Soldaditos entrenados para matar

Soldaditos entrenados para matar
23 octubre, 2018 por Redacción La tinta

Por Luciano Debanne

Un soldadito puesto a inspeccionar
las carteras de las señoras que juró cuidar,
le pide el documento nacional de identidad
a una profesora que va a trabajar:

-«Buen día señora ¿cómo le va?»
-«No me va bien porque me viene a controlar»
-«Somos una fuerza de seguridad
actuando en todo el territorio nacional».

No, usted es un soldadito,
un uniforme militar
no lo mandan a cuidarnos
lo mandan a asustar,
con su verde oliva y su fusil
-¡qué sutil!-
y su orden de frenar a quienes vamos a laburar,
parando colectivos, en horario escolar.

Controlan a todos
para que empecemos a sospechar
que en todas partes
puede ocultarse el mal:

En la mochila de quien va a estudiar.
En el bolso de quien va a trabajar.
En las guitarras de quienes salen a cantar.
En la garganta del dirigente gremial.
En la pegatina de quien elige militar.
En las ollas contra el hambre popular.
En la casa de la doña, o del señor formal
que repite a lo bobo: por algo será.

Un soldadito en cada ciudad
puesto en la calle para asustar.
Para que desconfiemos
y hacernos sospechar
que el vecino de al lado
es la causa de todo el mal.

Y para pegarnos un tiro,
si hace falta apretar
un poco más.

Porque no habría que olvidarse,
habría que recordar,
que un soldadito
es un empleado estatal
cuya tarea última
consiste en matar.

De todos los empleados
del estado nacional
eligieron esos
para hacerte acordar
-antes de diciembre,
y del año electoral-
que ellos mandan también acá
aunque estén muy lejos,
allá en la Capital.

Ese es el mensaje que te quieren dar:

Un soldadito,
entrenado para matar.

Texto: Luciano Debanne
Imagen: Colectivo Manifiesto

Palabras claves: Gendarmería, militarización

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