Verde esperanza

Verde esperanza
25 junio, 2018 por Redacción La tinta

«¿Otra vez Nigeria?» Pocas experiencias son tan comunes para un argentino: un partido ante las Águilas Verdes en fase de grupo de un Mundial, es una de ellas. Desde 1994, ambas selecciones se cruzaron en cinco de siete Copas. Salvo en 2002, enfrentarnos siempre fue de buen augurio. Pero nunca les ganamos por más de un gol. Como será de constante este cruce que el Diego se fue de los Mundiales ante los africanos y volvió también contra ellos.

Por Redacción La tinta

Hay experiencias que compartimos todos los seres humanos: quedarte dormido y llegar tarde al trabajo, olvidarte una contraseña de algo, abrir la puerta de la heladera sin saber qué estás buscando, y un partido ante Nigeria por fase de grupo de algún Mundial.

Desde nuestro primer y tardío cruce en el mundial de EE.UU. 94, la Selección nacional se ha enfrentado por capricho del azar cinco veces ante los africanos en solo siete mundiales. Los tres últimos, de forma consecutiva. Por eso: todos hemos vivido un partido contra los nigerianos. Sin embargo nunca será como en esta edición 2018.

El primer cruce ante Nigeria fue el último de un tal Diego Armando Maradona, nunca más jugaría un Mundial. Aquella tarde del 25 de junio de 1994, el equipo de Alfio Basile comensaría perdiendo con gol de Siasia. Pero aparecería Claudio Paul Caniggia para empatar y para aquel recordado «Diego!» Diego!» y a cobrar. Argentina pasaría a octavo como mejor tercero y las Águilas Verdes en primer lugar, con los mismos puntos pero más goles.

Antes de terminar el siglo, Nigeria se tomó revancha del partido de Boston. Fue dos años más tarde, en 1996, en la final de los Juegos Olímpicos de Atlanta, otra vez en Estados Unidos. Los africanos empatarían dos veces el marcador y lo ganarían 3-2 en el minuto 90 tras una mala jugada «al offside» que ejecutó la selección sub 23 de Daniel Pasarella. Argentina dejaría pasar su chance de ganar la medalla de oro por primera vez. La presea dorada sería para un tal Jay-Jay Okocha.

No pasaría mucho tiempo. La próxima cita se daría en otro continente. Corea-Japón era la esquina en el barrio indicado a la hora señalada. La Selección de Marcelo Bielsa llegaba a la copa del 2002 como favorito y la carga de ser lo único bueno en medio de un país asfixiado por la crisis que se había detonado siete meses atrás. Con gol del Bati, Argentina ganó apenas 1-0 en el debut. Sería la única victoria: derrota 0-1 ante Inglaterra y empate 1-1 ante Suecia. Nos volvimos terceros con cuatro puntos.

Otra vez los juegos olímpicos. Otra vez una final. Otra vez la chance de sumar una medalla de oro. Cerquita del último choque, China vio como Lionel Messi conseguía lo que hasta hoy es su título más importante con la Selección. Con el olvidado Checho Batista como DT y el inolvidable Juan Roman Riquelme en campo, Argentina logró el primer puesto olímpico con un golazo de una cara nueva: Ángel Di María.

El reencuentro en Sudáfrica 2010 tendría un actor protagónico: Vincent Enyeama. Otra vez en un debut, sudamericanos y africanos volvían a cruzarse, esta vez en la ciudad de Johannesburgo. Aquella tarde el arquero nigeriano robaría el guión de la película y escribiría que todas las pelotas que Lionel Messi disparara contra su arco, serían repelidas por sus voladas y movimientos circenses. Apenas un cabezazo de Gabriel Heinze a los seis minutos del inicio, le darían la victoria al equipo de Diego. Sí, Maradona volvió a jugar un Mundial como se había ido, ante Nigeria.

El fútbol da revancha y cuatro años después Enyeama y Messi volverían a cruzarse. Otra vez, por cuarta ocasión, Argentina y Nigeria disputarían un partido en fase de grupo de un Mundial. Al igual que ahora en Rusia, el tercer partido sería el momento y lugar. «Encima que tengo que jugar contra Messi, le dan un montón de tiros libres», se lo oyó al guardametas decirle a los árbitros. «Entiendo lo que decís, es muy difícil», le respondía Nicola Rizzola entre carcajadas. Aquella tarde en Porto Alegre, el 10 se despacharía con un golazo de tiro libre y otro remate a quemarropa, tras un rebote en el área.

Argentina volverá a jugar contra Nigeria este martes en San Petersburgo. Hasta aquí, menos en Corea-Japón, cruzarse con las Águilas en primera fase ha sido de buen augurio. Pero nunca ganamos cómodos, siempre se ganó por la mínima. Nunca antes fue tan decisivo jugar ante los africanos y sin duda la historia estará sentada frente a la tele.

*Por Gonzalo Reyes para La tinta

Palabras claves: Mundial Rusia 2018, Nigeria

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