Las deportistas y el debate sobre el aborto
A poco de disputarse otra final, esta vez en el Senado, se filtra una pregunta: ¿Por qué las deportistas que compiten en alto rendimiento no pronunciaron abiertamente su posición frente al debate por la despenalización del aborto? Para Mónica Santino, el modo en el que está organizado el deporte y el nivel de invisibilización de la mujer en dicha estructura, lo hace casi imposible. Ruth Bravo Sarmiento, jugadora de Boca y la Selección, se manifestó a favor. Evelina Cabrera, presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino, publicó una carta contando en primera persona su experiencia con el aborto: «Yo también lo hice».
Por Redacción La tinta
Ya en el final de este nuevo round por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que está por votarse en el Senado, se filtra una pregunta: ¿Por qué las deportistas que compiten en alto rendimiento no pronunciaron abiertamente su posición frente al debate? ¿Qué pasa dentro del deporte para que aquellas pocas que logran mayor exposición en los medios y la publicidad, no se las vio luciendo un pañuelo verde o celeste? Es más, en la provincia de Córdoba, Juan Carlos Olave (ex arquero de Belgrano y actual dirigente) y Andrés Fassi (presidente de Talleres), se han pronunciado contra el proyecto de ley. Hombres y autoridades de los dos clubes más grandes de la provincia, se posicionaron abiertamente. ¿Y las mujeres?
El periodista Agustín Colombo buscó la opinión de algunas mujeres referentes del deporte argentino para ayudar a responder esas preguntas. Monica Santino, entrenadora de fútbol y militante feminista, le señaló que «la conciencia de género en este espacio es más costosa. En términos de cómo está organizado el deporte, de cómo está invisibilizada la mujer en el deporte, sobre todo en deportes federados. Para la mayoría se hace difícil pronunciarse”, aseguró.
¿Cómo podría repercutir un pronunciamiento a favor de la ley IVE en una deportista que dependen del escaso apoyo gubernamental y de sponsors privados? “Como está intentando vivir del deporte, la deportista depende en muchos aspectos de los sponsors o de determinados apoyos del Estado. Por eso creo que se cuida al hablar. Porque su opinión puede afectar sus intereses”, contó la ex arquera del seleccionado de handball Valentina Kogan.
Como en la mayoría de las actividades que podemos desarrollar, el camino que deben transitar las mujeres no es el mismo que desandan los hombres. Hace apenas una semana, la publicidad de Carrefour lo graficó muy claro al postular al varón como único «campeón» posible, entre ambos géneros. La propia Mónica Santino repite en cada oportunidad que el fútbol ha permitido a muchas de sus alumnas sentirse libres con su cuerpo y despojarse de prejuicios sobre el mandato machista que señala qué actividad física debe desarrollar una mujer y cómo. Superada esa instancia, aún una adolescente debe intentar ingresar a un mundo gobernado por dirigentes hombres, entrenadores hombres, médicos hombres y lograr convencerlos de que es capaz de desarrollar una disciplina deportiva profesional. Convencer que pueden apostar en ella. “Históricamente la mujer estuvo subordinada en el deporte, no tiene voz y muchas veces se conforma solo con competir. Incluso el propio feminismo dejó de lado al deporte y al juego”, agrega Santino en diario Perfíl. La DT viene de participar en una jornada en apoyo a la despenalización del aborto en el Club Ferrocarril Oeste, el pasado fin de semana.
Pese a todo, hay excepciones. “Hace unos años una familiar abortó y yo me enojé muchísimo, pero gracias a las marchas y a lo que uno escucha y aprende, entendí que el aborto legal tiene que ser ley”, dijo Ruth Bravo Sarmiento, jugadora de Boca y de la Selección, en comunicación con el programa Era por Abajo (FM 1110 – Bs. As.) La jugadora contó que dentro del plantel xeneize han podido conversarlo entre compañeras y «son muchas las que están a favor del aborto». Sin embargo, admitió que esa posibilidad no se dio aún en la Selección. «Es un tema delicado pronunciar la palabra aborto. Choca un poco. Pero escuché un montón de cosas. Decir que se iba a matar a alguien, que se iba a asesinar, pero nadie se pone en el lugar de la persona que está tomando la decisión de hacerlo. Yo creo que la mujer tiene derecho a decidir», señaló la mediocampista argentina.
Tanto Kogan como Bravo Sarmiento participaron de un informe realizado por TyC en el que se le consultó a varias deportistas sobre el debate de la despenalización del aborto. A dos meses de su publicación, el informe ya no aparece en la nota web del medio. En los comentarios de los usuarios solo se observan críticas a las jugadoras. Entre las que participaron de dicho informe estaban: Victoria Crivelli (también integrante de la selección femenina de handball), Laura Martinel (entrenadora de judocas, entre ellas Paula Pareto), Delfina Merino, Belén Succi (ambas de Las Leonas), Cecilia Carranza (vela), Sofía González (selección de rugby), Laura Ábalo (remo) y Belén Pérez Maurice (esgrima).
Esa conversación puertas adentro del vestuario de las jugadoras de Boca, auspicia un futuro que nos advierte que los procesos llevan tiempo. Quizá hoy el deporte es un bastión machista más impermeable que otros ámbitos, pero al igual que Ruth, entre tantas marchas y tanta discusión, las deportistas irán tomando la voz.
Yo también lo hice
Estoy a favor de la despenalización del aborto y por un aborto legal y gratuito porque yo también lo hice. No es fácil contar esto después de muchos años, pero decido poner mi voz y mi cuerpo a esta lucha por todas esas mujeres que mueren o quedan con secuelas por abortar en los peores lugares.
En ese momento tomé esa decisión porque no veía otra opción. Yo era muy joven, ya vivía en la casa de mi papá, trabajaba en un astillero donde me pagaban migajas y los findes en un boliche como bailarina. Ahí conocí a alguien y quedé embarazada porque falló la prevención. Obviamente cuando se lo conté me trató de puta.
No lo dudé y le pedí a una de mis amigas que me ayudara. Fuimos a ese lugar por Moreno o José C. Paz, ya ni recuerdo, pero nunca me voy a olvidar en la vida cuando crucé la puerta de entrada.
Entré y ahí estaban en una sala de espera mujeres de todas las edades. Apenas se animaron a subir la cabeza para ver quién entraba, y en el aire se sentía esa presión, que era el miedo, la incertidumbre y por sobre todo la vergüenza. Porque todas sentíamos eso. Estábamos ahí todas sentadas como condenadas y cada una que entraba no sabía si salía. Y la que lo hacia tenia que seguir con su vida con el silencio en el vientre para que nadie te juzgara.
Cuando me tocó entrar el tipo me dijo solo: “Hola, ponete cómoda ahí”. Me subí a ese banco que están en los ginecólogos y me ató los brazos en una especie de cruz “para que dormida no te muevas o te caigas”. Me terminó de atar y luego vino la anestesia. Lo último que recuerdo de ese momento fue que miré al costado y vi palanganas de acero con sangre. Ahí cerré los ojos…
Al despertar estaba en un lugar oscuro y lleno de camas con mujeres y niñas una al lado de la otra. Como en las películas de guerras, que están todas las camas juntas. Vino una mujer y me dijo: “Recién saliste, ¿cómo te despertaste?”. Sólo le dije “me quiero ir”. Y me fui…
Perdón por la crudeza, pero escucho a muchos decir que si se legaliza el aborto sería como un hobby para algunas mujeres, cosa que creo muy lejos. Y si le interesa a alguien saber por qué lo hice fue porque yo nací en una familia pobre, donde sufrí la ausencia de mis padres, sus peleas por no llegar a fin de mes. Porque viví muchas veces que mi mama e inclusive yo no repetíamos el plato o fingíamos no tener hambre para que los más chicos comieran. Donde con suerte me vestía con la ropa de mis primas porque no tenían para comprarme. Donde más allá de la vergüenza que te genera no tener nada, te angustia no tener para comer. ¿Y yo qué iba hacer? ¿Tener un hijo para repetir lo mismo? ¿En qué condiciones iba a hacer frente a eso y encima sola? ¿Cuánto tiempo iba a poder mantener la excusa de que yo no tenía hambre? Qué momento de mierda.
Si quería traer a alguien al mundo tenía que tener como mínimo comida, un lugar, una familia. Yo no tenía nada de eso. Y sabía perfectamente el dolor que es pasar por eso.
Necesité muchos años para poder tener cosas básicas y no me arrepiento de lo que hice. Y hoy tengo mucha fortaleza para ayudar a otras niñas y mujeres para que no repitan lo que yo viví. Lo hago con educación y contención, cosas básicas que las mujeres no tenemos por el solo hecho de serlo.
Me duele mucho contar esto pero no quiero ser una hipócrita.
Por eso: aborto legal, seguro y gratuito.
*Evelina Cabrera, Cofundadora y presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino para diario Perfíl.