Ante las políticas punitivas: espacios de cuidado
Desde la presentación del proyecto de Reforma Penal Juvenil, les integrantes de la campaña #CórdobaNoBaja vienen realizando acciones que apuntan a visibilizar, tejer redes y fomentar el cuidado comunitario en contraposición a las políticas punitivas impulsadas desde el gobierno.
Por Redacción La tinta
“Algunos dicen tenerle miedo a la muerte. Yo no. Yo le tengo miedo a la policía. Y es lo que no me deja dormir”. Un primer plano nos muestra el rostro de Mónica Alegre, madre de Luciano Arruga. Así cerraba el video proyectado en La Piojera el sábado 4 de mayo, en el marco del Festival #CórdobaNoBaja. Esta campaña, que reúne organizaciones sociales, colectivos diversos y personas sensibilizadas con la problemática, fue impulsada como respuesta a un proyecto de ley nacional que pretende bajar la edad de imputabilidad, sin garantías de ser un proyecto integral.
¿Cómo enfrentamos el actual estado de cosas? ¿Cómo respondemos al ejercicio del poder y la violencia de los “estados militarizados corporativos”? se pregunta Vandana Shiva en una entrevista realizada por Claudia Korol. “Resistir la regla del miedo” -explica- “el modo más efectivo de resistir el miedo es no tener miedo. Y continuar teniendo coraje (…) cultivar nuestra fuerza en común, nuestras solidaridades, para estar juntos”. Esa es la apuesta del colectivo Córdoba No Baja, un espacio abierto, amplio y diverso, propulsor de múltiples actividades, que se junta cada jueves a planificar acciones.
“Cuidar a los y las pibas”, “cuidarnos entre todes” son las frases que se repiten en las entrevistas, que se escuchan en los micrófonos, que atraviesan cada acción.
En medio de esta guerra, que en lugar de atender y promover vida la elimina, el cuidado es una acción colectiva transformadora, más potente aún si se teje en redes.
Habitamos un presente en el que sin una política comunitaria que ponga el cuidado colectivo en el centro, difícilmente podríamos resistir, y mucho menos soñar con avanzar en otra propuesta de sociedad. La ola feminista, las asambleas populares y los pueblos originarios nos enseñaron sobre esto. Haciendo un rápido repaso de la política que pretende aprobar el gobierno es extremadamente preocupante la situación. Se parte de un proyecto de ley que va contra los Tratados y Convenios Internacionales sobre infancia a los que como país adherimos, con falacias aberrantes como culpar al sector más vulnerable de un fenómeno tan complejo como es la inseguridad.
El último informe publicado por la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre la deuda social de la infancia, arroja que hay cuatro millones setecientos mil niñes en condición de pobreza estructural. Mientras tanto, en Argentina espanta la comparación entre el alto presupuesto destinado a seguridad, y los recortes en las políticas educativas y de salud.
“Esquivo golpes domino cortes,
soy testigo del abuso de la cana sobre
el más desprotegido siempre paga el pobre”
Clan Saifa
Les adolescentes son invisibles o criminalizades. Aparecen en la prensa sólo en policiales o sociales, como delincuentes o por alguna nota de color. Sin embargo, hablar de niñes y jóvenes en sentido amplio sería un error. Si bien vivimos en sociedades adultocéntricas, estas políticas están diseñadas para las clases populares. Extrapolando (sólo un poco) los contextos, la feminista negra Magdalene Ang-Lygate explica que “algunas formas de otredad se consideran apropiadas y son toleradas porque apoyan o perpetúan relaciones desiguales de poder”, mientras que otras son percibidas de forma negativa y por esto se las rechaza o reprime.
Ante esta complejidad de muerte, la campaña #CórdobaNoBaja opone vida. Las feministas populares, comunitarias, indígenas, campesinas de estas tierras sabemos que defender el territorio es parte esencial de nuestro proyecto de vida, y que el cuerpo es nuestro primer territorio. ¿Cómo no vamos a estar alertas entonces por los y las niñas y jóvenes, y esta arremetida contra sus vidas? Es imprescindible poner el cuidado en el centro, un cuidado que no es tutelaje, sino construcción de comunidad de los afectos. Muestra de esto es la ocupación de la plaza San Martín, que se realizará hoy miércoles 8 de mayo, por parte de la Campaña, donde se exhibirán las acciones cotidianas que se realizan en distintas partes de la ciudad, y que construyen a diario ese cuidado comunitario.
“Pero yo salgo decidido a la calle a pelearla el doble,
aunque el tiempo me roben problemas desborden,
rimas en acordes rompen moldes hijo del desorden”
Clan Saifa
Espacios públicos y recuperados: los escenarios de la campaña son justamente esos, los cercados por los centros de poder, controlados por los distintos actores que garantizan la represión sobre los cuerpos que no importan, o que importan en tanto disciplinados. En La Piojera también se escucharon voces que hablaban de caminar en la calle, del peligro que representa para los y las pibas más pobres una acción que puede parecer tan simple para otres: caminar. El espacio público sólo para algunes, ni para los y las pibas de las barriadas populares, ni para los cuerpos diversos, ni para las mujeres. El poder patriarcal, rector de las políticas punitivas, nos manda a guardar. En este escenario la llamada al espacio público es en sí misma irreverente: festivales, encuentros de hip hop, muestras de lo que se hace a diario en cada barrio.
“Así vamos caminando y peleando, así nos alegramos y movilizamos, y también padecemos y confrontamos la brutal violencia que se vuelca contra nuestros cuerpos”, dice Raquel Gutiérrez Aguilar.
Nos encontramos esta tarde en la Plaza San Martín desde las 16 hs. en el Festival Jóvenes en el Espacio Público.
*Por Redacción La tinta.
