Ecuador: La naturaleza a la subasta

Ecuador: La naturaleza a la subasta
17 julio, 2019 por Tercer Mundo

El gobierno de Lenin Moreno acelera su modelo político y económico neoliberal, y redobla su alianza con Washington.

Por Felipe Kohler para Revista Crisis

Tres acontecimientos referentes al medio ambiente fueron noticias en las últimas semanas en el Ecuador. Por una parte, de ahora en adelante, se permite el uso del aeropuerto de San Cristóbal a Estados Unidos para sus misiones de cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Para este fin, se ampliará dicho aeropuerto, causando un impacto adicional a un ya de por sí frágil ecosistema. “Ecuador: portaaviones natural”, debería ser el nuevo slogan propagandístico del ministerio de Turismo, ya que, desde ahora, los y las turistas que visiten las islas, además de observar a lobos marinos o iguanas en las playas, también tendrán la oportunidad de un avistamiento ocasional de aviones de reconocimiento estadounidense.

En segundo lugar, la publicación reciente del Informe Técnico correspondiente al Proyecto Cascabel promete a las mineras transnacionales uno de los botines de oro, plata y cobre más significativos, hasta la fecha, a escala mundial. Su puesta en funcionamiento en el año 2020 no prevé nada bueno para la zona, teniendo en cuenta la considerable degradación y destrucción ambiental que conlleva la minería, sin importar si es legal o ilegal, a gran o pequeña escala, a cielo abierto o bajo tierra.

En tercer lugar, una investigación reciente de The Guardian, datada del 17 de junio, aseveraba que el Ecuador se encuentra importando residuos plásticos provenientes de Estados Unidos, convirtiéndose así en el único país de América Latina en permitir semejantes prácticas. Esta representaría una de las últimas estrategias de Estados Unidos de exportar su basura a países del Sur para su posterior reciclaje, ignorando una recurrente carencia de estándares medioambientales en los países receptores, después de que China le cerrara las puertas. Entre enero del 2017 y marzo de 2019, Ecuador habría importado un total de residuos plásticos equivalente a 3.6 millones de dólares, de los cuales más de la mitad provendrían de Estados Unidos.

Ecuador Lenin Moreno Mike Pence la-tinta

La lógica de la dependencia sitúa a América Latina en el Sur -la periferia-, región que desde hace siglos ha servido al Norte -el centro, la metrópolis- para el desarrollo del capitalismo por medio de su consecuente explotación y depredación. La dependencia confiere roles definidos a ambas partes, encargándose el centro de proveer productos de (alto) valor tecnológico, mientras que la periferia provee la materia prima. Commodities sin mayor valor agregado como el cacao, el banano, el petróleo y recientemente el cobre, la plata y el oro, no requieren de mayor procesamiento que su mera explotación física, incluyendo una eventual y anterior fase de exploración, como es el caso en proyectos mineros. Estos procesos, que bien pueden llegar a ser costosos, son asumidos -dentro de la lógica neoliberal- por empresas privadas multi y transnacionales. Estas empresas, a cambio de la inversión logística, se llevan la mayor parte de la ganancia generada a base de la explotación de recursos, siendo en el caso actual uno no renovable. Indudablemente, estos procesos de explotación de la naturaleza terminan por generar un vasto ingreso a los inversionistas de las mineras, mientras el territorio de explotación se lleva la contaminación, la destrucción del medio ambiente y todo lo que esto comprende, terminando por la destrucción de la vida misma en las áreas intervenidas. Así, un proceso continuado de acumulación a nivel mundial enriquece al 1 por ciento de la población en el Norte a costa del resto del mundo, acentuando patrones de desigualdad y explotación, perpetuando el eterno status quo de servidos y servidores. En la misma lógica, se ubica también la presencia de un gran número de empresas mineras chinas, las cuales cumplen su parte en el ascenso económico del gigante asiático.


Cabe destacar que ni las prácticas extractivistas ni la exportación de basura al Sur o la instalación de bases militares estadounidenses son un fenómeno nuevo; sin embargo, las lógicas que imperan en este ciclo político facilitan y consolidan la sobreexplotación de los recursos minerales y la consecuente destrucción del medioambiente, además de fomentar un entreguismo político basado en la condicionalidad autoimpuesta actual, que termina por reforzar el proceso mismo. Adicionalmente, el elemento que destaca dentro del momento en el que nos encontramos se evidencia en la privatización de las áreas de mayor importancia de competencia y función estatal, como los servicios básicos, la educación y la salud. Entre estos, se incluyen la subsecuente subasta de los recursos estratégicos del Estado, los cuales por Constitución (artículo 313) pertenecen al pueblo ecuatoriano.


Ciertamente, el paradigma neoliberal permea al gobierno de turno y atará las manos del venidero, agudizando una crisis auto-inducida que obliga a un sobre endeudamiento en condiciones humillantes y una ampliación considerable del impacto humano sobre el medioambiente en el Ecuador. Esto resultará, más temprano que tarde, en un consecuente agravamiento de la crisis ambiental, que ya se empieza a vivir a causa de la insostenibilidad de nuestro modo de vida capitalista.

El giro del eje político, proceso que en el Ecuador se dio encubierto por medio de alianzas que ahora se conocen, fortaleció la lógica primario-exportadora neo-extractivista que nos ofrecen las elites económicas, respondiendo en última instancia a dinámicas del mercado mundial. Sin duda, el neoliberalismo corroe las instituciones estatales, corporativizando efectivamente al Estado, profundizando desigualdades globales a nivel nacional. Tomando las palabras del vicepresidente Sonnenholzner, para los grupos económicos de poder “donde hay minerales, habrá minería”. A esta consigna solo cabe responder: donde haya vida, habrá resistencia. Esta resistencia, para articularse de manera verdaderamente ecológica, tendrá que ser necesaria y fundamentalmente anticapitalista.

Ecuador contaminacion Chevron la-tinta

*Por Felipe Kohler para Revista Crisis

Palabras claves: Ecuador, Estados Unidos, medioambiente

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