Elogio a la pobreza

Elogio a la pobreza
28 septiembre, 2018 por Redacción La tinta

«Lo tiene que hacer, hay que gritar, gritar siempre,
aunque sea en secreto,
Como yo quieto grito,
en ese humillante y largo silencio…»
Dilermando Rocha

Por Silvina Pachelo para La tinta

Hace unos días, se viralizó un video de Mayra Arena en el que habla sobre la pobreza. El video se llama ¿Qué tienen en la cabeza los pobres? Me enteré del mismo porque una amiga me lo envió y ni siquiera quise abrirlo. Haciendo zapping, doy con Mayra en un programa en el que opinan de todo y no dicen nada. Dejo correr la experiencia de Mayra, lógicamente es conmovedora. Los invitados están espantados, parece que nunca hubieran escuchado a una pobre hablar… Sigo, aunque me cuesta, sigo escuchando la historia de Mayra, y mientras habla, imagino a los productores del programa midiendo el rating y seleccionando la publicidad para cada corte. El morbo no tiene límites. Apago la tele con una sensación rara, una angustia que no termina de disiparse en mí, porque la violencia es mucha.

El miércoles a la noche, nos enteramos de que a Corina, la maestra de Moreno, la secuestraron, la torturaron y le escribieron con un punzón en el abdomen “ollas no”. Las mafias eligen dónde apuntar con sus mensajes y el lugar del cuerpo no fue azaroso. El abdomen aloja el alimento que nos está faltando y el punzón es uno de los instrumentos más usados para actividades escolares.

Lenguaje críptico le llaman a los mensajes secretos que deja la mafia ante una operación. En este caso, el mensaje es clarísimo, político, dirigido, evidenciado. La directora del colegio dijo que nunca hubo intención política en la realización de esas ollas, que ellas no militaban, no tenían contactos con punteros, “nada de eso”.

Al enterarme de la noticia, la primera imagen que se me vino a la mente fue José Luis Cabezas, un crimen acompañado por una puesta en escena parecida a la de Corina, pero esta corrió otra suerte. Recordemos que en Moreno reventó una garrafa y murieron la directora y un auxiliar, mientras preparaban el desayuno para niños y niñas que llegan con hambre. Los grupos de tareas están operando, no hay doble discurso, son mensajes claros y dirigidos a un sector de la sociedad que no juega con las apariencias, sino que lucha contra el hambre y la miseria en la que nos están metiendo. Las ollas son consecuencia del ajuste, el desempleo, la suba de los impuestos, alquileres, donde las familias no llegan a abastecer las comidas básicas en sus hogares.

Toda olla es política

Los discursos políticos del presidente de la nación, Mauricio Macri, son cínicos, vacíos, perversos, donde se vislumbra esa deformidad que genera el capitalismo. La indolencia con la que se dirigen al Pueblo es brutal y nos lleva a rememorar épocas oscuras. Pobreza Cero es un contrapunto con la actualidad. Digo, sin exagerar, que vinieron con un proyecto económico de hambre.

Hace unos días en Congreso, una mamá alzaba a su hija, que tendría unos cinco años, para meterla en un container de basura. La escena es desgarradora porque también tenía un bebé sobre los pies, sentado, que no superaba el año de vida. Me detuve cerca, para poder ver lo que veía. La hija desde adentro le pasaba basura, seleccionaba comida, y la madre la depositaba en una bolsita de naylon. No fui la única que miró con dolor la escena, también las personas que pasaban por ahí estaban pálidas y no miento. Vivimos un estado de intemperie que recrudece y que pareciera no parar.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

La lección de Anatomía del Dr Nicolae Trupss

Rembrand pintó La lección de Anatomía (1630) en Amsterdam. El cuadro representa al Dr Nicolae Trupss rodeado de sus alumnos, un cuerpo muerto, un Atlas. El cuerpo es contundente y la paleta de claros oscuros ayuda a que lo que tenga que llamar la atención del público lo haga, sin mediación. En las lecciones de anatomía, los cuerpos enanizados por una perspectiva despiadada parecen muñecos descuartizados e inmolados ante un saber tan nuevo como inclemente. El médico no se siente interpelado por ningún deber especial de compasión ante ese cuerpo exánime que ya no tiene acceso a ninguna curación.

Bien, el cuadro responde a las composiciones de la época, renacentista. Cirujanos y alumnos frente a un cuerpo muerto (que no observan), sino que su mirada se dirige al Atlas de Anatomía. El hecho de que los ojos de los cirujanos, dice Francis Barker, “ni siquiera vean la carne, a pesar de la tentadora proximidad que hay entre estas y su línea de visión, solo subraya la extraordinaria contorsión histórica por medio de la cual este cuerpo, en exhibición, se ha vuelto invisible”. Lo oscuro por sobre lo claro.

Duelen los ojos cuando los contornos pierden sus formas, intento focalizar impotente ante la madre que recoge lo que la hija selecciona del container de basura. Hoy, comen 400 mil personas en comederos que sostienen organizaciones sociales, familias, agrupaciones diversas, sabiendo que el Estado es el primer responsable del hambre. El acceso al alimento no es un privilegio de pocos y para pocos. Hoy, se persigue a quien da de comer, se apunta a los barrios más pobres, a las maestras y maestros que, en su labor de docentes, privilegian poder solventar el alimento a esos pibes y pibas que llegan habiéndose ido a dormir con un mate cocido y un pan, o ni eso. Tomar nociones simbólicas de lo que están haciendo con nuestro Pueblo es volver, una y otra vez, a un lugar indeseado y repulsivo.

Vivimos con dignidad, porque la pobreza no es un mérito y a nadie le gusta vivir en condiciones denigrantes y miserables. Nos piden sacrificios, acostumbrarnos a la incertidumbre y no alcanza ni el honor ni la resignación, porque las cosas empeoraron. Pero vamos a levantar, levantar el viento, atravesar el muro desde la palabra, el coraje, acompañarnos siendo solidarios con los que más necesitan hoy de la solidaridad comunitaria, resistiendo con organización, fortalecidos, solo así será posible atravesar la tormenta macrista.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Silvina Pachelo para La tinta.

Palabras claves: crisis, Pobreza

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