«Necesitamos más mujeres de este lado de la línea»

«Necesitamos más mujeres de este lado de la línea»
21 febrero, 2019 por Redacción La tinta

Por primera vez en su historia, el plantel femenino de Belgrano tendrá a una entrenadora mujer. Con 34 años, Constanza Guerra no duda que el fútbol femenino crece a pasos agigantados y entiende que la profesionalización «no es imposible». Orgullosa de haber logrado conformar un cuerpo técnico íntegramente de mujeres en su paso por Argentinos Peñarol, llama a jugadoras y amantes del fútbol a estudiar y formarse: «Hay clubes que están necesitando mujeres al mando, en la cabeza de los equipos y quieren darles ese espacio». En una larga conversación con La tinta, Coti asegura que, en la actualidad, «el conocimiento sobre fútbol ya no distingue géneros».

Por Gonzalo Reyes para La tinta

Constanza abre el bolso y saca una campera blanca reluciente. En la veloz maniobra para poder ser fotografiada, se escucha el tac de la etiqueta que ella misma desprende de la indumentaria. Es tan reciente la incorporación de la primera entrenadora de fútbol en la historia del Club Atlético Belgrano que todavía el abrigo oficial de DT no había sido estrenado. “Cuando me dieron todo el conjunto, pregunté cuánto me iba a costar”. Le dieron una respuesta extrañísima: “Nada”. Tan irreal como sí Osella, DT de la primera masculina, hubiera hecho la misma pregunta. “Y pensar que hasta dudé en aceptar venir al club”, nos confiesa. Pasa que cuando la pasión motoriza los sueños, uno deja pedacitos del alma en los espacios que ocupa y tal es así que no se desprendió completamente de Argentino Peñarol, donde dirigió hasta el torneo pasado. Y como si fuera poco, sostiene otros cuatro trabajos más.

Con 34 años recién cumplidos, Constanza Guerra se forma, actualmente, como directora técnica. Pero, desde que comenzó a estudiar el profesorado de Educación Física en el IPEF, lee libros, mira videos, investiga y escrudiña tácticas y técnicas. Luego de recibirse, siguió con el entusiasmo de una joven de 16 años, edad en la que le picó el amor por la pelota. No duda del crecimiento del fútbol femenino y, ahora que las canchas se ocupan cada día más, llama a que más mujeres pasen a ocupar el otro lado de la línea. “Hay que formarse”, no para de decirlo. Sabe que, aún, los hombres que juegan, dirigen y administran el fútbol les toman exámenes más rigurosos. Desconfían. Pero también admite que se están dando cuenta de que las mujeres hacen y saben de fútbol, y pueden dar respuestas que el ojo del hombre desconoce.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—¿Cuándo y cómo empezó tu relación con el fútbol?

-Con la familia no fue. En mi casa, era la más grande de tres hermanos -dos mujeres y un varón- y a mi papá no le interesaba el fútbol, miraba el rally los sábados y nada más.

El amor por el fútbol no sé muy bien desde dónde nació, pero creo que fue jugando en la escuela de verano, recién a los 16 años. Hice dos clases y ya me pusieron de ayudante. Ahí, mientras estaba con el grupo de peques, me empecé a entusiasmar con el tema de la pelota. Los niños siempre quieren jugar a la pelota, siempre al fútbol, y, ahí, me empecé a entusiasmar.


Pero, en mi casa, no querían saber nada con que una mujer jugara al fútbol. Con el vuelto de los recreos, me compré mis primeros botines. Con monedas. En aquel momento, creo que salían 36 pesos. ¡Para mí, era una fortuna llegar a juntar eso! Ni de marca eran. Eso fue en mis inicios. Después, fui encontrando gente que también jugaba al fútbol y nos empezamos a juntar.


—¿Llegaste a jugar en clubes de Córdoba?

-Vine a probarme en Belgrano en 2003 y quedé. Pero coincidió con mi ingreso en el profesorado de Educación Física y los tiempos de entrenamiento eran los mismos que los de cursado. Estuve menos de un año y no pude continuar. Seguí estudiando y, después, apareció una oportunidad en Racing y pude jugar ahí.

—¿Cómo ves el fútbol hoy? ¿Una piba de 16 años tiene más chances de jugar al fútbol que vos a esa misma edad?

-Seguro que tiene más posibilidades. Hay una clara apertura respecto a que una mujer practique fútbol en cualquier ámbito. Una apertura de la gente, de los padres, de las chicas, de las maestras, de los maestros, del profe de educación física que antes no accedía a que las chicas también jugaran fútbol. Cambió mucho. Creo que las posibilidades, hoy, son diferentes y, si hoy tuviera 16 años y quisiera empezar a entrenar, tengo clubes para elegir. Tengo escuelitas, torneos amateur de fútbol 5, 6, 7, 11.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Para Coti, «hay más chicas que juegan al fútbol porque hay más torneos y hay más torneos porque hay más chicas que quieren jugar». No es un juego de palabras. Para la entrenadora, el deseo de jugar al fútbol en las mujeres crece a la par de la creación de más y diversos espacios para poder practicarlo. «Hoy, la que recién arranca tiene dónde jugar, la que está avanzada tiene otro lugar donde jugar y contagian a otras chicas que practican otros deportes».

Incluso en el ámbito del trabajo formativo de jugadores y jugadoras, Constanza ha vivido ese proceso de apertura hacia las mujeres. Actualmente, su cuerpo y su mente se reparten en seis trabajos diferentes, todos relacionados al entrenamiento en deportes. «Hoy puedo elegir», son tres palabras que dicen más que el sólo hecho de contar con más de una oferta laboral. «Hace cinco años que puedo decidir qué trabajo quiero y qué trabajo no quiero».

«Hay clubes que están necesitando mujeres al mando, en la cabeza de los equipos, y quieren darles ese espacio», afirma. Pero también señala que todavía son pocas las mujeres que se animan a dar ese salto «de la cancha hacia este lado de la línea», con aspiraciones a ser entrenadoras, ayudantes de campo, analistas de videos, preparadoras físicas. Con orgullo, nos cuenta que, en su paso como entrenadora de Argentino Peñarol, logró conformar un cuerpo técnico íntegramente de mujeres. «Yo les digo ‘por favor, pónganse a estudiar que necesitamos más gente de este lado de la línea’«. La formación profesional y el constante estudio autodidáctico son, para Constanza, fundamentales en este mundo que se abre paso a fuerza de demostrar que una mujer no solo quiere, sino que también puede hacer y saber de fútbol. Lo sabe desde ante de que los jugadores del equipo de la Escuela de Aviación Militar la pusieran a prueba en sus primeros días: «`¿Y esto que nos hace hacer ahora para qué sirve?´, me decían desafiándome». Si bien hay muchos hombres que terminan dirigiendo planteles en divisionales de clubes sin poseer estudios, Guerra no duda que, para las mujeres, la cosa es totalmente al revés, se piden títulos y currículum: «Hoy, es así. Pero nos hace mejor. No es leerse libros y libros, sino, más bien, tener una base teórica».


«Se tienen que animar. No es solo formarse como DT. Es tener ganas de crecer, de sentarse a leer, sentarse a analizar y no solo ver un partido de fútbol para saber quién gana y quién pierde. Hay muchas profes que son jugadoras y que tienen grandes capacidades y una gran proyección. Hay que formarse».


—¿Las instituciones deportivas empezaron a abrirle las puertas a las mujeres por una presión social de época o porque creen que pueden ofrecer otra mirada sobre la práctica, la formación, la organización, la administración del deporte?

-Creo que empiezan a ver que las mujeres podemos darle una visión diferente y también que podemos hacerlo a la par, compartiendo el mismo conocimiento. El género ya no distingue el conocimiento. La diferencia, hoy, la hace la pasión y el amor, y en lo que uno cree y sabe sobre eso que trabaja.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—¿Es posible un fútbol femenino profesional?

-No es imposible. Pero se necesita una buena base de logística organizativa por parte de los clubes para poder realizarse. Dentro de Córdoba, creo que son pocos los clubes que, económicamente, pueden llegar a solventar los gastos de una jugadora.

Ahora, el fútbol femenino está creciendo en Argentina a pasos agigantados. Quizá, dentro de tres años aproximadamente, podamos ver que transmiten por TV un clásico entre Belgrano y Talleres, o cualquier partido de la Liga Cordobesa. O si juegan los planteles masculinos de primera de Belgrano y de Boca, que el partido preliminar sea entre los equipos de primera femeninos de Belgrano y de Boca. Sería muy bueno que eso suceda así porque la gente ya se está interesando en el fútbol femenino y, con decisiones como esas, se llegaría a más personas. Hace un tiempo, un dirigente del fútbol me dijo `el futuro del fútbol es femenino´. Porque el femenino está creciendo tanto que ya se ve cómo algunos empiezan a invertir, por ejemplo, en publicidad y sponsoreo. Hay una visión de futuro.

Guerra llama a mirar más allá de hoy. Así como lo hace al momento de intentar convencer a más mujeres para que se formen como futuras entrenadoras, también lo aplica para decirles a los clubes que es posible proyectar estrategias para sostener y hacer crecer el fútbol femenino.

Si, cada vez, hay más mujeres jugando al fútbol, quiere decir que están creciendo esos mercados que, hasta ahora, las marcas creían que eran exclusivamente masculinos. También crecen los públicos que consumen el deporte y, si hay audiencia, oyentes, espectadores, entonces, hay publicidad: «En la Copa América, vos podías ver la cantidad de personas que estaban viendo en vivo las transmisión oficial por redes sociales. Eran muchas personas. Entonces, es cuestión de mirar hacia el futuro proyectando seriamente».

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—¿Qué pensás de la medida que intentó tomar el año pasado la Liga Cordobesa sobre eliminar la obligatoriedad a los clubes para que tengan equipos femeninos?

-Por un lado, es verdad que no hay clubes que pueden sostener sus planteles. No tienen las herramientas para entrenar, los espacios, los profesores. Es una realidad: hay clubes que no pueden cumplir con la obligatoriedad.
Pero, por otro lado, tengo la idea de que un club es un ente social y, como tal, debería tratar de encontrarle la vuelta para poder ofrecer todo eso. Hay clubes que hace siete años que están exactamente en las mismas condiciones, que podrían haber hecho más cosas para que el fútbol femenino creciera y prefirieron no hacerlo.

Entonces, si vos te considerás un ente social, que alberga a personas y su cultura, si te considerás un formador, tenés que hacer un esfuerzo. Construir con gente capacitada o con gente que no necesariamente esté capacitada, pero que tenga ganas, con la comunidad de los barrios que te rodean. Para el fútbol y para cualquier deporte.

—Por último: ¿Fútbol mixto sí o fútbol mixto no?

Yo creo que está bueno. Lo he practicado y me he divertido. Me gusta jugar con varones. Me parece enriquecedor para todos. Así que «fútbol mixto sí».

*Por Gonzalo Reyes para La tinta

Palabras claves: Belgrano, Constanza Guerra, Fútbol Femenino

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