El país del eterno retorno

El país del eterno retorno
4 julio, 2019 por Redacción La tinta

Por Ika Fonseca para La tinta

Ya es julio. Pronto, se cumplen nueve años de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario y a Marian Gómez la condenaron a un año de prisión en suspenso (una fantasmeada legal para que esté cagada por doce meses, con antecedentes penales por una década y el miedo a que efectivicen la prisión por cualquier estupidez que se le ocurra a la yuta). ¿Por qué? Por besar a su esposa en una estación de subte de Capital Federal. Qué loco, ¿no? Qué increíble, ¿no? No.

En un contexto donde un forro como Macri es presidente y una garca como Granata es diputada, retroceder en el tiempo no es cosa de ciencia ficción. Parece que vivimos en el país del eterno retorno.

¿Te acordás de las discusiones de hace nueve años? O de hace siete, cuando se sancionó la Ley de Identidad de Género. Cuánt_s tuvimos que andar justificando nuestra existencia, cuánt_s tuvieron que morir para poder dar ese debate.


Parece ridículo pensar que tuvimos que repetir hasta el cansancio que no somos “ciudadan_s de segunda” para acceder a los mismos espacios y exigir los mismos derechos de esa gente que nos anda encarcelando, matando, dejando sin laburo, sin estudio, sin familia, sin casa. Es ridículo tener que repetirlo una vez más en 2019.


Es una provocación, una burla, que tengamos que gritar nuevamente que nos dejen de matar. Porque, si no es una bala o un linchamiento o una violación “correctiva” en “manada”, es todo un sistema heteronormativo y ciscéntrico que nos lleva al suicidio.

Y yo me pregunto: ¿dónde está la tan mentada sororidad feminista cuando la condenada no es heterosexual? ¿Dónde está la masiva convocatoria reclamando “ni una menos” cuando la muerta es una trava? ¿Dónde carajos están las organizaciones de derechos humanos cuando el genocidio trans sigue sucediendo? ¿Y las orgas LGTB+? ¿Acaso están evaluando qué edificio público embanderar?

No se preocupen, hasta Mc. Donalds tiene banderita del orgullo. Quizás, inclusive, nos hacen descuento en alguna tienda de ropa por ser “güeis”. ¡Pero sólo en junio, mes del orgullo! El resto del año, al calabozo, al clóset, a la tumba.

Y, mientras tanto, el catolicismo y el evangelismo siguen llenando bancas, bancos, escuelas y hospitales. Y, mientras tanto, nosotr_s seguimos contando muert_s y condenad_s. ¿Y el Estado? El Estado necesita mano de obra sumisa y servil, no putit_s revolucionari_s.

¿Sabés qué me da más bronca? Bueno, no, más bronca me da que nos sigan haciendo la vida imposible, literalmente. ¿Sabés qué me da mucha bronca? Que si le preguntás a cualquier persona paki cisgénero si se indigna por la muerte de alguien, te dice que sí. ¡Hasta te va a una marcha por eso! Pero si la concentración o la marcha es por alguien que no es paki y/o cisgénero, una banda de grillos comienza a sonar y somos menos de 100 quienes nos juntamos a hacer un poco de ruido para reclamar por esa vida que nos quitaron.

¿Entendés la idea de fondo de todo esto? ¿No te da una bronca enorme, tan grande que sentís que vas a poder sobrevivir el invierno sólo con el calor que te sube por el estómago y por la nuca?

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Sí, amigui, todavía hay bocha de gente que piensa que hay muertes y muertes, y que nosotr_s no somos gente. También piensan que no tenemos memoria y que vamos a bajar los brazos, pero no, amigui. Vos y yo sabemos que no nos vamos a conformar con un twittazo ni con compartir un flyer o meternos a un forobardo.

Vamos a salir a la calle, vamos a reclamarla porque también es nuestra. Vamos a ser más visibles que nunca, a ver si se curten, y vamos a seguir viviendo. Nos vamos a seguir besando, deseando, amando. Nos vamos a cagar de risa y nunca más de miedo, porque el miedo es suyo y sólo suyo, y no nos lo van a encajar a nosotr_s.

Vamos a homenajear a nuestr_s ancestr_s mostris. A quienes vivieron y murieron fuera de esa cosa chata, insípida y horrible que es la heteronorma cissexista. Vamos a seguir viviendo por ell_s, por nosotr_s y por tod_s es_s pibis hermos_s que recién están floreciendo.

Y si hay algo que vos y yo sabemos bien, amigui, es que nunca vamos a dejar de florecer.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Ika Fonseca para La tinta.

Palabras claves: Lesbofobia, Lesboodio, LGBT, Matrimonio Igualitario

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