La exportación y el desplazo de YPF: pilares del desarrollo de los hidrocarburos no convencionales en Argentina
En el nuevo informe de Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES), se analiza la política energética de los últimos años y sus implicancias sobre la dinámica reciente del sector hidrocarburífero. Se identifican rupturas y continuidades entre la política del último gobierno kirchnerista y la gestión de Cambiemos.
Por Opsur
El nuevo informe de EJES analiza la política energética de los últimos años y sus implicancias sobre la dinámica reciente del sector hidrocarburífero. Se identifican rupturas y continuidades entre la política del último gobierno kirchnerista y la gestión de Cambiemos. Según el informe, la principal continuidad es la profundización del avance de los hidrocarburos no convencionales, mientras que los cambios son otros y más complejos. El destino de la producción adicional, priorizando el mercado externo y planificando Vaca Muerta como una plataforma exportadora, es uno de ellos. También las compañías privilegiadas, con un creciente rol de Tecpetrol del grupo Techint.
Profundización de la explotación de no convencionales
Tras la sanción de la Ley de Soberanía Hidrocarburífera y la expropiación parcial de YPF (2012), en 2013, comenzó a tener vigencia un programa de estímulo sectorial con el propósito de incrementar la producción gasífera. Mediante el Plan Gas, los productores percibieron un precio más alto. A través del subsidio que otorgó el programa y como el plan se propuso, la producción aumentó en 2015 y 2016, y apenas cayó en 2017. Así, la necesidad de importar gas descendió al 22% después de haber alcanzado el pico del 25% en 2014.
El aumento se dio, principalmente, por la inversión llevada adelante en explotaciones no convencionales. La misma ganó participación en el total invertido. A partir de 2016, con el desplome de la inversión en explotaciones convencionales, la participación de los no convencionales en las inversiones del sector continuó aumentando y, por primera vez, en el año 2017, más del 50% de los recursos se volcaron a este tipo de producción. A lo largo del 2018, esta tendencia, incluso, se profundizó. Para enero 2018, la producción de gas convencional fue de 87 MMm3/d. Tras caídas intermensuales permanentes, en septiembre, es de 83 MMm3/d. En cambio, para el gas no convencional, hubo crecimientos intermensuales permanentes. La producción pasó de 37 MMm3/d a 49 MMm3/d en el mismo período.
Este desempeño divergente explica que, actualmente, el no convencional represente más de un tercio de la producción total de gas.
Vaca Muerta como polo exportador
Mientras que, en el discurso del gobierno anterior, el potencial de Vaca Muerta estaba vinculado a la posibilidad de asegurar el autoabastecimiento energético y descomprimir la salida de divisas para el pago de importaciones de gas, la gestión actual hace particular hincapié en el potencial de Vaca Muerta como polo exportador. En esta línea, en agosto de 2018, a través de la Resolución Nº 104/2018 del ex Ministerio de Energía y Minería (MINEM), se aprobó el “Procedimiento para la autorización de Exportaciones de Gas Natural” que define un nuevo régimen normativo para la exportación.
Cambio en los actores que lideran el desarrollo de Vaca Muerta
Otro de los aspectos novedosos respecto a la política sectorial del gobierno anterior refiere a las compañías que lideran este proceso. YPF fue la empresa más dinámica en términos de la recuperación de la inversión hidrocarburífera entre 2013 y 2015. Pero, a raíz de su desinversión, en 2017, perdió más de 15 puntos porcentuales de participación en las inversiones totales del sector. El actor que emerge disruptivamente es Tecpetrol.
Esta compañía se vio especialmente favorecida por el “Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales”, aprobado en marzo de 2017 y que reemplaza al Plan Gas. Consiste en garantizar un precio estímulo sólo a aquellas empresas que cuenten con concesiones de áreas de gas no convencional aprobadas, pero aún sin explotar. Mientras que Plan Gas potenció, principalmente, la inversión en no convencional de YPF, el nuevo programa se diseñó para promover el crecimiento de empresas con bajo o nulo desarrollo en el sector.
* Por Opsur / Imagen de tapa: Fabian Ceballos