La mística de la revolución
La mirada y una leve sonrisa le dan una actitud desafiante, su cabello despeinado y la posición corporal aportan cierto toque cinematográfico a la imagen. A quien vemos en este retrato es a Marina Ginestá y quien se lo tomo fue el fotógrafo alemán Hans Gutmann el 21 de Julio de 1936. En ese momento Marina tenía 17 años y ya militaba en la juventud del Partido Socialista Unificado de Catalunya. De hecho esta fotografía fue tomada en la terraza del Hotel Colón en Barcelona, que días más tarde se convertiría en la sede del partido. El fusil con el vemos a la joven se lo prestaron para la foto, hasta ese momento ella nunca había utilizado uno.
Por Redacción La tinta
Marina nació en Toulouse en 1919 y era hija de una pareja de trabajadores que tenían un fuerte compromiso político, en 1930 decidieron trasladarse a Barcelona donde la joven inició su militancia. Cuando estalló la guerra civil, ella se desempeñó como periodista y mecanógrafa en las filas republicanas.
Esta fotografía fue publicada durante la guerra pero luego fue guardada en los archivos de la agencia EFE, que era para quien trabajaba Gutmann en ese momento. La foto volvió a ser publicada recién en 2002 cuando se utilizó en la tapa del libro Trece rosas rojas, de Carlos López Fonseca, que recupera las historias de trece jóvenes fusiladas por ejercito franquista.
Además luego fue la que abría la exposición “De la guerra civil española a la II Guerra Mundial”, en la que la agencia EFE mostraba gran parte de su archivo. En 2006 uno de los documentalistas de la agencia fue quien descubrió que la joven que aparecía en foto era Marina.
Casi al final de la guerra Marina tuvo que huir herida y refugiarse en Francia, luego con el avance del nazismo debió escapar hacia República Dominica, donde también fue perseguida por el dictador Rafael Trujillo.
Años más tarde ya instalada en París reflexionó sobre la fotografía diciendo “es una buena foto, refleja el sentimiento que teníamos en aquel momento. Dicen que en la foto tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución del proletariado y las imágenes de Hollywood, de Greta Garbo y Gary Cooper”.
*Por Redacción La tinta