Cuántas mujeres murieron para que nazca la ginecología
Por Lule Franco para Matria
Mientras seguimos discutiendo lo correcto o no de los tweets de Malena Pichot, y sin menospreciar ningún debate, me gustaría aprovechar el envión temático y contar la historia de Sims, el “padre de la ginecología moderna”.
Marion Sims nació en 1813 en Carolina del Sur, una localidad donde hace mucho calor, y supo tener una colonia numerosísima de esclavos. Lucy, Betsy y Anarcha son los únicos tres nombres que se conocen de las al menos 11 esclavas negras que operó sin anestesia entre 1845 y 1849, en una clínica improvisada en su jardín en Alabama.
Las mujeres eran colocadas sobre una mesa, apoyadas sobre sus rodillas y codos, sin ropa, sostenidas por otros hombres, mientras él les introducía elementos en sus vaginas para practicar cirugías experimentales. Así, él inventó el aún usado y conocido espéculo.
En una nota que le hace la BBC al profesor de ginecología y obstetricia de la Universidad Washington, Lewis Wall, este afirma que Sims hizo “muchas contribuciones” a la medicina moderna. “La posición usada por Sims para el examen médico es todavía ampliamente usada en Reino Unido. Hizo lo que se conoce como el espéculo de Sims, para observar las cavidades corporales, y fue pionero en la investigación y tratamiento de la infertilidad. Más allá de practicar experimentos extraños sobre estas mujeres, todo lo que hizo Sims tenía el objetivo terapéutico de sanar sus heridas, lo que yo pienso que es una causa legítima para la investigación médica e innovación tecnológica”.
Sims escribió una autobiografía donde cuenta todos los procedimientos con detallada monstruosidad. Gracias a ese raconto, sabemos que a Lucy la operó sin anestesia, que su agonía fue extrema, pero que “resistía heroicamente”. Sobre Anarcha, se sabe que llegó a sus manos a los 17 años después de un parto de tres días y que, en un lapso de cuatro años, Sims le hizo 30 cirugías experimentales sin anestesia, hasta que en ella misma logró la técnica adecuada para curar la fístula vaginal, uno de sus principales hitos como científico.
Sims operó a las mujeres negras sin anestesia y les daba opio para minimizar su dolor luego de las cirugías. En 1853, dejó Alabama, se mudó a Nueva York y fundó el primer hospital de mujeres de Estados Unidos. Ahí aplicó en mujeres blancas anestesiadas lo que desarrolló durante más de cuatro años experimentando con mujeres negras sin anestesia.
En el Central Park de Nueva York, había una estatua de su figura que, gracias a las denuncias de anti-racistas feministas, fue removida.
A mí me importa poco a qué ginecólogo va Malena Pichot, la verdad. Si es mujer, varón, lesbiana, marika, puto, queer o trans. Es claro que ella tiene posibilidad de elegir y eso es alarmante, no porque ella elija, sino porque hay quienes no pueden hacerlo.
Pero también me preocupa que la medicina es, así como el mundo, patriarcal: hay residentes practicando en cuerpos gestantes de condiciones socioeconómicas vulnerables, médicxs negando abortos y obstetras realizando cesáreas porque «clin» caja. Hay otros gritándole a parturientas en pleno trabajo de parto, hay madres maltratadas en salas de espera y bebés innecesariamente lejos en cunas de plástico. Si podés elegir, a mí no me importa a qué ginecólogx vayas mañana, sino qué hacemos con la medicina hoy.
*Por Lule Franco para Matria.