo de Thich Quang Duc, con una gran concurrencia de monjes, público en general y una gran atención de la opinión pública mundial. La leyenda cuenta que, en la cremación, lo único que no se consumió fue su corazón, el cual se conservó como símbolo de un mártir.
También se conoció la carta que Thich Quang Duc dejó antes de suicidarse: “Antes de cerrar los ojos y dirigirme hacia la figura de Buda, suplico respetuosamente al presidente Ngo Dinh Diem que tenga compasión de los habitantes de la nación y que desarrolle una igualdad religiosa que mantenga la fuerza de la patria para siempre. Llamo a los venerables, reverendos, miembros de la sangha y predicadores budistas para que se organicen y hagan sacrificios con el objetivo de proteger el budismo”.
Por su parte, Browne, en 1964, recibió el premio Pulitzer por esta fotografía, lo que le dio un crecimiento en su carrera como fotoperiodista.
*Por Fernando Bordón para La tinta