Un fútbol orgulloso y feminista… también en figuritas

Un fútbol orgulloso y feminista… también en figuritas
28 septiembre, 2018 por Redacción La tinta

La Liga Nosotras Jugamos puso en acto el deseo de tener un álbum propio. Sí, como los que abundan en los kioscos y colegios en cada Mundial. ¿Y las pibas, qué? ¿Dónde están sus nombres? ¿Cómo gritarlos contra el alambrado, cómo corearlos? 170 figuritas, 32 páginas a color, 13 equipos de mayores, 4 de cadetas y juveniles. El álbum de las pibas es producto de un trabajo colectivo que busca ponerle nombres y rostros de mujeres al fútbol: “Que Luna, una piba de seis años de la Villa 31 a la que su familia acompaña para verla jugar, sepa quién es Betty García y que Betty García sepa quién es Luna, esa es la gran manera de ir construyendo camino y cultura de mujeres respecto al fútbol”, dice Mónica Santino.

Por Analía Fernández Fuks para La tinta

Crecimos coleccionando e intercambiando figuritas futboleras. Las que nacimos en los ’80, pudimos decir ‘no-la’ y ‘la-te’ con la cara de Diego, del Cani, de Bati, de Redondo luciendo la casaca albiceleste del 94. En los recreos de la escuela, pedimos la de Crespo, buscamos la de Sorín, la del Kily, nos quedamos con las ganas de la de Ortega. Este año, miramos de reojo las figus del Mundial de Rusia que diseñó Panini en sus 48 años de vida. Las caras serias con la vista a cámara de los futbolistas varones estuvieron siempre a nuestro alcance con el Mundial como excusa perfecta para vender y prometer premios a misiones imposibles de conseguir: estadios, cromos, escudos, equipos completos e históricos.

Antes de que España debutara en el mundial este año, en la ciudad de Montijo en Badajoz, las tres hijas de María Vázquez le dijeron a su mamá que querían tener las figuritas de las ídolas de sus clubes: el Sevilla y el Barcelona. María les explicó que podía conseguirles la de los jugadores de la selección que prontamente iban a disputar la copa mundial: Busquets, Iniesta, Piqué, Sergio Ramos. Pero no las tentó. Las chicas querían las de las jugadoras. Nada que fuera conseguible en kioscos, librerías o internet. María entró a la página de los clubes e imprimió las fotos de las jugadoras, copió el modelo del álbum tradicional, les puso nombres y posiciones. Cuando sus hijas vieron lo que había empezado su mamá, le pidieron el álbum de la liga española completa. 250 figuritas. Tarea titánica para hacer sola después de pedir por Twitter a los clubes que la ayudaran mandándoles las fotos de las jugadoras porque no las encontraba en ningún lado. Las chicas tuvieron el álbum que querían: el de las jugadoras.

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(Imagen: Liga Nosotras Jugamos)

Porque mucho Panini, pero… ¿Y las pibas, qué? ¿Y las jugadoras dónde están, dónde estamos? ¿Dónde circulan las imágenes, sus caras de gol, de pelota al lado del palo, de jugada áspera, de piernas trabadas, de gambeta contra la línea, de sombrerito al cielo? ¿Dónde están sus nombres? ¿Cómo gritarlos contra el alambrado, cómo corearlos desde las tribunas si no los sabemos? ¿Dónde están sus palabras, sus voces, sus reflexiones? ¿Dónde escuchamos o leemos lo que piensan, sienten, creen y sueñan?

El álbum de las pibas

A casi diez mil kilómetros de Badajoz, en Buenos Aires y de forma colectiva, la Liga Nosotras Jugamos puso en acto el deseo de tener un álbum propio que será presentado durante el cierre de torneo y la entrega de premios con música en vivo el domingo 30 de septiembre a las 13 horas bajo la autopista, en el barrio porteño de Villa Luro, donde juegan cada fin de semana.

“Cuando era piba, las figuritas eran una manera de vincularte con los jugadores, con conseguir la difícil, con ir conociendo los nombres de otros equipos. El álbum es un instrumento que va pasando de mano en mano y es parte de un ritual del fútbol, está metido en la cultura futbolera. Cuando pasamos a hablar de mujeres, ahí también hay un agujero”, dice la entrenadora y una de las fundadoras de La Nuestra, Mónica Santino. La ex jugadora y técnica forma parte de la organización de la Liga Nosotras Jugamos coordinada también desde la Asociación de Clubes de Barrio y Deporte Social.

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(Imagen: Liga Nosotras Jugamos)

En junio, cuando se presentó la liga con un partido en la Villa 31, la fotógrafa Josefina Nicolini hizo algunos retratos de las jugadoras de La Nuestra y las volvió figuritas. Clara Maturano, una de las jugadoras más antiguas de la escuela, recibió la suya y se la dio a su novio. Él se la pegó en el casco y hoy la lleva orgulloso mientras anda en moto por el barrio. Eso cuenta Mónica Santino y explica: “Tener una figurita es una forma de sentirte más jugadora de fútbol. Nos valoriza. Ojalá que sea un hábito tener jugadoras de fútbol en figus y como ídolas”.

170 figuritas. 32 páginas a color. 13 equipos de mayores. 4 de cadetas y juveniles. El álbum de las pibas es producto del trabajo colectivo de quienes lo pensaron, de quienes sacaron las fotos, de quienes recogieron testimonios, de quienes lo editaron, diseñaron y de quienes apoyaron, y eso está plasmado en las palabras de inicio, en los agradecimientos y en los 22 puntos del manifiesto con el que concluye el álbum. “Ninguna mujer ni cuerpo disidente afuera de la cancha, todes adentro. Los espacios públicos son nuestros. Las canchas también. Amamos el fútbol y deseamos jugar por arriba de cualquier burla o prejuicio. No aceptamos etiquetas. Es un juego sororo y es construcción colectiva”, son algunas de las declaraciones del manifiesto elaborado a partir de los testimonios de las jugadoras y trabajadoras de la liga.

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(Imagen: Liga Nosotras Jugamos)

“A muchas de nosotras nos llegó tarde la oportunidad de jugar a la pelota. Esta liga, como el álbum, tienen un sentido reparador. Entendemos que el fútbol crea sentidos de solidaridad y de equipo, pero el fútbol hegemónico es excluyente, desigual y crea masculinidades violentas. El álbum y la liga buscan discutir y disputar con ese fútbol, mostrar un fútbol diferente, inclusivo y reivindicativo”, explica Tamara Haber, jugadora del Norita FC, que forma parte de la liga y una de las integrantes del equipo que llevó adelante el proceso del álbum junto a Natalia Laclau, Eva Trebisacce, Josefina Nicolini y Julieta Ossés.

Las figuritas de las jugadoras de Venceremos; Las Quintinas; Más miso; Flores Sur; Martina Céspedes; Guerreras; La Raya Social Club; Yeguas, Putas y Feministas; Norita Fc; Babé; For Ever Cildañez; La Nuestra; Nueva Unión; Las pibas de Chaca; Tigresas, además de retratar a las jugadoras, están acompañadas por una reflexión de cada una de ellas. ¿Qué es el fútbol para vos? ¿Qué encontrás en las canchas? ¿Cómo se construye fútbol feminista?, fueron algunas de las preguntas disparadoras de esas ideas plasmadas. “Es importante conocernos las caras, conocer a quienes juegan en otros equipos y vienen de otros barrios, y también es importante saber qué sentimos y qué nos pasa cuando jugamos al fútbol. Por eso, decidimos que en las figuritas haya testimonios. Este torneo nos da lugar a todas las que queremos jugar y construir un fútbol feminista, y eso se refleja a través de las palabras que aparecen”, sostiene Jose Nicolini. Las respuestas de las jugadoras y técnicas desandan los caminos de la diversión, del derecho a jugar, de la equidad, de la militancia, del encuentro, del feminismo, de la sororidad, de la revolución, del deseo. “Nos encontramos con una gran variedad de declaraciones, desde aquellas con una mirada crítica a este sistema de opresión hasta aquellas que dan cuenta de las ganas, la pasión y el sentir”, cuenta Eva Trebisacce.

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(Imagen: Liga Nosotras Jugamos)

Las figuritas dan cuenta del puente generacional. Niñas de seis y diez años. Pibas de 12, de 17, de 24. Las de treinta y pico, las de cuarenta y tantos. Las de setenta. Sí, en una de las figuritas está Betty García, directora técnica de Norita FC y una de Las Pioneras, de aquella selección que disputó el Mundial de México en 1971. “Que Luna, una piba de seis años de la Villa 31 a la que su familia acompaña para verla jugar, sepa quién es Betty García y que Betty García sepa quién es Luna, esa es la gran manera de ir construyendo camino y cultura de mujeres respecto al fútbol”, dice Mónica Santino.

Protagonistas en las canchas

La Liga Nosotras Jugamos tuvo una primera fase de abril a junio, donde se disputaron torneos relámpagos en la Villa 31 y en la 21.24. Esta segunda fase comenzó el 5 de agosto y terminará el domingo. “La Liga no pretende ser dirigida por tres o cuatro personas detrás de un escritorio, sino que busca que los equipos sean partícipes de esa organización. La idea es tener una base comunitaria lo más amplia posible y de debate” – explica Mónica Santino – “Esta liga es una forma de seguir creando conciencia de género respecto al fútbol, que no nos conformemos solo con que se puede jugar, que lo problematicemos, que entendamos cuáles son los obstáculos que hay, que le demos un valor y sigamos buscando más horizontes con respecto al fútbol de mujeres”.

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(Imagen: Liga Nosotras Jugamos)

Los partidos de la liga se desarrollan acompañados de diferentes talleres, de charlas. En la presentación del torneo en la Villa 31, además, se pidió por una «Ley de Deporte Social con Perspectiva de Género: Derecho al juego y al deporte de mujeres e identidades disidentes», se exigió una «Ley de pensiones deportivas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con perspectiva de derechos para niñas, niños, adolescentes y jóvenes» y se propuso la visibilización y promoción del fútbol femenino a partir de un Homenaje a la Selección de Fútbol Femenino. Para la coordinadora de la liga, la diferencia con otros campeonatos tiene que ver con “entender con sentido crítico y político lo que estamos haciendo”. Santino en eso es contundente: ”Lo único que puede transformar el fútbol para que sea mejor es la política”. En este sentido, ve como clave el cruce entre organizaciones y espacios partidarios para lograr leyes que promuevan el acceso al deporte y subraya el aporte de la legisladora Andrea Conde, que presentó el proyecto de declaración del Día de la Futbolista. “En un momento donde estamos retrocediendo en derechos y donde hay un plan económico claro que nos saca de las canchas, ¿cómo volvemos a ellas? Con esas alianzas. Porque, si no, nos llevan puestas el “se robaron todo” y “la política no sirve”, y es lo peor que nos puede pasar, tanto como la resignación. Agarrar un protagonismo desde las canchas de fútbol es necesario para que las cosas empiecen a cambiar”, reflexiona Mónica Santino.

*Por Analía Fernández Fuks para La tinta

Palabras claves: Fútbol Femenino, La Nuestra, Monica Santino

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