Cortes en 70 carreteras en la huelga general catalana
Por Sato Díaz para El Salto
Nueva convocatoria de huelga general en Catalunya. El actual panorama político no da tregua. Con el horizonte de las elecciones convocadas para el próximo 21 de diciembre y con una parte del Govern, liderada por Carles Puigdemont, en Bruselas y la otra parte en prisión, el independentismo sale de los centros de trabajo a las calles. En esta ocasión, el paro fue convocado por el sindicato independentista Intersindical-CSC.
Al contrario que en el “paro de país” del pasado 3 de octubre, los sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, así como la CGT –aunque algunas sectoriales del sindicato anarquista sí apoyaron– se desmarcaron de la protesta. Desde los mayoritarios argumentan que las protestas por la actual situación política deben ser de otro perfil. Por ello sí que llamaron a participar en las concentraciones convocadas para el día de ayer.
El contexto político es diferente. El día 3 de octubre, Catalunya estaba conmocionada por la brutalidad policial ejercida por los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil desplazados para evitar las votaciones del referéndum del 1-O. Aquel paro fue secundado por la mayoría de fuerzas políticas y sindicatos y apoyado por la propia Generalitat. De esta manera, la huelga en las administraciones públicas rozó el 100% y en sanidad y educación cerca del 80%. Durante el paro de octubre era raro encontrarse comercios o bares abiertos por las calles de Barcelona, ayer no fue así.
Aun así, el independentismo volvió a sacar músculo. Cerca de 70 carreteras fueron cortadas por manifestantes en toda Catalunya. Los Comités de Defensa del Referéndum de barrios y pueblos catalanes, así como la ANC y Òmnium Cultural, animaron a participar en las movilizaciones.
Para el día de ayer había convocadas concentraciones, al mediodía, en las diferentes delegaciones territoriales de la Generalitat, en Barcelona en la Plaza de Sant Jaume. También a las 18 horas en las puertas de los ayuntamientos –en Barcelona en la Plaza de la Catedral–. La jornada fue paso más en una semana de protesta por el encarcelamiento de consellers del Govern y de los líderes de ANC y Òmnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. El próximo sábado, a las 17 horas, hay convocada una gran manifestación en Barcelona.
Los manifestantes pusieron todos sus esfuerzos en paralizar las comunicaciones, carreteras y trenes, principalmente. Las autopistas A2, AP7 o la A22, entre las afectadas en varios puntos. La frontera con Francia en Puigcerdà se encontraba bloqueada. En Girona, varios centenares de manifestantes ocuparon la estación y las vías del AVE y Cercanías Renfe, cortando buena parte del tráfico ferroviario desde las 8 de la mañana.
Los datos de seguimiento llegaban con cuentagotas. El Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans confirmó que las universidades estaban cerradas y vacías. Desde el sindicato educativo Ustec-Stes anunciaban que el profesorado catalán estaba siguiendo la huelga en más de un 50%. La programación de TV3 y Catalunya Radio se vió alterada por el seguimiento de la plantilla al paro. Los convocantes de Intersindical-CSC no facilitaban datos concretos del seguimiento. En Mercabarna la jornada se desarrolló con bastante normalidad.
Intersindical-CSC criticó “la desinformación intencionada por parte de otros sindicatos negando la legalidad de la huelga general”. Hace lo propio con “las coacciones empresariales a los trabajadores”. La patronal Foment del Treball ha recurrido en dos ocasiones la huelga, que la considera ilegal por política, ante la justicia. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya desestimaba los recursos. La protesta era legal.
Los convocantes basaron sus reclamaciones en el ámbito estrictamente laboral, pero no se puede negar que, de fondo, la situación política catalana era prioritaria en la jornada de protesta. Los Comités de Defensa del Referéndum se coordinaban en los cortes de tráfico y llamaban a defender la República Catalana pacíficamente.
*Por Sato Díaz para El Salto.