Insurgencia en el Nordeste del Paraguay
Es extraño que Paraguay siquiera aparezca en los medios de comunicación, y mucho menos que sea asociado con los conflictos armados. Sin embargo, en el nordeste del país se lleva fraguando una insurgencia guerrillera cuyo origen data del año 2005, una lucha que ha ido creciendo y volviéndose más violenta. En este artículo se busca realizar un repaso a las condiciones sociales, históricas y políticas que desencadenaron el surgimiento de una organización guerrillera que busca derrocar al gobierno e instaurar un modelo socialista y revolucionario.
Por Amores Roldan para Descifrando la guerra
La zona en la que se están produciendo estos enfrentamientos es denominada la Región Oriental o Departamentos del Chaco, donde se destacan por una mayor presencia guerrillera los departamentos de Concepción y San Pedro. Esta zona, rica en recursos naturales, dedicada especialmente a la ganadería y a la agricultura es también de las regiones del país donde existe mayor desigualdad y donde la influencia del estado es débil.
Tras la proclamación de la independencia de Paraguay en 1811, tanto de Buenos Aires como de España, el nuevo país vivió una época de fortalecimiento interno, aislamiento y autarquía impulsada por el Dictador Supremo José Gaspar Rodríguez de Francia, y continuada por el Mariscal Francisco Solano López y su hijo, convirtiéndose en un importante actor en el contexto post independencia latinoamericana. Sin embargo, la devastación causada por la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en la que Brasil, Argentina y Uruguay se unieron para luchar contra el Paraguay, causó una destrucción material terrible en el país y a la pérdida de unos 300.000 km2, unido a la desaparición física de entre el 50 y el 85% de su población masculina, una tragedia de la que el país nunca se ha recuperado del todo. La destrucción bélica se sufrió con especial dureza en estos departamentos, zona fronteriza con Brasil, debido a que la mayoría de las últimas batallas de la guerra se libraron en territorio paraguayo.
A la destrucción de la guerra y la mortandad se le suma una gran desigualdad en el reparto de la riqueza, tanto en cabezas de ganado como de la tierra. El crecimiento de los latifundios ha sido una constante en la historia paraguaya contemporánea, especialmente durante la dictadura del General Alfredo Stroessner que gobernó el país durante 35 años (1954-1989), quien repartió casi siete millones de hectáreas entre sus principales partidarios, entre los que destacan altos cargos del Partido Colorado, principal partido político de Paraguay y que se perpetuó en el poder más de seis décadas. Este abandera los intereses de los grandes latifundistas contrarios a la Reforma Agraria, reforma que lleva siendo demanda por los campesinos paraguayos desde décadas. Esta situación se ha visto empeorada con las crecientes inversiones de multinacionales como Bunge Limited y Louis Dreyfus Company en el cultivo de soja, cambiando así el tradicional cultivo de la caña de azúcar, maíz y algodón por el monocultivo de soja y por las explotaciones de los recursos mineros de la Región Oriental por importantes empresas como la canadiense Morrison Mining Company o la inglesa Amerisur Resources, compañías que tienen importantes inversiones en esta zona.
Evolución de la inversión extranjera en Paraguay
En 2008, después de 61 años en los que el Partido Colorado había gobernado el país, fue elegido como presidente el ex obispo Fernando Lugo, a la cabeza de una alianza de fuerzas progresista conocida como Frente Guasú, siendo su principal caballo de batalla la tan deseada y polémica Reforma Agraria. Sin embargo, el rechazo del Partido Colorado y la resistencia de las élites latifundistas a esta reforma causaron que se fuera posponiendo durante años hasta casi el final de su mandato, lo que le fue restando apoyo dentro de su coalición y del pueblo. En mayo de 2012 tuvo lugar la Matanza de Curuguatay, cuando varias decenas de familias campesinas ocuparon las tierras del ex senador colorado Blas Riquelme, colaborador del ex dictador Alfredo Stroessner. El desalojo de estos por la policía acabó en un tiroteo en el que murieron nueve campesinos y siete policías, además de ochenta heridos de diversa consideración. El origen del tiroteo es incierto, acusando la policía a los campesinos de disparar contra ellos mientras que distintos colectivos acusan a la policía de tener infiltrados que querían comenzar un altercado. Este incidente fue usado por la oposición al gobierno de Lugo para llevarle a juicio por mal desempeño de sus funciones y, a la postre, destituirlo, causando así una importante crisis en el país que fue calificada como golpe de estado por muchos países latinoamericanos y europeos y que llevó a Paraguay a ser suspendida de Mercosur y Unasur.
Fernando Lugo
En este contexto surge la organización guerrillera del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). El 27 de agosto del 2005, fecha oficial del inicio del conflicto, cuando una columna del EPP tuvo un encuentro armado con una patrulla de la policía causando un muerto entre las filas policiales. El origen de este grupo se encuentra en una quincena de militantes del marxista Partido Patria Libre que decidieron formar su propio grupo debido a las desavenencias internas con la dirección del mismo, fundando oficialmente la guerrilla en marzo del 2008. La ideología de este movimiento vienen resumida en el libro La ideología del bien llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP): El Francismo del Siglo XXI escrito por Alcides Oviendo, unos de los fundadores de la guerrilla, donde se autodenominan como marxistas-leninistas pero también como francistas, en referencia al doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, artífice de la independencia de Paraguay y considerado por los insurgentes como un revolucionario. Del programa político del doctor Francia toman su lucha contra las oligarquías y la burocracia colonial, la Iglesia católica y la creación de un estado centralizado y fuerte, con una milicia ciudadana para apartar del mando del ejército a los terratenientes. El Ejército del Pueblo Paraguayo tiene como modelo organizativo las guerrillas comunistas surgidas al calor de la Revolución Cubana, inspirándose sobre todo en las FARC-EP colombianas, a las que se les lleva tiempo intentando vincular aunque Carmen Villalba, miembro fundadora de la guerrilla y nombrada portavoz de la estos y actualmente presa, ha negado dichos vínculos, quien además ha reafirmado que el objetivo del EPP es acabar con el sistema, no llegar a la presidencia mediante las urnas.
Guerrilleros del EPP
Desde su fundación el EPP ha llevado a cabo numerosos ataques contra hacendados locales, policías y guardas de seguridad privados, pero sus actividades se centraron en financiarse usando para ello tácticas tales como secuestros, robos a bancos y cobro impuestos a terratenientes. Entre estos secuestros cabe destacar el de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas quien fue secuestrada en 2004 y, a pesar de que se abonó el pago exigido para su liberación (un pago de entre 300.000 y 800.000 dólares) fue asesinada por sus secuestradores, y el del suboficial de policía Edelio Morínigo, secuestrado desde 2014. Actualmente se estima que el EPP posee un fondo de unos tres millones de dólares. Desde el gobierno se ha acusado a la guerrilla de financiarse con el narcotráfico, asociado a la cocaína proveniente de Colombia, Perú y Bolivia, y que suele acabar en los mercados de Sao Paulo y Río de Janeiro, según un informe de la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay, algo que ha sido negado en repetidas ocasiones por el alto mando de la guerrilla. En julio de 2017 un estudio académico realizado por el abogado criminalista Juan Martens desveló que, tras tres años de investigación con metodología científica y trabajo de campo en 18 distritos de 5 departamentos, no se han encontrado vínculos entre el tráfico de narcóticos y la guerrilla. “Nuestros estudios dicen que no están relacionados con el narcotráfico. Es una de las hipótesis que nosotros descartamos porque tienen otras fuentes de financiamiento distintas, tal vez en adelante puede ser o no esta vinculación, pero hasta la fecha no es posible establecer una relación entre el EPP y el narcotráfico“, indicó el abogado, señalando el cobro de “impuestos revolucionarios” a grandes productores y terratenientes y los secuestros como principal fuente de financiación.
El crecimiento de su actividad llevó al por aquel momento recién nombrado presidente, Horacio Cartes, a crear en 2013 una unidad especial para combatir a la guerrilla, denominada como Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), reformando la Ley de Defensa y Seguridad Interna, lo que ha causado un fuerte rechazo por parte de diversos colectivos que acusan al gobierno de permitir que esta unidad pueda llevar a cabo una gran represión contra movimientos sociales contrario a latifundistas y al cultivo extensivo de la soja amparándose en el estado de excepción proclamado por el gobierno en estos departamentos.
Así mismo, la FTC está siendo asesorada por extranjeros expertos en este tipo de conflictos, especialmente colombianos. Sin embargo, el FTC se ha mostrado incapaz de enfrentarse y acabar eficazmente con la actividad guerrillera que se ha ido recrudeciendo a lo largo de los años, siendo el mejor ejemplo de esto último la emboscada en Arroyito, en el departamento de Concepción, donde el 27 de agosto 2016 los guerrilleros acabaron con la vida de ocho soldados, siendo este uno de los mayores ataques al ejército de la historia del país, provocando una importante crisis política y un cuestionamiento de la eficacia del gobierno para acabar con este grupo en un conflicto que se alarga por más de una década y que ha causado casi ochenta muertes durante este período.
Soldados del Ejército paraguayo junto a un blindado.
Según varios analistas el EPP se está replegando a las amplias zonas rurales lo que les hace más difícil de detectar y combatir, dejando de actuar en las ciudades debido a que conlleva más riesgos. Además, el vínculo de la guerrilla con los campesinos locales, que supone su principal baza a su favor, les hace más difícil de localizar pues se presupone que se mezclarían con el pueblo tras llevar a cabo una acción armada para camuflarse, lo que unido a la cercanía con la frontera con Brasil, el despoblamiento de esta zona y la débil presencia del estado permiten a los guerrilleros huir sin problemas de la respuesta estatal.
La situación ha permitido a la guerrilla reemplazar al estado en algunas zonas campesinas, debido a la gran pobreza y desabastecimiento de estas regiones. El EPP se encarga de proporcionar servicios públicos a los campesinos mediante el reparto de comida, apoyo económico y ayudas a los enfermos que no pueden desplazarse a los hospitales o carecen de fondos para pagar sus tratamientos, consiguiendo de esta forma legitimarse ante la población e ir debilitando cada vez más la influencia del Estado.
La división en unidades muy pequeñas y móviles por parte de los guerrilleros les da una gran capacidad de maniobra, lo que ha llevado a que se cuestione más cada vez la capacidad del FTC para combatir a la guerrilla que va creciendo en número y apoyos entre los campesinos, calculándose que en el 2017 podría tener entre 150 y 350 militantes, aunque otras fuentes elevan el número hasta los 500.
*Por Amores Roldan para Descifrando la guerra.