«No doña, yo no voy a ser grande». El fusilado que quería llegar a la escuela

«No doña, yo no voy a ser grande». El fusilado que quería llegar a la escuela
3 julio, 2019 por Redacción La tinta

Por Natalia Tangona para Agencia Para la Libertad

Un negrito pobre y matancero. De visera y sonrisa grande, luminosa. Como Luciano, y como tantos que son NN desde que nacen. Matías Leonel Alderete. Un guachín de 14 años que iba al Programa Envión -destinado a chicos entre 12 y 21 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad social- en la Escuela Secundaria N°58, ahí donde los monoblocks de La Tablada se mezclan con Ciudad Evita. Donde el yuyal, la tierra grisácea y los gigantes de cemento del pobrerío se sienten tantito más tibios si sale el sol.

Un guachín de La Matanza cuarteada. Que sabía, como lo saben todos los guachines, que no importa lo que hagan o no hagan, porque la bala viene directamente a ellos cuando le da la yuta gana. Incluso cuando Matías sólo estuviera caminando para ir a la escuela, como el jueves 27 de mayo. La única causa por la cual los pibes de 12, 13, 14, 15 y, con suerte, 16 o 17 años, saben, desde chiquitos, que no van a llegar a ser grandes es la certeza de que algún uniformado va a gatillar.

Arnaldo Arias Mamani, policía federal, gatilló en la espalda y el pecho de Matías, y así pasó a ser, de ahora en más y por siempre, una bandera para la lucha por detener el genocidio encubierto.

Cuando Claudia, su mamá, llegó a la guardia del Hospital Ballestrini rodeada de efectivos que no permitían el paso a nadie, la causa ya estaba casi cerrada sin siquiera haberse abierto. “Su hijo no andaba en buenos caminos”, le dijeron apenas puso un pie. Claro, el camino a la escuela no debe ser nada bueno para quienes esquivan los libros y prefieren patear rejas y disparar a niños por la espalda. ¿Cuál es el “buen camino” para los asesinos de uniforme? ¿Será acaso aceptar robar o vender droga para ellos, por ejemplo? Matías iba por tan mal camino a la escuela que justo se interpuso (en un enfrentamiento, obvio, porque siempre es un enfrentamiento en donde los disparos vienen de un solo lado) con las balas justicieras de Arnaldo Arias Mamani, que ni bien terminó de gatillar ya contaba con los «avales» para haberlo hecho.

Difundieron el relato policial a los medios locales para que se dejaran de mencionar las palabras “gatillo fácil”. Según la versión policial, Mamani acordó un encuentro con el chico en el lugar para concretar la venta de una bicicleta. Mamani, policía federal de Esteban Echeverría, se encontraba de franco, y dice que al momento de la transacción el joven sacó un arma, le apuntó al hijo menor del efectivo que se encontraba dentro del vehículo y quiso robarle. Lo que él argumenta es que actuó en legítima defensa.


 Diferente es la versión de vecinos y transeúntes. Matías iba caminando a la escuela, un grupo de chicos pasa corriendo junto a él, al parecer, escapando de un vehículo que los perseguía. Mamani le dispara. Llegan los efectivos locales. La Bonaerense de La Matanza. El guachín, de 14 años, ya está muerto.


Lo levantan sin peritajes ni presencia de ningún fiscal. Ingresa el cuerpo fallecido de Matías a la guardia del Hospital Ballestrini. El cordón policial se cierra. Mamani forma parte del cordón. El relato oficial también está cerrado.

Al día siguiente no hubo clases en la Secundaria n°58 del complejo habitacional de Tablada. Entre todos juntaron plata para el sepelio que se pudo realizar recién el lunes, a pesar que los gatilladores de la democracia apuraban para cerrar la causa así, tal cual está. Sin siquiera una autopsia.

Hoy, Mamani toma mate en su casa. Hoy, a Claudia, mamá de 17 hijos, le falta un trozo de corazón y siente que en este mundo sólo a ella le importa eso. Y piensa que su vulnerabilidad, su vida de mala racha, su pobreza, su soledad, su lugarcito matancero y cuarteado, la marcan a ella y sus hijos a firmar en conformidad lo que le digan.

Hoy leí una anécdota de una docente. Una vez le preguntó a un alumno de 15 años, del Conurbano, qué quería ser cuando fuera grande. Él le respondió: “No doña, yo no voy a ser grande”. La misma respuesta encontró en el resto de sus alumnos. Pero Matías quería ser grande. Sus pasos hacia la escuela eran empujones hacia un pedazo más de vida, hacia un futuro posible, a pesar de todo. Lo fusilaron yendo a estudiar. Usted que lee, sabrá cuán predispuesto está a la verdad.

Conferencia de prensa

Integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso Nacional, junto a diputados de distintos bloques de la oposición, familiares de víctimas de la violencia institucional y organismos de derechos humanos convocan a una conferencia de prensa para este miércoles con el objetivo de dar a conocer la gravísima situación generada por los últimos casos de gatillo fácil tanto en la provincia de Buenos Aires como en distintos lugares de nuestro país.

«Esta terrible realidad, que ha puesto en peligro fundamentalmente las vidas de numerosos pibxs, tiene como directos responsables la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro Cristian Ritondo por no impedir el accionar represivo de las fuerzas de seguridad, que son amparados por la Doctrina Chocobar, impuesta por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich«, expresaron en un comunicado.

* Por Natalia Tangona para Agencia Para la Libertad

Palabras claves: gatillo fácil, Policía Federal

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