Género bajo ataque, el complot de los anti derechos en Latinoamérica
Se presentó, en Córdoba, el documental que versa sobre el plan estratégico que diferentes organizaciones conservadoras y contrarias al reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos están aplicando en América Latina, con los medios como aliados en un complot más que evidente.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Que tantas organizaciones, sindicatos y unidades académicas inviten a la presentación de una producción audiovisual documental es algo que no sucede con frecuencia. Claramente, y en primer lugar, habla de la importancia que la temática abordada tiene en el contexto actual de Argentina y de Latinoamérica. Y, en segundo lugar, de la necesidad del encuentro -que un año caracterizado por numerosas luchas comunes viene dejando- no sólo entre las organizaciones, sino también con un público que llenó la sala de la UEPC.
El evento fue convocado por Católicas por el Derecho a Decidir Argentina; Campaña Nacional por el Derecho al Aborto-Córdoba, la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba, el Programa de Género (Secretaría de Extensión – UNC ), la Facultad de Ciencias Sociales (UNC), la Federación Universitaria de Córdoba, Adiuc UNC (Asociación de Docentes de Investigadores de Córdoba), la Federación de Estudiantes Secundarios (Córdoba Capital), el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba, el Cuerpo de Abogadas Feministas, PAR – Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación no Sexista y Fundeps Argentina (Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables).
La presentación de Género bajo ataque contó con una mesa de presentación y conversatorio con Ofelia Fernández , Soledad Ceballos y José Manuel Morán Faúndes, moderada por la periodista y tallerista cordobesa Pate Palero.
El documental
Un documental es una producción audiovisual en donde el contrato con el espectador indica que lo que estamos viendo es lo que realmente pasó delante de la cámara, como se muestra.
Género bajo ataque tiene una duración de 70 minutos y fue filmado en Brasil, Costa Rica, Perú y Colombia. Producido por CLACAI (Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro), el film intenta mostrar, a través de cuatro relatos, cómo las acciones desarrolladas y pensadas por los grupos anti-derechos, lejos de ser episodios aislados, responden a un plan coordinado en la región, un complot.
Su director y guionista, Jerónimo Centurión, dice en el sitio web del documental: “El conservadurismo avanza peligrosamente en la región. La victoria en primera vuelta del ultra derechista Jair Bolsonaro no es un fenómeno aislado. Detrás, están las facciones más conservadoras de las iglesias evangélicas y católicas. Lo mismo ocurrió en Costa Rica, donde un pastor homofóbico estuvo a punto de ganar las elecciones en el llamado, hasta hace poco, “país más feliz del mundo”.
El cineasta agrega: “El documental nos muestra los resultados de un plan que se viene ejecutando de manera estratégica. Un proyecto mediante el cual los conservadores están ocupando puestos de poder político para, desde allí, imponer una visión del mundo. Una visión donde el hombre heterosexual es superior. Y esa visión es la que están infiltrando en las escuelas de todo el continente, utilizando como estrategia su oposición a lo que ellos llaman ideología de género. Este documental muestra dónde y cómo vienen operando”.
Los medios, las iglesias y el complot
En el evento de presentación, la periodista, integrante de la Red PAR y capacitadora en Comunicación y Género de la Defensoría del Público, Soledad Ceballos, fue una de las interlocutoras de la mesa de debate, junto a Ofelia Fernández (estudiante, presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini e integrante de la organización “La Emergente”) y José Morán Faúndes (doctor en Estudios Sociales de América Latina, magíster en Sociología e Investigador del CONICET).
Ceballos contó a La tinta: “En la mesa, mi aporte giró más en torno a la especificidad de la comunicación y de cómo en esos países se distribuye el mapa de medios. Revisar qué tipo de legislación hay en torno a la distribución del espectro radioeléctrico, por ejemplo, para poder pensar cómo los medios de comunicación favorecen o regulan la incidencia de estos grupos y esta campaña.
Es interesante en el documental cómo cuentan, por ejemplo, en la experiencia de Brasil, que, cada un día, aparece una nueva iglesia en Brasil, y pensando, vinculando y dimensionando esa velocidad en que se reproducen las iglesias, ver cómo se reproducen los medios en manos de las iglesias. Entonces, ahí también hay una mirada significativa para poner en relación justamente a cómo las iglesias con muchos medios de comunicación propios que no están regulados, para las que no hay legislación que regule las licencias, inciden en la construcción de imaginarios sociales en la ciudadanía”.
Si bien el documental relata sobre otros países latinoamericanos, Ceballos comparte: “Es importante poder pensar específicamente en Argentina, porque también se ha dado la situación del avance de los grupos antiderechos y el avance e instalación de la campaña «Con mis hijos no te metas». Sobre todo, me parece, a partir de la discusión de la despenalización y legalización del aborto en nuestro país, pero también creo que es interesante hacer el cruce con cómo se redibujó, a partir de diciembre del 2015, el mapa de medios acá.
La derogación de artículos esenciales de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a partir de estos decretos de necesidad y urgencia también volvieron a dibujar un mapa de la distribución, un mapa de la ley, de la legislación vigente que sí se proponía, en términos bien democráticos, ofrecer el espectro radioeléctrico de una manera igualitaria y eso facilitaba y exigía, en algún punto, la multiplicidad de voces.”
La comunicadora agregó: “Considero que es un vínculo interesante a poder tejer en relación a cómo se ha dado la incidencia, últimamente, de «Con mis hijos no te metas», que no es una cosa que pasa solo en la Argentina, sino que, como se evidenció en el documental, también pasa en otros países, donde lo religioso se antepone ante los derechos incluso de niños, niñas y adolescentes, porque, ya solo con el eslogan, está invisibilizando el derecho, el derecho supremo, superior, a recibir educación. Aparte, para pensarlos y pensarles como sujetas y sujetos de derechos, más allá de lo netamente educativo. La legislación en torno a la niñez y a la infancia y adolescencia, les constituye como sujetas y sujetos de derechos, entonces, ya ese eslogan -que además está escrito en masculino- también es engañoso.”
Por último, Ceballos sumó: “Se me ocurren sugerencias de materiales para poder pensar en políticas públicas de comunicación y género en América Latina, que son dos publicaciones relativamente nuevas: dos libros, uno se llama Políticas públicas de comunicación y género en América Latina: un camino por recorrer y otro se llama Entre andares y retrocesos.
Esas dos publicaciones se hicieron en conjunto con la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual y Comunicación para la igualdad, una organización de la sociedad civil con muchos años de laburo en la temática. Son artículos que recorren, justamente, los distintos países y ayudan a pensar y a trazar ahí un panorama respecto a cuál es el estado de situación en materia de políticas públicas de comunicación y géneros en Latinoamérica.
Además, también hay un material propio de la Defensoría, de hace ya un tiempito, que se llama Los derechos de las audiencias en América Latina, que recupera también el estado respecto a las defensorías de las audiencias, si es que existen en distintos países como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Méjico, Perú y Uruguay están los links en la página. Por lo general, digo, son materiales accesibles y que ayudan un poco a cruzar algunas ideas y darle alguna otra vuelta, para entender el estado de situación en relación a esta campaña que, bueno, hay que seguir pensando cómo hacemos antes este mapa y pensar cómo hacemos para contrarrestar también, con esa herramienta, el avance de esa campaña.
Hay que ser muy creativas y muy creativos a la hora de ver qué hacemos con este bodoque de gente antiderechos.”
*Por Soledad Sgarella para La tinta.
