Perspectiva de género en la (in)justicia patriarcal
Victoria Aguirre está presa hace tres años, acusada de un crimen que no cometió. El 29 de enero de 2015, Victoria llevó a su hija Selene junto con su ahora ex pareja, Rolando Lovera, a la guardia del hospital Samic en Misiones. La nena estaba muerta y ambos fueron arrestados. Fue acusada de “mala madre” y está siendo juzgada por la muerte de su hija, en una segunda instancia y luego de recusar al tribunal por su sesgo machista.
Por Redacción La tinta
Victoria Aguirre conoció en 2014 a Rolando Llovera, con quien comenzó una relación. Ella contó que Lovera, de pronto, se convirtió en un “monstruo”. En sólo un mes de convivencia, Victoria perdió a lo que más quería en el mundo, su hija.
El martes pasado 12 de diciembre inició el segundo juicio, luego de que en julio se suspendiera el primero al ser recusado el Tribunal Penal N° 1 de Oberá por falta de imparcialidad. Los magistrados ahora son otros, pero la fiscal sigue siendo la misma.
Un juicio más
La semana pasada comenzó nuevamente el juicio oral y público donde son juzgados Victoria Aguirre y su ex pareja, Rolando Lovera, acusados de haberle provocado lesiones letales a la pequeña Selene de 3 años de edad, que padecía retraso madurativo y discapacidad motriz.
Ya pasaron por el juicio testigos claves, entre ellos una médica y un médico, que dieron cuenta de que Aguirre no era una “mala madre” –término e intencionalidad que pretendió instalar la defensa de Lovera y la fiscal–, ya que antes de que ella estuviera en pareja con él, nunca Selene había recibido ningún tipo de violencia. Las lesiones que la nena tenía databan de 6 a 7 días antes de la muerte. Además, agregaron que cuando él acompañó a Victoria al hospital con Selene, días antes de su muerte, la médica que los atendió se sintió intimidada por los gritos de Lovera, y que lo mostraron como un hombre violento.
Un testigo declaró que la joven buscó pedir ayuda, cuando pudo, al cruzarse con un conocido de su padre en un mercado –y quedó fuera del alcance de la vista de Lovera– pero no tuvo eco. “Me siento arrepentido porque si yo hubiera avisado, tal vez esto no hubiera pasado”, dijo el hombre, Juan Alfonso Amarilla, cuando se presentó ante el tribunal. Otro dato importante del juicio es que Lovera había sido denunciado por violencia de género por una pareja anterior, en 2011.
La (in)justicia de siempre
La fiscal Salguero de Alarcón solicitó el cambio de carátula, para Victoria a “Homicidio Doblemente Agravado” y para su ex pareja a «Homicidio Calificado por Alevosía”. El debate oral se retomará el jueves 21 de Diciembre.
Recordemos que Salguero de Alarcón es la misma fiscal que en julio, en el primer debate oral, acusó a Victoria de no haber pedido ayuda cuando llevó a la niña una vez a una guardia pediátrica, y también de no haberse escapado con la pequeña antes de que ocurriese una catástrofe.
A Victoria se la cuestiona por ser “mala madre”. Nos preguntamos, ¿qué sería esto?, ¿a qué responde esta categoría? ¿no es, acaso, la demanda de la sociedad hacia las mujeres madres de ejercer un acto “heroico” en situaciones de extrema vulnerabilidad? Este cuestionamiento hacia las mujeres madres sigue perpetuando el sistema patriarcal y deja en claro que el sistema judicial no comprende lo que significa la violencia de género, ni tampoco el escaso margen con el que cuentan las víctimas en situación de violencia para dar cuenta de ésta.
Para Salguero, Victoria no era la “excelente madre” que quisieron pintar sus abogados. Mencionó que pese al apoyo de su familia, ella eligió irse a vivir con Lovera, quien ni siquiera tenía las mínimas condiciones para darle el bienestar que la nena requería por su enfermedad.
La (in)justicia cree que puede cuestionar con quién podemos estar, nuestras elecciones, nuestras condiciones de vida. Y en este marco, “juzgar” a una joven de no desempeñar las funciones que “debería” para ser una “buena” madre.
“Selene era un estorbo para la pareja, que estaba de luna de miel”, reiteró varias veces la fiscalía y concluye que a la nena la mataron en la arenera donde trabajaba Lovera, en una especie de garaje que no era captado por las cámaras de seguridad. Y cree que como “ninguno de los dos se delata, el crimen era una acción que la venían gestando”.
La fiscal Salguero de Alarcón volvió a mostrar, con sus preguntas, que su intención es demonizar a la joven como una “mala madre” que no logró proteger a su hija, sin intentar saber cómo falleció y qué responsabilidad podría tener Lovera en ese hecho.
Desde el Instituto Nacional de las Mujeres también pidieron la absolución de Aguirre: consideran que se trata de un caso de “femicidio vinculado” y también reclaman que sea juzgada con perspectiva de género. El organismo gubernamental se presentó como amicus curiae al igual que la Asociación Pensamiento Penal.
En la visibilización del caso, jugó un papel fundamental el movimiento de mujeres de Misiones, que promovió una campaña nacional por su libertad en articulación con diversos espacios feministas, como el Colectivo Ni Una Menos, y partidos de izquierda. El jueves 21 de diciembre seremos muchas pidiendo por la absolución de Victoria.
Victoria, nosotras te creemos.
*Por Redacción La tinta.