El Mundial de las pibas
Desde el Club Cultural Matienzo las pibas armaron su Mundial. Entre torneo de fútbol, lectura de poemas y figuritas de jugadoras, se vive, se alienta y se debate de cara al segundo tiempo de un partido que es mucho más que un partido: la votación del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en el Senado.
Analía Fernández Fuks para La tinta
El domingo no se apaga cuando baja el sol. En el Club Cultural Matienzo, en el límite entre los barrios porteños de Villa Crespo y Palermo, el verde se encendió alrededor de los cuellos, de los brazos, en los párpados y en las mochilas de lxs pibxs que se juntaron a empezar una semana intensa y movida que tendrá como epicentro el segundo tiempo de un partido que es mucho más que un partido: la votación del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en el Senado.
“¿Por qué voy a hablar de fútbol? Porque voy a hablar de deseo, de ganas. Porque justamente lo que nosotros vimos en este tiempo es que el derecho a jugar, un derecho inalienable, un derecho humano para la mayoría de las personas, para mujeres en situación de vulnerabilidad estaba aún más cercenado”. Así había comenzado su discurso en las audiencias de Diputados la DT y una de las fundadoras de La Nuestra Fútbol Feminista en la Villa 31, Mónica Santino. El colectivo Manifiesta recibió el pase para abrir la cancha y organizó El Mundial de las Pibas. “El fútbol es para las pibas una práctica emancipatoria por excelencia, ese coqueteo sensual con la redonda que nos hace libres, poderosas, compañeras. Frente al 8A, alentamos y nos damos manija para ir con todo y hacer de la calle nuestra cancha y de la política nuestro juego, una vez más. La pelota siempre adelante, nuestros derechos el gol que vamos a gritar, nuestros cuerpos nuestras decisiones”, decía la invitación de Manifiesta. Y con esa premisa, el club cultural se transformó también en un club deportivo. La jornada nocturna incluyó torneo de metegol, karaoke de discursos aborteros de la sesión de la Cámara de Diputados, lectura de poemas, intercambio de figuritas de las pibas futbolistas hechas por Jose Nicolini, una mesa debate y partidos de fútbol tenis.
La locutora Natalia Maderna y la periodista deportiva Leila “la china” Grayani abrieron el escenario con un relato de la aprobación de la media sanción del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. “…Ahora lleva la pelota la macrista Carmen Polledo, malísima y aristócrata que impidió el protocolo de aborto en CABA cuando presidía la Legislatura. Avanza por la derecha, insiste en que ‘hay vida desde la concepción’. Sigue cada vez más a la derecha y arroja: ‘Si nos equivocamos con esta ley el daño será irreparable porque las vidas que se pierdan no podrán recuperarse’. Se acerca peligrosamente al área chica pero le cortan el pase”. La hinchada abucheaba, silbaba y aplaudía. Hubo plateístas que siguieron el relato desde sus sillas y también hubo una popular que gritó de pie tomando una cerveza al lado de la barra. “Cien años esperando tanta emoción, no se puede creer, de qué planeta viniste barrilete cósmico….el primer tiempo lo ganamos sufriendo pero salieron los votos necesarios”. La tribuna agitó, esta vez no banderas, sino pañuelos verdes.
En la mesa debate en que participaron Higui; la periodista de Olé, Catalina Sarrabayrouse; Luana Muñoz, jugadora y abortera – como pidió ser presentada- y Moyi, futbolista e integrante de Fútbol Militante, la charla bordeó distintos ejes: la lucha feminista dentro y fuera de la cancha, las experiencias en primera persona tanto en el periodismo como en la práctica deportiva, el fútbol amateur y la profesionalización, los cuerpos y el no binarismo en el deporte. En relación a esto último, Moyi señaló: “El feminismo tiene que estar hacerse eco de que no son sólo mujeres, de que cuando hablamos de aborto no son sólo mujeres sino cuerpos gestantes, estas ideas hay que tomarlas con responsabilidad política y eso tiene que ver con empezar a pensar cómo podríamos imaginar un fútbol, un deporte que no esté organizado por la disciplina del género”. A su turno, Higui contó: “Te dicen tenés que ponerte vestido, caminar como señorita. No, yo en la cancha, soy yo”. Se paró de la silla un par de veces y pisó la pelota, que iba y venía bajo sus pies por todo el escenario. “Cuando era chiquita yo tenía ganas de jugar a la pelota, en mi corazón yo siempre jugué, pero después tuve que hacer lo que el sistema me pedía” – dijo Higui, que estuvo nueve meses presa por defenderse de un intento de violación por parte de diez varones que la violentaban por lesbiana. Cuando la charla ya estaba terminando y antes de ponerse a jugar un partido de fútbol tenis, Higui volvió a levantarse de la silla y afirmó: “El fútbol es arte también, cuando vos te parás en la cancha, nadie te dice cómo poner tu cuerpo, es lo que te sale del corazón”.
Después de la jornada, el colectivo Manifiesta charló con La Tinta.
—¿Dónde se cruzan fútbol y aborto?
El cruce aborto y fútbol tiene que ver con la pasión, en el contexto de Argentina la pasión no es sólo patrimonio de los varones que juegan al fútbol es un patrimonio colectivo cultural de la Argentina, el mundial es el momento donde la sociedad entera se concentra y apoya de una manera colectiva una pelea hacia quienes intentan arrebatarnos el título del mundial. Creo que parte de la pasión que se ve en la construcción de la lucha del aborto es replicable a esa pasión que se ve en el mundo del fútbol. Y otro cruce es la ocupación de las metáforas clásicas de los sentidos hegemónicos que tienen que ver también con uno de los consumos sociales y culturales más extendidos que es el fútbol específicamente, reapropiarlos en la significación y los sentidos de una lucha que es histórica de las mujeres y que también tiene este mismo sentido de unificar distintas expresiones. Como lxs hinchas de Boca y de River se juntan para alentar a la selección podríamos decir que las feministas nos juntamos para luchar por el aborto, como por ejemplo (Silvia) Lospenato con (Mónica) Macha.
—¿Qué lectura hacen del segundo tiempo que se juega el miércoles?
El segundo tiempo es un tiempo más difícil, si bien venimos ganadoras de la primera instancia del partido, sin duda este rival es un rival mucho más armado, formado y con menos huecos por donde meter alguna rabona para poder convertir el gol de la legalización del aborto. Estas cuestiones dejan la enseñanza, como en la metáfora futbolera, que la pasión y el aliento hace que nuestros equipos se transformen en ganadores. La actitud es muy importante por eso hay que salir a la cancha el próximo 8 con la expectativa y la esperanza de que todo partido por más abierto que sea se puede dar vuelta. Y nosotras creemos que cualquier partido se puede transformar en una victoria.
Desde Manifiesta señalan que El Mundial de las Pibas les dejó “las ganas, la necesidad de la cultura lésbica y la reivindicación de los derechos como una de las dimensiones para disfrutar de un partido que jugamos entre todas”.
“A la Iglesia católica apostólica romana que se quiere meter en nuestras camas le decimos que se nos da la gana de ser putas, travestis y lesbianas. Aborto legal….en cualquier lugar”, agita y canta una hinchada, que el miércoles 8 copará las calles y será millones, será vigilia, será marea, será verde.
*Analía Fernández Fuks para La tinta
*Fotos: Nati Bordesio y Anita Da Silva para Manifiesta
