Pueblos de azúcar y unidad

Pueblos de azúcar y unidad
21 febrero, 2018 por Redacción La tinta

El ingenio más antiguo del país, San Isidro, cerró sus puertas. Otros ingenios despiden empleados. Contra esas medidas se levantaron trabajadores de toda la región, exigiendo la continuidad de la fuente laboral, centro de la vida económica de esas zonas.

Por Daniel Bazán y Santiago Romero para Vo Vé

Campo Santo, y en ella el Ingenio San Isidro, en el departamento General Güemes de Salta, que fue epicentro de la expansión del azúcar en la región en el siglo XVIII, fue escenario de una movilización inédita en rechazo a las políticas de ajuste y en reclamo del mantenimiento de las fuentes de trabajo de los ingenios del NOA.


Fundado en 1760, con caña de azúcar traída a lomo de mula desde Tacna, Perú, el Ingenio San Isidro anunció que cesará su producción y deja con ello en la calle a 730 trabajadores directos, y a un número indeterminado de personas que viven indirectamente de la actividad en este centro de plantación y molienda de la caña de azúcar.


Los trabajadores de los ingenios de la zona, que en el caso de Salta formaron la Federación Azucarera Regional (FAR), vienen realizando distintas acciones para tratar de revertir el cierre y achique de la producción de los ingenios, lo que prácticamente implica una condena a la miseria de varios miles de personas.

En ese contexto se realizó la “Gran caravana azucarera”, concebida desde la unidad de los pueblos que viven de la caña de azúcar. La caravana partió de Hipólito Yrigoyen, Salta, con trabajadores del ingenio San Martín del Tabacal (de la multinacional Seabord Corporation), siguió por Libertador General San Martín, en Jujuy, donde se sumaron obreros del ingenio Ledesma (de la familia Blaquier), pasó por San Pedro, también en Jujuy, donde se sumaron trabajadores del ingenio La Esperanza (en manos del estado jujeño y en confuso proceso de venta) y del Ingenio Río Grande (que pertenece a la Compañía Argentina Agrícola e Industrial), en La Mendieta, Jujuy, y marchó luego hasta Campo Santo, a las puertas del Ingenio San Isidro, donde se reunió con otras caravanas que partieron desde Salta Capital y de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.

A la militancia de organizaciones gremiales, políticas, sociales y de derechos humanos, se sumaron habitantes de Campo Santo, El Bordo y General Güemes, los tres municipios afectados por el cierre del San Isidro. Marcharon los intendentes, legisladores provinciales y municipales y dirigentes nacionales de la CTA Autónoma, ATE y los gremios de docentes e investigadores de las universidades nacionales de Salta y Tucumán.

Las consignas se unificaron: no al cierre de los ingenios, no más despidos, no más ajustes. Reactivación del ingenio San Isidro, con operadores privados o con la estatización, si fuera necesario.

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“El cierre de estos ingenios implica la muerte o una grave herida para estos pueblos”, resumió el tesorero de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (Adiunsa), Diego Maita. Añadió que como trabajadores son solidarios con los obreros de los ingenios “porque somos todos trabajadores que estamos siendo afectados por este esquema económico”.

Los sindicalistas repitieron esta idea fuerza: trabajadorxs en solidaridad con otrxs trabajadorxs, porque los ajustes afectan a todos los de esa clase social.

Si bien el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio San Isidro, Mariano Cuenca, destacó que el gobernador Juan Manuel Urtubey “se ha puesto al frente” del reclamo para que la planta siga funcionando, hubo quienes emparentaron al gobernador con el presidente Mauricio Macri, a la hora de criticar las condiciones de la economía que permiten los despidos y cierres de empresas.

“Acá no hay un problema económico. El problema es que las patronales quieren economizar costos”, sostuvo José Britos, del PO. Y Nenina Lezcano, secretaria de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Salta y de Familiares de Detenidos Desaparecidos, advirtió que “todas estas provincias del norte van a quedar desoladas con lo que se está haciendo con los trabajadores del azúcar”.

“Necesitamos el trabajo, hay familias que están con mucha necesidad ahora”, afirmó una habitante de Campo Santo que acompañó la marcha. Otro dijo que en esos pueblos “hay preocupación” por la situación. El diputado provincial por el PO, Claudio del Plá sintetizó el objetivo: “Se trata de unir a los pueblos azucareros”.

* Texto y fotografías: Daniel Bazán y Santiago Romero para Vo Vé.

Palabras claves: despidos, Ingenio San Isidro, Ingenios Azucareros

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