Cuando baja la marea: fútbol que queda por pensar

Cuando baja la marea: fútbol que queda por pensar
10 mayo, 2018 por Redacción La tinta

¿Qué va a pasar con el fútbol femenino después de la Copa América de Chile? La pregunta que se hicieron las chicas de la Selección, periodistas y varios grupos de whatsapp de amigas es tan inevitable como necesaria. Pasada la euforia, qué. Analía Fernández Fuks se suma a La 10 para abrir el juego y la discusión sobre el sostenido proceso de apropiación de las mujeres sobre el fútbol. Con información, entrevistas y opinión, salimos a la cancha todas las semanas con la convicción de que el fútbol -como el futuro y la revolución- será feminista.

Por Analía Fernández Fuks para La tinta

Cuando baja la marea y la espuma eufórica, que nos tiene agitando los brazos en mitad de las olas, desaparece, volvemos a la orilla a contemplar el agua desde arena firme. Miramos lo que se fue con la corriente y lo que quedó. Algo de eso mismo que sucede cuando un partido termina, cuando las jugadoras se van al vestuario, cuando las luces de la cancha se apagan, cuando el público se retira de las tribunas, cuando volvemos a casa caminando sin contar las cuadras ni el tiempo que nos lleva el recorrido.

¿Y después qué? La pregunta atravesó algunas charlas de sobremesa con amigas, algunos chats con las jugadoras de la Selección nacional de fútbol, intercambio de mensajes con periodistas. ¿Y cuándo las pibas vuelvan de la Copa América de Chile qué va a pasar con el fútbol femenino?

El último lunes de abril por la noche, las jugadoras volvieron. Y bajaron del avión que las dejó en Aeroparque con la amargura de saber que no habían alcanzado la clasificación al Mundial, con el cansancio de siete partidos jugados en pocos días, con la alegría de haber hecho un muy buen torneo, con la convicción de que quieren transformar el fútbol femenino. El martes recibieron un reconocimiento por parte del Senado. Y cuando le tocó hablar a la capitana del equipo, Florencia Bonsegundo enunció claramente el deseo: “Queremos un cambio en el fútbol femenino”.

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Integrantes de la Selección Argentina en el Senado de la Nación

¿Y ahora qué? La Copa América de Chile dejó algunas imágenes para pensar mientras miramos desde la orilla cómo se amansan las olas y el agua revoltosa se retira:

* La foto, aquella foto del 16 de abril, antes de que disputaran y ganaran el partido contra Colombia, fue bisagra. Las jugadoras, después de repudiar en redes sociales que Adidas convocara a una modelo para presentar la camiseta oficial del equipo, centraron las miradas en el reclamo a la Asociación del Fútbol Femenino con el gesto del Topo Gigio. Dos de las cosas que trajo la marea y que quedaron: Las condiciones en que juegan las pibas en los clubes del país y las desigualdades con los equipos de fútbol masculino, por un lado. Y la unidad del equipo, por otro.

* El rol de los medios de comunicación. Antes del partido contra Colombia, las noticias sobre la Copa América había que ir a buscarlas al fondo de los portales web de cada medio. Scrollear mucho para llegar a leer algo, más bien poco. Hasta en el mismo sitio de la AFA había que buscar para encontrar una nota levantada de la web de Conmebol. La transmisión de la Copa se hizo por un lado a través de una página de Facebook “Copa América Femenina Chile 2018” y a través de Chilevisión, una de los canales más vistos del país vecino. La copa tuvo ahí un rating de 36 puntos. El equivalente a una final del Festival de Viña del Mar. Siete millones de personas. Acá, en Argentina había que verlo por la computadora o buscar el cable para conectar a la tele. Salvo después del partido con Colombia, que la señal TNT Sports, dentro del pack pago de fútbol, pasó los últimos dos partidos de la Selección, contra Brasil y Chile. Algunos medios masivos enaltecieron a la señal porque así volvía el fútbol femenino a la pantalla de TV. Algo que deja en evidencia el desconocimiento y la falta información de esos medios: el canal Crónica TV trasmite desde agosto de 2017 los partidos de la liga de fútbol femenino, los fines de semana. “Se acordaron de nosotras cuando estábamos a punto de clasificar al mundial”, dijeron las jugadoras desde Chile cuando se enteraron que iban a poder verlas por TV. Algo más que queda por pensar es además de la visibilización del fútbol femenino la forma en que se hace. ¿Van a seguir siendo los hombres los que relaten los partidos como lo hicieron en la Copa? ¿Van a seguir diciendo en esos relatos, por ejemplo, que las jugadoras van fuerte a la pelota pero sin querer pegarse? ¿Van a seguir sin nombrar a Estefanía Banini y llamándola “la Messi mendocina”?

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Fútbol femenino (y, o, /) fútbol feminista. Esta es otra de las cosas que quedan en la orilla. Las integrantes de Fútbol Militante recibieron a las jugadoras de la Selección en Aeroparque con carteles que decían “estamos construyendo fútbol feminista”. Esas imágenes salieron en los medios y hubo algunas respuestas en las redes sociales. “Che, no metan a la ideología en esto”, “Confunden fútbol femenino con feminista”. Al día siguiente de que las jugadoras de la Selección volvieran al país, la directora técnica y fundadora de La Nuestra, Mónica Santino fue al Congreso como una de las oradoras en el debate sobre la despenalización y legalización del aborto. Ni bien tomó la palabra, Mónica Santino dijo “voy a hablar de fútbol”. Y habló del juego, de ganas, de deseo. Habló de la conquista de derechos y de espacios. De poner el cuerpo. “Cuando las mujeres ganan espacios ahí, se empoderan”, enfatizó. El derecho a jugar y el derecho a hacer con nuestro cuerpo lo que queramos. Y habló del derecho al aborto hablando de fútbol. Ese cruce fue un pelotazo milimétrico al centro del feminismo, al corazón del área. ¿Qué fútbol es el que queremos construir? ¿De qué forma lo estamos haciendo?

Cae la noche, los contornos de la orilla se borronean, el agua se enfría, se pierde en la oscuridad la línea del horizonte. Tenemos cosas para seguir pensando. Pero hay una certeza que dejó la marea: el fútbol de las pibas está acá creciendo, desde hace mucho más tiempo del que hablan los periodistas que cuando lo enuncian como “un boom” y que no somos once, ni veintidós, somos muchas (muchas, muchas) más.

*Por Analía Fernández Fuks para La tinta

Palabras claves: Fútbol Femenino, Selección Argentina de Fútbol Femenino

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