«El Rafa buscaba un sentido a su corta y dura vida»
El debate se inició con las preguntas: ¿Que hacía el “Rafa” en la recuperación territorial de Villa Mascardi? ¿Era mapuche? ¿Se reconocía como tal? ¿Fue llevado engañado a la recuperación? ¿Estaba iniciando un proceso de autoreconocimiento? ¿O ya se reconocía y estaba iniciando una militancia política?
Por Alejandro Palmas para Al Margen
Todas estas preguntas nos hicieron, y nos hicimos en los últimos días. Ante tanta manipulación mediática que llegó al extremo de inventar el relato del “reclutamiento” de pibes de los barrios por parte de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM); decidimos mostrar la última foto del “Rafita” con la trutruca y un niño en mano.
La fotografía fue tomada por nuestra compañera del colectivo Eugenia Neme, durante la autoconvocatoria del jueves 23 de noviembre por la tarde. Luego de la represión y detención de todas las mujeres con sus hijos de la comunidad Lafken Winkul Mapu, cuando el Juez decidió el desalojo del lugar.
Con esta imagen no quedan dudas: Rafa no fue engañado ni pagado para ir a la reivindicación territorial mapuche. Se autoconvocó como muchos de nosotros en las inmediaciones de la Policía Federal en Bariloche para reclamar por la libertad de las mujeres y de los niños y niñas que allí estaban. De hecho, sostiene a un niño en los brazos mientras hace sonar la trutruca, instrumento tradicional de la cultura mapuche.
Tenía 22 años, serpenteaba las calles de su barrio buscando un sentido a su corta y dura vida. Tal vez ese sentido estuviese cerca de las costumbres de quienes lo antecedieron y le heredaron su linaje de Tigre. Cerca tal vez de una espiritualidad y un significado difícil de comprender para muchos de nosotros.
Nunca lo sabremos: una bala de plomo de las fuerzas de seguridad federales, bajo órdenes de un juez que mandó desalojar el lugar, nos dejó esta última foto del Rafa. Y la incertidumbre de un futuro que tendremos que construir sin él.
*Por Alejandro Palmas del Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen / Fotografía: Eugenia Neme.