Villa y Zapata juntos
En el gesto de ambos protagonistas se podría leer sus personalidades, en el centro de la imagen Francisco “Pancho” Villa con su uniforme militar y sentado en el emblemático sillón presidencial. A su izquierda se encuentra Emiliano Zapata, vestido con un traje típico de su región. El primero se ríe de forma bonachona y carismática, a Zapata se lo ve más reflexivo y concentrado. Esta fotografía la tomó Agustín Víctor Casasola, el domingo 6 de diciembre de 1914, luego de que los dos líderes revolucionarios entraran triunfantes a ciudad de México.
Por Redacción La tinta
Las crónicas de la época cuentan que luego de un intercambio cordial entre Villa y Zapata por ver quien se sentaría en el sillón presidencial, fue el líder del sur el que termino convenciendo a Pancho para que se sentara. Sin duda no era una acción inocente, ese sillón representaba el poder que ambos jefes revolucionarios venían combatiendo desde hacía años.
Rodeados de sus camaradas de lucha, se los nota relajados como si no tuviesen conciencia del momento histórico que están protagonizando. De hecho, antes de sentarse allí habían participado de un desfile descomunal de 50 mil soldades de ambos ejércitos, que fueron aclamados mientras atravesaban la ciudad.
Sentarse era un gesto victorioso de la revolución, aunque también se dice que Zapata no quiso hacerlo porque consideraba que iba en contra de sus convicciones. Lo que si quedo claro era que ninguno de los dos quería hacerse cargo de ese poder, de hecho a los pocos días ambos se fueron del DF y continuaron sus luchas en sus tierras.
Esta fue la imagen de la revolución mexicana, los líderes del Ejército Libertador del Sur y la División del Norte en el centro del poder que habían derrotado, tomándolo y soñando con un cambio para aquellos por los que habían luchado.
*Por Redacción La tinta