Hashtag Pura Vida
En un tercer tiempo, entre asado y cerveza, las pibas vuelven imaginariamente a la previa de Brasil 2014 para recordar el batacazo que la Tisú supo anticipar en su prode: Costa Rica no perdería un partido hasta cuartos de final. La China, capitana del equipo, habla de suerte. Pero la arquera tiene sus argumentos: «vos pensá que es el país con mayor biodiversidad». Así, renueva sus votos con los ticos para Rusia 2018 y no se olvida de volver a usar las palabras mágicas #puravida.
Por Noelia Pistoia para La tinta
Ya van 15 minutos de silencio en la mesa de la parrilla que divide las cabelleras cabizbajas y concentradas de los pasitos de baile que parecen tirar, entre los bolsos desparramados, los diez botines por abajo. Es extraño que la noche esté tan linda, hace calor a pesar de que ya se fue el verano, así que todo el equipo se alegra de poder hacer el tercer tiempo afuera. Es tarde para día de semana y no pasan muchos autos por la esquina, se pueden escuchar las chispas que saltan de las parrillas de mesa recién llegadas y el choque de las burbujas de la cerveza recién servida. La Tisú es la primera en terminar el prode. Le da un beso al papelito y con el brazo corre los platos y las ensaladeras que la separan de la China hasta dejarlo enfrente de ella. La China levanta la mirada y ve que los dedos de La Tisú forman un numeral y que su boca le susurra Pura Vida. El silencio se rompe con el repiqueteo de tenedores del resto del equipo.
Enfrentadas históricamente en todo, este duelo en particular empezó con el mundial del 2014 en el que La Tisú acertó más partidos que La China y ganó el prode que hicieron en esa misma parrilla, que para entonces ya era la preferida del equipo por ofrecer nuez moscada y pimienta para el huevo frito. Con más suerte que razones, a la primera le pareció simpático poner que Costa Rica ganaría todos los partidos hasta cuartos de final y acertó. La otra, más conservadora y determinista, sabía que los ticos no habían clasificado para el mundial de Estados Unidos ’94, ni en Francia ’98 ni en Sudáfrica 2010 y que sus participaciones en las demás copas habían dejado bastante que desear. Cuando le preguntaron cómo había adivinado el batacazo de Costa Rica, Tisú respondió con el lema costarriquense: “Pura vida” y a La China se le hinchó la vena.
– ¿Qué carajo quiere decir eso?
– Vos pensá que es el país con mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado en el planeta. Desbordan naturaleza. Viste que por eso todos dicen que si te quedás parado, ahí nomás, te puede crecer una planta en la cabeza. Las playas no te las creés y tienen bocha de volcanes. Ellos respiran un aire distinto, ven otros atardeceres. Y con todo eso es imposible no conectar, ni siquiera tienen ejército. Y bueno, pura vida es eso: una manera de sentir, una forma de ver el mundo con optimismo y alegría, atravesado por…. Bueno, nada, algo que nunca vas a entender vos, mi amor.
– ¿Qué dice? –se le ríe la China en la cara junto a las demás- ¡Ves que no sabés nada! ¿Qué tiene que ver eso con el fútbol?-.
La Tisú nunca había ido a Costa Rica pero sí había leído muchísimo en internet con la excusa de recolectar cualquier información que pudiera ayudarla a picantear a su amiga porque así se relacionaban, como cachorras; pero todo el equipo se enganchó y el mundial de Brasil lo pasaron juntas rancheando casas y barcitos. Entre el 2014 y Rusia participaron en muchos torneos juntas y ahora ya tienen jugadas preparadas, canciones, bailes de festejo, varias lesiones superadas, dos clásicos y las tazas con el logo del equipo. Tal vez el fútbol las unió como los años de secundaria y boliche no lo hicieron. Durante los cuatro años siguientes a Brasil, cuando Tisú quería buscar a la China, le respondía Pura Vida a cualquier pregunta que le hiciera. Por eso, no pudo más que regocijarse de placer cuando vio que para Rusia 2018, Costa Rica convirtió la frase en un hashtag para promocionar el turismo durante el mundial y que también los jugadores de la selección lo usan en sus tweets.
– ¿Qué pusieron, qué pusieron?– tratan de chusmear las demás mientras se apilan alrededor de La China para ver el papelito. –UHHHHHHHHHHHHH– vibran al unísono.
– ¿Otra vez se van a poner densas con Costa Rica? – pregunta Ludmi, la defensora por derecha, con un tono más cercano al deseo que al reproche.
– Es que parece que la China no aprende más, yo le quise enseñar el mundial pasado, pero no me quiere escuchar– dice la Tisú mientras arrastra su brazo entre todas las migas de pan y vuelve a la silla en cámara lenta, amortiguando la caída del culo con arrogancia.
– ¿Qué me vas a enseñar vos a mí? Si te mareás cuando te sacan del arco y cuando les muestro las jugadas en la pizarra. Lo tuyo en el mundial pasado fue pura suerte y no me vengas con esa mierda de pura vida que me agarra una úlcera– responde La China mientras hace una pelotita anti-estrés con la servilleta del choripán.
– Disculpe capitana, yo no sabré meter tantos goles como usted ni interpretar los chirimbolos que hace con su marcador, pero como bien dijo, yo sé sobre cómo llevar el número 1 del equipo y le digo, con todo respeto, que esa es la misma razón por la cual vuelvo a confiar en Costa Rica. ¡Tienen al mejor arquero del mundo! ¡Keylor Navas! ¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Españas!- le recita la Tisú, causando que a la China se atragante y le caigan unas gotitas de cerveza en la camiseta que ya está curada de espanto.
– Dale, por favor, no seas tan egocéntrica de pensar que con un arquero podés ganar un mundial – le responde la capitana mientras reparte de memoria los cortes preferidos entre las pibas.
– Perdón, pero cuántos torneos ganamos nosotras gracias a las manos de La Tisú – se suma Coca, la zurda que suele ser la cómplice de la arquera en las peleas contra la capitana. Le tira besitos desde la otra punta de la mesa.
– No querida, te tengo que parar ahí. Si bajaras un poquito más podrías apreciar la cantidad de veces que tengo que salvarle las papas porque la guacha viene de gira y está en un cumple los cuarenta minutos del partido. ¡Así cualquiera! Aparte la arquera de cinco se agranda y cree que en el arco de 11 puede hacer las payasadas que se manda con nosotras. A ver, ¿cómo pensás ganar el mundial con un arquero?, ¿empatando 0-0 todos los partidos?– le pregunta Ludmi apuntándola con un tenedor con provoleta.
– Pero si tuvieron una participación impecable el mundial pasado. ¿No se acuerdan? Tienen a Joe Campbell que es muy habilidoso, ahora juega en el Bettis… A ver chicas, vamos a hacer memoria y repasar. En Brasil le tocó un grupo de la muerte histórico. Uruguay, Italia e Inglaterra. Tres campeones. Nunca había pasado. Y ahí estaba Costa Rica, siendo el único virgen de la fiesta. Pero ¿qué tenían? ¡Un buen arquero! Un gol le metieron solamente durante la fase de grupos. Afuera quedaron Italia e Inglaterra. Y como si esto fuera poco, en octavos de final le ganaron a Grecia por penales. ¿No se acuerdan el penal que se atajó Navas? Ya les mando el videíto- les pregunta la Tisú mientras busca en el bolso el guante en el que guarda el celular.
– Bueno, pero si vamos a hacer memoria recordemos todo, ¿no? Que en definitiva no pasaron a semis porque perdieron en los penales así que taaan perfecto no es tu arquerito, ¿no? Tenés que tener un equipo que te haga ganar el partido en el primer y segundo tiempo, mamá- propone Ludmi que ya no tiene más provoleta.
Suenan los celulares y algunas se ponen a ver el video, otras aprovechan para pinchar algo más o pedir otra birra. Ludmi se tienta al recordar la bronca cuando la China le hacía cuernitos al televisor para que Costa Rica erre los penales y deje de arruinar su prode o que la Coca casi prende fuego la casa porque colgó en el horno al chipá casero. No llegan a notar que entra un equipo de bombones que recién había terminado de jugar un partido en la misma canchita que ellas. Las fichan enseguida y se ubican cerca. Intentan hacer algún tipo de contacto visual e incluso se ponen ruidosos, pero ellas ni los registran, sólo tenían ojos para las mini parrillas de la mesa y oídos para la apuesta sobre Costa Rica. Después de un rato, los pibes concluyen que seguro son lesbianas.
– ¡A eso me refiero! No podés confiar en una selección que pasó dos etapas por penales, es algo muy azaroso y Costa Rica tuvo suerte, okey. Pero con eso no me va a volver a arruinar el prode este año. Vamos a ver cómo lo ayuda la Pura Vida a Navas cuando tenga que enfrentarse a Neymar, Gabriel Jesús y a Coutinho. Los suecos siempre son muy prolijos y bueno de los serbios qué se yo, de eso sabe la Coca…
– Yo, en el lugar de Costa Rica, no subestimaría a los serbios. Tienen a Sergej Milinkovic-Savic que le va muy bien en Lazio, un delantero muy peligroso. Y ni que hablar del capitán, Aleksandar Kolarov. Lo vi jugar en la serie A de Italia. Puffff…. No le dejen una pelota parada muy cerca del área porque ni hasta Navas se la va a poder atajar. Pero muchachas, lo que me importa es saber qué se apuesta por Costa Rica esta noche- responde mientras le da unas palmaditas a la mesa.
– Si Costa Rica no llega a cuartos, ¿le rapamos las cejas a La Tisú? – grita Ludmi.
– No tengo drama, pongo las cejas en el fuego por Navas. Pero si yo gano, me lavan el equipo hasta el próximo mundial. Por favor, me usan suavizante y todo. O si no, me gano las mollejas por siempre. Nada de compartir, me las pincho todas yo.
– ¡Nooooooooo, ya sé! Si la China pierde va a tener que subir todas sus fotos con el #puravida- dice y se estalla la Coca de imaginar las selfies de la China con su cara de amarga y con ese hashtag abajo.
– ¡Me muero, por favor no me hagan eso! Yo quiero que la Tisú nos pague un pasaje a todas para ver el mundial de Qatar en una playa de Costa Rica y, de paso, ver si nos crece una planta en la cabeza.
– Bueno, entonces ¿nos juntamos el domingo a las 9 a ver Costa Rica contra Serbia?- pregunta Nati que no emitió ninguna palabra en toda la conversación porque estaba muy concentrada en su plato.
– ¡Hola bebé! ¡Buen provecho! – le gritan entre todas mientras se ríen, buscan un cenicero y empiezan a armar.
Aunque no queda casi nada y están explotadas, hacen la sobremesa mientras piensan el menú del desayuno del domingo. El día anterior juega Argentina y ese también lo van a ver juntas. Tal vez hagan una maratón. Repasan los horarios y hacen cálculos para ver si pueden meter alguna jodita en el medio, ya que están. El mozo de siempre se acerca para llevarse algunos platos y limpiar así nomás la mesa. Las escucha con ternura y piensa que son divinas, de sus preferidas entre toda la clientela. Las trata como si fueran especiales, pero se equivoca, no son las únicas. (o hay muchas más?)
*Por Noelia Pistoia para La tinta