La chica de la bandera
El gesto silencioso y armónico de la joven la eleva y la resalta aún más por sobre la multitud de jóvenes que tiene sus bocas fervorosamente abiertas. Esta escena se dio el 13 de mayo de 1968, en la plaza Edmond Rostand, cerca del Jardín de Luxemburgo, en medio de las protestas de los estudiantes y trabajadores que se conocieron como el Mayo Francés. La chica, que parece estar guiando al resto de los manifestantes, se trata de Caroline de Bendern, una modelo y actriz británica, hija de una familia aristócrata, que frecuentaba la bohemia de aquellos años del Barrio Latino en París. De hecho, ese día fue con un grupo de amigos artistas a marchar. Quien la registro en ese preciso momento fue el fotoperiodista Jean-Pierre Rey.
Por Redacción La tinta
Caroline cuenta que ese día se sentía cansada y le dolían los pies de tanto caminar, por lo que le pidió a uno de sus amigos, el artista plástico Jean -Jacques Lebel, que la subiera a sus hombros. Otro joven le paso una bandera del Frente para la Liberación de Vietnam del Sur para que ella hiciera flamear.
“Aquel día fui con amigos a la manifestación, casi todos artistas. Estaba muy metida en el movimiento y ansiábamos cambios. Queríamos renovar varios aspectos de una sociedad que veíamos anclada, entre ellos el arte”, afirma Caroline en una entrevista reciente.
La foto de Jean-Pierre Rey, que por esos días trabajaba para la agencia Gamma, se publicó por primera vez el 24 de mayo de ese año en la revista Life, inmediatamente se convirtió en una de las imágenes icónicas de la efervescencia de aquellos días.
Sobre como sucedió ese momento Caroline dijo «me di cuenta de que estaba rodeada de fotógrafos. El instinto de modelo se despertó en mí. Instintivamente me enderece, puse mi cara más seria, mi gesto más solemne. A pesar de mí, me convertí en símbolo de Mayo del 68».
La masividad de la fotografía le trajo sus consecuencias a la joven.En principio, al llegar a manos su abuelo el Conde Maurice de Bendern Arnold, éste decidió desheredarla de su fortuna y sus títulos nobiliarios. Luego, todas las agencias de modelos para las que trabajaba decidieron dejar de contratarla por haber aparecido como una de las caras de la revuelta.
Caroline siempre revela sensaciones encontradas sobre esta imagen. Tres veces inició acciones legales para poder cobrar por su derecho de imagen y las tres veces perdió. Una de esas contradicciones se revela cuando dice “esta foto me persiguió durante toda mi vida y hundió mi carrera como modelo «, pero luego también agrega «de haber sabido todo lo que me habría acarreado, lo hubiera pensado más seriamente, pero quizá lo hubiese hecho de todas formas».
*Por Redacción La tinta