Cómo destruye el macrismo una cooperativa
“Acá ganamos con suerte 50 pesos por hora, es difícil vivir así, no se cómo hay personas que puedan llegar a fin de mes”, precisó Mirta Litterini, presidenta de la Cooperativa de Trabajo Textil Pampeana Ltda. Hoy, 17 años después de su nacimiento, el grupo de 16 trabajadoras intentan sortear una crisis en un sector que se vio totalmente perjudicado con el plan económico vigente.
Por diario La Arena
La Cooperativa de Trabajo Textil Pampeana Ltda está compuesta en su gran mayoría por mujeres que quedaron hace casi dos décadas sin trabajo como consecuencia del conflicto político, social y económico que azotó al país a comienzos del siglo XXI. La entidad tiene 16 personas trabajando y, a puro esfuerzo, siguen sosteniendo una cooperativa textil en el peor momento que atraviesa el sector.
En 1999 “Indumentaria El Argentino” cerró sus puertas y dejó en la calle a las trabajadoras, quienes resistieron como pudieron para mantener sus puestos. Debido a la difícil situación coyuntural, un grupo de empleadas textiles armó el 30 de noviembre del 2000 la Cooperativa de Trabajo Textil Pampeana Ltda. y el 23 de abril del 2001 comenzaron a poner en funcionamiento la entidad. Desde ese momento, y de manera ininterrumpida, sortearon los obstáculos y lograron mantenerse 17 años luchando. “En nuestros mejores momentos tuvimos casi 40 personas acá, el año pasado eran 23 y hoy solo somos 16”, sentenció.
La crisis del 2001 fue causante del surgimiento de una importante cantidad de empresas, de todo tipo y todos los rubros, recuperadas en la Argentina. En el caso de la Provincia de La Pampa, y puntualmente en su capital Santa Rosa, se dio el proceso de la Cooperativa de Trabajo Textil Pampeana Ltda., creadora de la marca de camisas Witrú.
Hoy, 17 años después, pareciera que la historia se vuelve a repetir y el panorama para la Cooperativa, así como también para el sector, no es para nada prometedor. “Son tiempos muy difíciles”, admitió la cooperativista en diálogo con el diario La Arena, mientras miraba el interior de un galpón que, años atrás, solía estar repleto de trabajadoras, máquinas de coser funcionando y una pila de camisas listas para responder a los pedidos.
“Siempre estuvimos en la lucha, nunca tuvimos buenos tiempos, pero hoy estamos más complicados que en otros momentos”, se lamentó la trabajadora, quien agregó que el nacimiento de la asociación se conformó en “la malaria del 2001”, mientras -paradójicamente- sonaba de fondo el discurso del presidente Mauricio Macri y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Mientras Macri pedía el esfuerzo de los argentinos y, posteriormente, Dujovne les hablaba a los mercados, este grupo de mujeres trabajadoras cosían sin cesar con la única motivación de salir adelante en esta dura crisis.
“Aguantamos”
Si bien casi todos los rubros de la economía se han desplomado en los últimos meses, con la llegada de Mauricio Macri al sillón de Rivadavia -el anterior endeudador serial-, el sector textil entró en una fuerte crisis que ha ocasionado que varias empresas del rubro, así como también cooperativas, finalmente bajen sus persianas. No es para menos: la suba de las tarifas, la disparada del dólar y la apertura indiscriminada de las importaciones pegaron fuerte en este tipo de industrias.
Así lo reconoció la dirigente que, si bien expresó que aún siguen trabajando y pueden sostener a la cooperativa, detalló que lo único que les salva es que no pagan alquiler por el galpón en donde trabajan. “Aguantamos como podemos, en los últimos tiempos los costos aumentaron un 100% aproximadamente”, agregó.
En ese sentido, la trabajadora realizó un análisis de la situación de la cooperativa y lanzó un par de datos sumamente preocupantes. Uno de ellos indica que, mensualmente y luego de 30 días de arduo esfuerzo, cada miembro de la Cooperativa se lleva en su bolsillo sólo 10 mil pesos, de los cuales en muchas ocasiones lo perciben en cuotas. “Acá ganamos con suerte 50 pesos la hora, es difícil vivir así, realmente no se cómo hay personas que puedan llegar con ese monto a fin de mes”, precisó Mirta.
Otro punto de preocupación radica en cómo se complicó la cadena de pagos y la relación con los clientes. “En esta situación aceptamos condiciones que antes no lo habríamos hecho, los trabajos los cobramos a 60 o 90 días. Tenés un mes en que realizás el pedido y al momento de facturar, te pagan con cheques a 30 o 60 días”, explicó la trabajadora. Una situación que los “asfixia” económica y financieramente. “No tenemos una cadena de pago constante”, apuntó.
Incertidumbre
El panorama económico y financiero no es alentador para casi ningún rubro. De esta manera, calificó como “incierto” el futuro de la Cooperativa y dijo que “como todos espero que las cosas mejoren”. Si bien trabajo no les hace falta, ya que aún mantienen varios clientes, la brecha de los costos y lo que ganan cada vez se reduce más. “Nosotros no podemos competir contra otros que compran las camisas al valor que nosotros pagamos la materia prima”, criticó.
Por otro lado, por parte del Gobierno de La Pampa como también del Gobierno Nacional, la Cooperativa no recibe casi ningún tipo de estímulo económico. “Ahora estamos con el Programa Nutrir, del Ministerio de Desarrollo Social. Ahí realizamos manteles o bolsas ecológicas que se utilizan ahí. Pero después, no podemos presentarnos a ninguna licitación ya que no podemos cumplir los requisitos que te piden”, expresó con preocupación.
* Por diario La Arena