Las revoluciones no tienen forma
Por Luciano Debanne
Un saludito a ese grupito de exegetas de la cultura, de conservadores modernos de pelajes variopintos, de analistas con aires de populosidad, que gustan de hablar desde su pony de superioridad moral y artística. Un saludito desde el mismo techo de camión boricua desde el que Bad Bunny y Ricky Martin ondean banderas políticas multicolores que terminan volteando a un títere cipayo puesto por el imperio yanki en una de sus colonias más obscenas.
Las transformaciones, las revueltas, y las revoluciones no tienen forma, ni sujetos, ni músicas definidas, predeterminadas.
Acá nos lo enseñaron unas minas de ruleros y pañuelos en la cabeza, de esas que te encontrabas en la verdulería o barriendo la vereda hablando del programa de Mirtha Legrand, que salieron a hacerle frente a una de las dictaduras más sanguinarias y perversas en la principal plaza del país.
La historia nunca se clausura, y la fisura puede empezar
en cualquier parte. En cualquier parte y en cualquier gentes.
El secreto, me parece, es estar atentos, saber mirar, entender por dónde corren los ríos subterráneos de los que hablaba Jauretche; que suelen estar, como vetas de una mina, orillando las felicidades y goces populares.
* Por Luciano Debanne. Imagen: EFE/ Thais Llorca