Los enigmas del caos

Los enigmas del caos
27 junio, 2018 por Redacción La tinta

De Nicolás Cabrera para La tinta

Marcos Rojo y su insolencia. Messi redimido, Higuain quebrado, Sampaoli extasiado, la imaginación al meme. Capítulo 465839 de la saga maradoniana. El periodismo de luto: lamentos por la agencia Telam y el canal TyC Sports, pero claro, en sentidos opuestos. Una nueva jornada del enigmático caos que envuelve a la Argentina y su fútbol.

Hay una máxima que rige la cultura hipermasculinizada del fútbol argentino: cuando no hay juego, debe haber huevos. Con la magia de las profecías autocumplidas, el deseo se tornó imagen. Primero se vio el talento de la camiseta albiceleste número 10. Después, con la voluntad del optimista, apreció un lateral donde no le correspondía. Fue el número 16 –“marquitos” para los amigos, “Rojo” para el resto de los compatriotas– el que nos recordó que los milagros se buscan.


Si se vive como se juega es una pregunta retórica más teñida de dudas que de certezas. Lo que sí queda claro, después de ayer, es que la Selección Argentina tiene menos creatividad que el equipo económico del gobierno nacional, pero al menos, en el fútbol, el caos al que conlleva la improvisación, deja una moraleja masoquista: hay sufrimientos placenteros. Después de todo, la victoria ante Nigeria –agónica, angustiante e inmerecida– nos hacen sentir un poquito más vivos.


Alguien dijo que hay un Maradona para cada argentino. Ayer en la cancha, en la montaña rusa emocional de Pelusa, se encarnaron la mayoría de sus compatriotas. Bailó, gritó, cantó, rezó, durmió, volvió a gritar y casi se nos va. Maradona tiene la única capacidad de ser (casi) todos sin dejar de ser él mismo. Por eso, tal vez, cuando dijo “gracias dios” ante las cámaras … se abrazó.

El periodismo argentino agoniza en todos sus frentes. No hay novedad en que el macrismo viene desarmando el aparato de información pública. El Secretario de Medios, Hernán Lombardi, ayer decidió pisar el acelerador. Tributario de la vieja idea que el fútbol aliena, el Gobierno Nacional aprovechó la efervescencia mundialista para despedir a 354 trabajadores de la agencia estatal de noticias y publicidad Telám. Demostremos que la relación entre fútbol y política no es la del pan y circo. Solidaridad con los compañeros de prensa, basta de despidos y reincorporación ya.

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Abrazo de trabajadoras despedidas de Télam y el abrazo de gol de Messi y Rojo.

Ojalá la crisis en los medios se redujese a la negligencia patronal. El periodismo deportivo –tan justamente bastardeado– hace tiempo que firmó su acta de defunción. Los muchachos de Tyc Sports, la versión futbolera de polémica en el bar, reinciden una y otra vez en papelones mayúsculos. Como enumerarlos supondría un libro, los dejo a la memoria del lector. Lo que quiero remarcar es lo siguiente: el dramatismo exagerado con el que se vive nuestro fútbol –machista, xenófobo, exitista, violento, chauvinista, homofóbico, corrupto– nunca será remediado sino repensamos en la responsabilidad que les cabe a sus formadores de opinión. Los públicos se construyen y al de nuestro fútbol lo forman los peores.

La vertiginosa jornada de ayer nos deja una nueva narrativa futbolera donde depositar nuestras fantasías y miserias colectivas. Los memes se viralizan. Nacen héroes y villanos; se repiten mitos y divinidades. Estamos más unidos y somos más desiguales, porque el fútbol, en el mismo gesto que incluye, jerarquiza. Es que este deporte, el más popular de todos, no es el reflejo de la sociedad, sino una de sus fuentes más inagotables de producción y reproducción. Y seguirá siendo así, sin importar si el próximo sábado nos abrazamos victoriosos o armamos las valijas.

* De Nicolás Cabrera para La tinta / Imagen de tapa: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: Mundial Rusia 2018, Selección Argentina de Fútbol

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