Estados Unidos: de inmigrantes, animales y cuarteles militares
La administración Trump apuntó contra los inmigrantes que llegan al país y propuso activar bases militares para encerrarlos.
Por Redacción La tinta
Haciendo gala de una sinceridad discursiva que representa a buena parte de la sociedad estadounidense, el presidente Donald Trump puso otra vez en la mira de su rifle político a los inmigrantes que llegan al país. En una reunión realizada el miércoles pasado con representantes del partido Republicano del estado de California, el mandatario y multimillonario inmobiliario teorizó: “Tenemos un montón de gente entrando al país, o tratando de entrar, y a muchos de ellos los detenemos”. Sin ruborizarse, Trump agregó: “Ustedes no podrían creer lo mala que es esa gente, no son siquiera personas, son animales”.
Las palabras de Trump siguen el compás de su campaña electoral, en la cual prometió una dura política antiinmigración, la construcción de un muro en la frontera con México y prohibir la entrada al país de musulmanes.
Las últimas administraciones en la Casa Blanca redoblaron las deportaciones de inmigrantes ilegales. En el caso del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, se llevó al máximo la política de expulsión de seres humanos. Según Luis Ángel Gallegos, coordinador del Instituto de Investigación y Práctica Social y Cultural (IIPSOCULTA), durante los dos gobiernos del demócrata fueron deportados 3,4 millones de personas. Consultado por la cadena Russia Today, Gallegos indicó que desde la llegada de Trump al poder “no se ha visto un incremento en las deportaciones, pero sí en la xenofobia y creció el miedo de los indocumentados a ser expulsados”.
En mayo de 2017, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) estimó que del 20 de enero hasta el 29 de abril de ese año fueron deportados de Estados Unidos 57.735 indocumentados, mientras que en el mismo período el gobierno de Obama expulsó a 66.484 personas.
Rodeado de los republicanos que tanto resistieron su candidatura, Trump fustigó contra México, país al que acusó de no hacer “nada” en su frontera y anunció que el Congreso concederá pronto “la financiación completa” levantar el muro de contención de personas.
“México no hace nada por nosotros. No hacen nada por nosotros. México habla, pero no hacen nada por nosotros. Especialmente en la frontera. Ciertamente no nos ayudan mucho en el comercio, pero especialmente en la frontera no hacen nada por nosotros”, exclamó Trump, con una mezcla de desesperación y ruego.
Los dichos del mandatario fueron contestados por el canciller mexicano Luis Videgaray, que los calificó como “absolutamente inaceptables”. Para el ministro del gobierno de Enrique Peña Nieto, las declaraciones de Trump tienen una implicación “extraordinariamente peligrosa”. “Es incomprensible que se atente de esta manera contra el principio fundamental del Estado de derecho”, aseveró Videgaray. El canciller estimó que desde Estados Unidos “se está abriendo una puerta muy peligrosa, en un intento por legitimar el no reconocimiento de los derechos humanos”.
Los dardos de Trump, empapados en vaya saber qué pócima donde racismo y xenofobia encuentran su punto justo de hervor, también apuntaron a la dirigencia estadounidense. Esta vez, el blanco fue el gobernador de California, Jerry Brown. El mandatario dijo que “la ley de California brinda refugio a algunos de los delincuentes más crueles y violentos del mundo, como los pandilleros de la MS-13″ y puso voz trémula al afirmar que “hombres, mujeres y niños inocentes” están “a merced de criminales sádicos”. Como respuesta, Brown remarcó que “Trump está mintiendo sobre inmigración, mintiendo sobre el crimen y mintiendo sobre las leyes de California”.
California es el estado más poblado del país y en ese territorio vive un cuarto de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que hay en Estados Unidos.
Por su parte, Chuck Schumer, el líder de los demócratas en el Senado, fue tajante en su contestación al presidente estadounidense. Vía Twitter, declaró: “Cuando nuestros antepasados vinieron a América, no eran ‘animales’, y esta gente tampoco lo es”.
Inmigrantes acuartelados
El mismo día en que Donald Trump brindaba sus opiniones sobre la relación entre animales e inmigrantes, el diario The Hill reveló un correo electrónico interno del Pentágono, según el cual funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) visitarán cuatro instalaciones militares para determinar si son aptas para albergar a menores de edad no acompañados o separados de sus familias que cruzaron la frontera con México sin la documentación correspondiente.
The Hill detalló que tres de las bases son Fort Bliss, cerca de El Paso; las instalaciones de la Fuerza Aérea Dyess; y la base de la Fuerza Aérea Goodfellow en San Angelo, todas ubicadas en Texas. La cuarta es en Little Rock, en Arkansas.
La noticia también fue confirmada por la agencia de noticias The Associated Press (AP), que citó a dos funcionarios que, a condición de permanecer en el anonimato, explicaron el plan.
Hasta ahora, el HHS, que supervisa unos 100 albergues en 14 estados para menores detenidos en la frontera, no ofreció detalles, pero publicó un comunicado en el que explicó que entre sus tareas se encuentra la “evaluación rutinaria de nuevas instalaciones para ofrecer alojamiento temporal”.
La cadena internacional HispanTV recordó que “el uso de bases militares para retener a menores inmigrantes no es inimaginable, ya que el organismo lo hizo en 2014, cuando empleó bases militares en California (suroeste), Oklahoma (centro sur) y Texas para mantener de forma temporal a menores centroamericanos”.
A su vez, el diario The Washington Post informó que los establecimientos destinados a los niños están completos en 91% de su capacidad, debido a las medidas gubernamentales para castigar la inmigración.
Días atrás, el secretario de Justicia, Jeff Sessions, advirtió que las personas que ingresen ilegalmente al país junto a sus hijos serán separadas de éstos. El funcionario reiteró que la administración Trump aplicará una política migratoria de “tolerancia cero”. Aferrado a las mediciones crecientes del termómetro antiinmigrante estadounidense, Sessions manifestó que “los estadounidenses tienen razón, y es justo y decente que pidan esto, que quieran fronteras más seguras y un gobierno que sepa quién está aquí y quién no”. “Donald Trump se lanzó a la presidencia con ese ideal, creemos que es una de las grandes razones por las que ganó”, resumió el secretario de Justicia.
A esto se suma que la semana pasada la Casa Blanca canceló el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Honduras, programa por el cual unos 60.000 inmigrantes de ese país residen legalmente en el país.
Frente a los ataques oficiales contra los inmigrantes, el congresista demócrata Gerry Connolly anunció que presentará un proyecto para bloquear el plan de utilizar las bases militares para encerrar a los niños y las niñas inmigrantes. El legislador señaló que introducirá la iniciativa como una enmienda al proyecto de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA) para proteger a menores de 18 años sin permiso para vivir en Estados Unidos, cuyos padres o guardianes fueron detenidos por estar de forma irregular en el país. “Mi propuesta tiene como fin evitar esta medida vergonzosa y cruel de la administración Trump que intenta mantener a los niños separados de sus padres en las bases militares”, enfatizó Connolly en un comunicado.
*Por Redacción La tinta