Oíd el ruido de nuevas cadenas
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, confirmaron que la Argentina firmó un programa Stand By con el Fondo Monetario Internacional por USD 50.000 millones. El préstamo obliga a reducir el déficit fiscal primario a 2,7 del PIB este año, acelerar el ajuste y realizar una reforma en la carta orgánica del Banco Central. Para quienes apenas tenemos las herramientas de la decencia y el trabajo cotidiano sólo suena el ruido de nuevas cadenas.
Por Nelson Marcionni para La tinta
Tristemente la maltratada República Argentina, la cada vez menos nuestra Argentina, demuestra la incapacidad de la clase dirigente, principalmente la política y especialmente del mejor equipo de los últimos cincuenta años, para encontrar rumbos hacia horizontes de esperanza fundadas para la mejora de las condiciones de vida de quienes viven sometidos a las reglas previstas para sus ciudadanas y ciudadanos honestos: nacer casi excluyentemente para trabajar y tributar.
Trabajar para sobrevivir, y tributar para sostener las veleidades de los integrantes de los socios del sistema de dependencia, instalados además en este tiempo, con la aureola de la legitimación de una democracia que no termina de madurar. Que admite, con restricciones, a quienes proponen el ejercicio de una autonomía real de decisión en la cual, seamos argentinas y argentinos realmente protagonistas activos y responsables últimos, frente a nosotros mismos, de la administración de nuestros recursos.
Sin duda, recurrir y acordar con el Fondo Monetario Internacional ni incrementa nuestra autonomía de decisión, ni transforma la matriz esencialmente inequitativa de la distribución del ingreso reafirmando, además, la perversión de la distribución de los esfuerzos de sostenimiento de una economía diseñada para los ganadores de siempre: los actores corporativos de la economía (empresas privatizadas, y grupos económicos concentrados de variopinta actividad); actores sociales privilegiados asociados a los poderes del Estado (esencialmente la corporación política desagregada en sus componentes ejecutivas y legislativas, y la connivente corporación judicial; multiplicados por todos los niveles de actividad del Estado); y otras corporaciones selectivamente funcionales, disciplinadas mediante prebendas ad-hoc (como es el caso de las representaciones sindicales que representan, principalmente y casi sin excepciones, los intereses de sus sindicalistas no los de sus sindicalizados).
El 07 de junio de 2018 será amargamente recordado por décadas, cincuenta mil millones de veces más intereses, por quienes aspiramos a construir una Nación centrada en nuestros esfuerzos, en nuestra responsabilidad, en nuestros recursos y potencialidades, como una sociedad con lugar de existencia digna para todas y todos conforme nuestra Constitución Nacional.
La noticia del acuerdo con el FMI es la novedad más simple de que todo continuará en la Argentina como lo quieren quienes siempre se han considerado sus amos: el colonialismo en todas sus versiones de distintas épocas y sus fieles, infaltables y serviles lacayos locales.
Para quienes apenas tenemos las herramientas de la decencia y el trabajo cotidiano sólo suena el ruido de nuevas cadenas.
* Por Prof. Dr. Nelson D. Marcionni para La tinta