Chile: el rol de Israel en la militarización del Wallmapu
Los soldados chilenos reciben entrenamiento, tecnología y armamento militar israelí, además de los contratos en tema de seguridad entre ambos países.
Por Javier Karmy para El Desconcierto
Si hoy Israel es el cuarto país exportador de armas a nivel mundial es porque tiene un importante “soporte militar para subsistir mediante la ocupación, colonización y apartheid en Palestina”, sostiene Saaid Jamis, participante de la Campaña Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS) desde el Sur y parte del equipo investigador del informe titulado El militarismo israelí en América Latina. Además, el activista indica que como el Estado de Israel “es una fuerza ocupante -una fuerza militar que necesita una constante inversión en investigación y desarrollo de armas- exporta al mundo ese mismo desarrollo militar, de control y seguridad”.
El activista Germán Romano, del periódico Virginia Bolten y del BDS Argentina, visualiza que “la región latinoamericana exporta productos primarios a Israel y luego adquiere productos industrializados, como tecnología y máquinas de matar, siendo un flujo económico de primerización de nuestras economías con la consiguiente forma colonialista de relación comercial”.
En el informe se detalló que a partir de 1967 el régimen sionista comenzó a tener injerencia en el comercio de las armas en Latinoamérica y en Chile a partir de 1974, precisamente durante el régimen de Augusto Pinochet, convirtiéndose en 1976 en su principal proveedor.
El informe apuntó que Israel vendió misiles, radares, armas ligeras, naves aéreas, navales y tecnología de “bombas de racimo” a la dictadura chilena. Esta información salió a la luz gracias a cables de la embajada de los Estados Unidos en Chile. Pero también porque existe una solicitud que realizaron víctimas de la dictadura chilena en 2016 para que Israel desclasificara unos 19 mil cables relacionados con este intercambio militar. Hasta la fecha, esto no se ha efectuado, “develando la complicidad de Israel en las violaciones a los derechos humanos en Chile”, sostiene el documento.
La Fuerza Aérea de Chile contó con el apoyo de Israel, tanto en insumos técnicos como en asesorías de expertos, y hubo abiertas intenciones durante la dictadura chilena de profundizar la relación militar entre ambos países, pues se efectuaron pronunciamientos públicos al respecto por parte de funcionarios israelíes. En ese marco, en 1978 Chile recibió al Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Militares israelíes, General Mordechai Gur, quien promovía específicamente sistemas de misiles y tecnología. En 1984, visitó el país el entonces Ministro de Comunicaciones de Israel, quien afirmó que habían tergiversado en los medios al régimen militar chileno, tal como le ocurría a Israel con el tema de los “terroristas palestinos”.
Democracia armada
Romano explica que existen dos etapas de compras masivas de armas a Israel en Latinoamérica. La primera, ocurre durante las últimas dictaduras militares, y una segunda etapa que se da en períodos de democracia en países como Chile, México, Colombia y Brasil.
En Chile, si bien la compra de armas se desaceleró considerablemente a fines de la dictadura cívico-militar, no cesó por completo. Es más, a partir del 2000 se reactivó la compra de material bélico a Israel. De hecho, entre 2000 y 2004 “Chile compró 200 misiles aire-aire y 1.000 misiles antitanque, junto con sistemas de radar”, revela el informe.
La Armada de Chile también compró las lanchas misileras “Angamos”, “Chipana” e “Iquique”, y las patrulleras “Hudson”, “Machado”, “Salinas” y “Díaz”. Además, se intercambiaron métodos de entrenamiento y cooperación mutua. La “Angamos” se hizo conocida cuando participó del ataque que la Armada chilena hizo a los pescadores de Mehuín, cuando protestaban en rechazo al ducto de la Celulosa Arauco.
Para el caso chileno se menciona la presencia de gases lacrimógenos, globos de seguridad, y drones que permiten que haya estrategias de control en la región de la Araucanía, además de técnicas de entrenamiento a Carabineros y contratos con Gendarmería, los que suponen la venta de grilletes para los presos, entre otros elementos para la represión.
En el informe se detalló que Gendarmería ha sido entrenada por el Mossad (servicio de inteligencia israelí), específicamente en sus técnicas de tortura. Actualmente hay un contrato vigente de tobilleras electrónicas.
Militarización en la Araucanía
En el informe se relacionó el proceso de colonización territorial de la Araucanía -el denominado conflicto mapuche– con lo que viven las poblaciones beduinas palestinas del desierto del Naqab, ya que existe una directa responsabilidad de Israel en la militarización en el Wallmapu. De hecho, en las aldeas de Atir y Al Aragib, en Palestina, ha habido un proceso de robo de tierra con la excusa de la reforestación, algo similar a lo que ocurre con el discurso de las forestales en complicidad con el Estado chileno, quienes producto de la implantación de monocultivos de pinos y eucaliptus, han ido quitándole al pueblo mapuche su territorio ancestral.
Las fuerzas armadas en el sur de Chile han recibido entrenamiento, tecnología y armamento militar israelí. A su vez, se ha denunciado que en el último tiempo ha existido un contrato con la empresa israelí BlueBird Aero System, y que hubo intensiones de comprar drones para vigilancia durante este año, pero que no se ha concretado.
El informe narró un episodio de octubre de 2011 en el que el entonces Ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, compró drones Hermes a la compañía Elbit Systems, arguyendo que se necesitaban para la lucha contra el narcotráfico en la frontera con Perú y Bolivia. Esto lo hizo tras reunirse con los ejecutivos de la empresa durante un viaje diplomático a Noruega e Israel.
Un mes antes, en septiembre del mismo año, Allamand se había reunido con el ex Ministro de Defensa del Estado de Israel, Ehud Barak, en un encuentro marcado por “un diálogo hermético, sin información oficial y al margen de los medios”, documentó la investigación.
Finalmente, en abril de 2013 el Ejército de Chile compró “mini” drones para el espionaje -por un monto de tres millones de dólares-, conocidos como SpyLite, a la empresa privada israelí BlueBird Aero Systems.
En el informe se mencionó la aplicación de la Ley 18.314, conocida como “Ley Antiterrorista”, la cual ha sido “utilizada sistemáticamente para criminalizar dirigentes mapuche, que son luego absueltos” sin juicio. Esto se equipara con lo que vive la mayoría de los prisioneros políticos palestinos que están bajo la figura de la “detención administrativa” en las cárceles israelíes, sin cargos ni juicios.
“Las balas son las mismas”
Debemos asumir que “las balas que asesinan a palestinas y palestinos son las mismas que se usan para reprimir en nuestros territorios”, afirmó Germán Romano, que agregó que se debe entender que “si pierde Palestina, perdemos todas y todos, porque la lucha es la misma, es contra los colonialismos, las ocupaciones, los regímenes de apartheid, el militarismo y las formas de este sistema”.
La complicidad de Israel en la violación a los derechos humanos en los países latinoamericanos se puede constatar en la comercialización de los productos de la empresa Elbit, que es “la principal empresa del complejo industrial belicista israelí”, y que promociona sus productos con la característica de que son “probados en campo, es decir básicamente asesinando al pueblo palestino”, expresó Romano.
Con esta situación, existe “una violación a los derechos humanos de ‘doble vía’, donde no solamente se ve afectada Palestina con esta relación comercial con Israel, sino también el pueblo chileno y el pueblo mapuche, específicamente”, comentó Saaid Jamis. Por eso, se debe fomentar la solidaridad en la lucha de los pueblos por su autodeterminación, y para que “se deje de reprimir y encarcelar a los pueblos en lucha contra la opresión, contra el colonialismo, los genocidios y los regímenes de segregación racial”, aseveró el activista.
Con este informe, la idea es que la ciudadanía esté al tanto de lo que ocurre y active campañas desde su lugar o quehacer profesional: “Si es artista, que impulse el boicot cultural, si es estudiante o académico que trabaje con el boicot académico, si es empresario que promueva el boicot empresarial”, explicó Jamis, que agregó que Israel “no solo viola de forma muy evidente los derechos humanos en Palestina, sino que existe una clara complicidad militar con lo que ocurre en otras partes del mundo”.
*Por Javier Karmy para El Desconcierto