El Rubicón invertido
La Selección ganó ante Nigeria más que un partido. Pero así como el proyecto alemán no se iba a derrumbar si Kroos no embocaba ese tiro libre ante Suecia, el gol de Rojo no ha refundado al fútbol nacional. A partir de hoy, Argentina caminará el Mundial con la tranquilidad del sobreviviente que se creía muerto. Quizá sea ese su gran triunfo.
Por Gonzalo Reyes para La tinta
«Tenemos la esperanza de cruzar el Rubicón», dijo Alejandro Sabella ante la prensa el día previo al partido por cuartos de final que la Selección Argentina disputaría ante Bélgica en Brasil, hace cuatro años. Por entonces la Selección se preparaba para disputar por tercera vez en seis mundiales -desde Italia 90- la llave para pasar a semifinales. El Rubicón era ese partido imposible de cruzar.
Ayer en San Petersburgo la misma selección debía asumir un desafío inverso. No volver a quedar afuera en primera ronda cómo había sucedido en Corea-Japón 2002 o convertirse en la primera en volverse en esa condición y sin haber ganado un sólo partido. Precisamente este lunes, cuando fue presentado como nuevo DT del Leeds de Inglaterra, Marcelo Bielsa recordó aquel «fracaso» que comandó pero no dudó: «Lo mejor de Argentina va a aparecer a partir de mañana. Creo firmemente en la calidad de los judadores, en el liderazgo de Messi que se va a hacer evidente, en la sabiduría del Cuerpo Técnico»
El martes no fue un día más para la historia de la Argentina en Copas del Mundos. La victoria 2-1 ante Nigeria es eso: una victoria. Lo mínimo e indispensable que se le pedía a este grupo y lo que quizá el grupo podía y necesitaba dar. Con el gol de Marcos Rojo a los 41 minutos del segundo tiempo, se cruzó ese desafío inverso sin las pretensiones de haber resuelto el caos en el que está sumergido el fútbol argentino. La diferencia entre el martes a la mañana y este miércoles es esa, una victoria a los 86 minutos.
Volviendo a Bielsa, y tras exculparse y aclarar que no es la persona apropiada para hablar de pases a octavos de final, se apoyó en las declaraciones de Gerardo Martino, quizá el último entrenador que pudo aplicar una idea de juego en la Selección: «Ojalá que a la Argentina le vaya bien, pero ojalá que después esté la convicción para ver si es que hay algo que desde lo institucional, lo deportivo o la nueva conducción de la AFA haya que cambiar. Que no se escude todo detrás de un resultado deportivo, porque evidentemente la situación deportiva de la Argentina, en el fútbol, no esta bien», declaró el actual DT del Atlanta United de la MLS norteamericana.
Así como el proyecto alemán no se iba a derrumbar si Toni Kroos no embocaba ese tiro libre ante Suecia, el gol de Rojo no ha refundado al fútbol nacional. Estamos igual que ayer, pero con la tranquilidad del fugitivo que ganó tiempo hasta el sábado a las 11 de la mañana.«No merecíamos irnos así», dijo Messi a la televisión tras el partido. Así comenzará a jugar esta Selección lo que venga de Mundial, con el alivio del sobreviviente. Del «traeme la co» ya ni hablemos. Ayer se cruzó el Rubicón invertido y todo lo que viene es mejor que la idea del desastre a quedarnos en primera ronda.
*Por Gonzalo Reyes para La tinta