HIV: Crisis de derechos adquiridos
El Ministerio de Salud de la Nación suspendió en enero, la entrega de antivirales en todos los hospitales públicos del país. Lo atribuyeron a una falla administrativa. Como pasó en otras situaciones, se necesitó del rápido reflejo de las organizaciones para que se regularice la situación.
Por Redacción La tinta
Parecía una broma de mal gusto. Por acción u omisión en enero se vieron suspedidos los antivirales, a cargo del Ministerio de Salud. Intentaron explicar la situación por Twitter: “ACLARACIÓN: Las demoras en la entrega de medicamentos para el tratamiento VIH obedecen a los tiempos habituales de habilitación presupuestaria”. “En los próximos días se emitirán las órdenes de compra de los medicamentos Dolutegravir 50 mg, Darunavir 600 mg, Efavirenz 600 mg y Abacavir-Lamivudina 600-300 dándole continuidad a la provisión de los mismos”. Cuatro de los más de veinte medicamentos que compra el Ministerio estarían en falta.
Sin embargo, Sergio Maulén, director de Sida y ETS del Ministerio, explicó a los medios: “Nosotros damos las especificaciones técnicas y el listado de lo que hay que comprar. Estos pedidos normalmente se hacen con anticipación, estas órdenes de compra se tendrían que haber emitido en diciembre”. El área encargada depende de la Subsecretaría de Coordinación Administrativa, a cargo de María Cecilia Loccisano desde fines de 2016.
El Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, formado por más de 60 organizaciones, denunció rápidamente esta irregularidad, lo que ayudó a acelerar los tiempos. Vale decir que no se trata de una novedad, el Frente se conformó desde fines de 2016, cuando también hubo faltantes en los medicamentos.
“Ya le hicimos un pedido de informes y solicitamos una reunión al Ministerio porque necesitamos respuestas. La explicación de que se trata de una falla administrativa no es suficiente. Por acción o por omisión se trata de una decisión política”, asegura Matías Muñoz, del Frente Nacional. “Es muy grave, uno de los medicamentos es el jarabe que toman los bebés recién nacidos de madres portadoras. El 5,1 por ciento de los bebés nacen con VIH. Este jarabe es un tratamiento que hacen los bebés, no puede faltar”, agrega Muñoz.
Nuestro país cuenta desde los ´90 con leyes que garantizan el acceso al tratamiento contra el VIH de manera gratuita y universal. Quienes tienen obras sociales o prepagas son cubiertas por estas instituciones, el resto es contemplado por el Ministerio de Salud de la Nación. Hoy, según Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), Argentina tiene la cobertura de tratamiento contra el VIH más grande de Latinoamérica.
“Nunca es ideal un cambio de tratamiento y menos por fallas burocráticas. Y no es lo ideal porque no es en el marco de una decisión médica sino de un error administrativo -declaró Leandro Cahn, director ejecutivo de la Fundación Huésped-. Tampoco corresponde que las provincias salgan a comprar cada una sus medicamentos porque el garante de la salud es el Estado Nacional. Esta falla administrativa debe ser una luz de alerta importante para que esto no vuelva a ocurrir”.
Luego de una semana de incertidumbre y escasa información, y bajo la presión de las organizaciones, el gobierno comunicó que habían resuelto el problema. Fueron días amargos para quienes no cuentan con obra social ni prepaga. Si bien los tratamientos y las drogas pueden reemplazarse por otras disponibles, esto tiene un costo y no es un margen con el que se pueda contar. Tomar la medicación día a día, constituye una rutina y un compromiso con el tratamiento que les permite a las personas con VIH controlar el virus y tener una buena calidad de vida. Esto implica un gran esfuerzo de parte cada afectado o afectada, y cambiar esquemas puede poner en peligro la adherencia al tratamiento.
HIV en Argentina
Cada año se diagnostican 6.500 nuevas personas que viven con HIV en el país. Hay 122.000 portadoras del virus, aunque se estima que el 30% sin diagnóstico. Del total de personas que conocen su diagnóstico, el 81% está en tratamiento y la mayoría de ellas se atiende en el sistema público de salud. Por otro lado, en cuestión de sexo hombre/mujer es de 2,4 a 1: por cada dos varones con VIH hay una mujer con el virus. Y en cuanto a los varones, un número que también viene creciendo: uno de cada cuatro nuevos diagnósticos de VIH se da en hombres de 20 a 35 años que tienen sexo sin protección con otros hombres.
Hay 69.200 personas que reciben tratamiento antirretroviral de las cuales el 70% se atiende en el sistema público de salud. El 10% de las personas diagnosticadas con el virus tenía un resultado negativo en el test el año anterior. El número de diagnósticos anuales se viene manteniendo estable desde hace 10 años, aunque se notan algunas variaciones: están creciendo los diagnósticos en mujeres de entre 45 y 59 años y en los hombres, aumentan entre jóvenes de 15 a 24 años, según datos difundidos por el último Boletín Epidemiológicos publicado por la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual del Ministerio de Salud.
Adultez
En Argentina, las infecciones por VIH aumentaron en mujeres de 45 a 59 años y en varones de 50 a 54 años. A su vez, una encuesta realizada por Fundación Huésped revela que el 70% de los adultos mayores nunca se realizó el test de VIH, a pesar de que sólo el 21% de ellos usó preservativo en su última relación sexual. También, incorporar la idea de que en la adultez se viven cambios en la salud sexual, sobre todo al momento que las personas culminan sus ciclos reproductivos y estos cambios, muchas veces, no son identificados ni abordados de manera apropiada por los trabajadores de la salud.
“Las demoras, los presupuestos, las compras pueden preverse, no pueden sorprendernos. Dejar que esto suceda es poner en crisis una historia de derechos adquiridos”, dijo Leandro Cahn, Director Ejecutivo de Fundación Huésped. Continua: “Hoy el inconveniente está saldado. También entendemos que esto responde al llamado de atención que, colectivamente, supimos dar a tiempo. Desafortunadamente, experiencias como estas hemos vivido más de una vez: algunas pasaron desapercibidas, otras fueron visibilizadas. Dar a conocer, saber qué está realmente pasando, pone a toda la sociedad frente a la disyuntiva de dejar que pase o reclamar para que no siga pasando. Hoy y siempre exigimos que nuestros derechos se cumplan”.
*Por Redacción La tinta.
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