Juez Gustavo Lleral: “No declaró ningún testigo E»
El magistrado que investiga la desaparición y muerte de Santiago Maldonado desmintió que un testigo haya aportado datos para realizar el rastrillaje en el cual se encontró el cuerpo del joven. «Si hubiese tenido un dato certero, no habría puesto en riesgo a los bomberos ni a los prefectos, lo habría ido a buscar directamente”, aseveró.
Por Sebastián Premici y Adriana Meyer para Página/12
Las mentiras y las operaciones políticas y mediáticas tienen patas cortas. El juez Gustavo Lleral desmintió en una entrevista con Página/12 y la Agencia Cadena del Sur la existencia de una declaración del llamado testigo E, como así también que haya existido llamado alguno que aportara información clave para realizar el rastrillaje que finalizó con el hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado. Por ende, tampoco el Gobierno nacional podría afirmar que está buscando a quien pagarle una recompensa inexistente.
“No declaró ningún testigo E ni de ninguna otra letra del abecedario. Tampoco recibí ningún dato certero para hacer el rastrillaje. Si hubiese tenido un dato certero, no habría puesto en riesgo a los bomberos ni los prefectos, lo habría ido a buscar directamente”, aseveró Lleral de manera contundente.
La resolución del rastrillaje se tomó, según explicó Lleral, en base a la recomendación de un prefecto. Esta decisión quedó plasmada en la resolución del magistrado firmada el 13 de octubre. “Yo tomé la determinación de hacer el rastrillaje desde el puesto viejo”, indicó el juez.
El 1º de agosto, la Gendarmería tuvo control operacional desde el cruce hacia El Maitén; es decir, desde el puesto viejo. Hacia allí se dirigió varias veces la camioneta utilizada por el gendarme Emmanuel Echazú. Incluso, la Gendarmería estuvo apostada ahí varios días posteriores a la represión y desaparición de Santiago Maldonado.
“Se comprende todo el contexto. Estamos ante un hecho grave. Tenemos que investigar hechos, la existencia de esos hechos, quiénes los cometieron y ver si esas acciones fueron un delito”, aseveró el magistrado ante Página/12 y Agencia Cadena del Sur.
Las operaciones no se detienen
El testigo de identidad protegida no se desdijo ni puede ser acusado de falso testimonio porque nunca declaró en el expediente. No le dijo a Lleral dónde estaba el cuerpo, aunque ante la CIDH sí narró el momento del cruce del río junto a Santiago Maldonado.
Del lodo malintencionado no salen vasijas, sólo barro. Un testigo clave del caso Maldonado, cuya declaración consta en el expediente abierto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, fue quien afirmó que Santiago intentó cruzar el río con él, como no pudo volvió a la orilla, allí lo apresaron tres gendarmes, lo subieron por la barranca y se lo llevaron. Su identidad es reservada y protegida, y ante la CIDH los letrados lo mencionan como “E”.
Luego de contar lo que vio para ese organismo internacional, el joven mapuche estuvo dispuesto a declarar en tres oportunidades ante el juez federal Guido Otranto. Pero nunca lo pudo hacer. La última vez, su audiencia fue suspendida por el barbárico allanamiento del 18 de septiembre a las comunidades mapuches de Cushamen y Vuelta del Río. Página/12 pudo verificar que “E” tampoco declaró ante el nuevo magistrado, Gustavo Lleral. Por lo tanto, mal pudo haberse desdicho de algo o modificado su testimonio porque no volvió a ser interrogado. Fuentes del caso aseguraron que no hubo ningún aporte reciente de los mapuches sobre lugar ni cuerpo sin vida alguno, como afirman con insistencia versiones que provienen del oficialismo.
¿Qué dijo “E”?
El 1 de agosto a la mañana, cuando los gendarmes iniciaron su cacería en territorio de la Pu Lof en Resistencia, Santiago y el peñi (hermano del alma) salen corriendo hacia el río. El peñi es “E”, un joven mapuche de 19 años cuyo testimonio da cuenta de los hechos que culminaron con la desaparición forzada de Santiago Maldonado. El testigo señala que los gendarmes habían ingresado a la Pu Lof en Resistencia de Cushamen a los tiros.
Maldonado llega a meterse al agua helada del Río Chubut pero no puede seguir y vuelve a la orilla. “Me dijo que no podía más, que se volvía. La situación del cruce del río es observada por una decena de gendarmes que se encontraban sobre el alto de la barranca. Tres de ellos bajan hasta el arbusto donde estaba Santiago gritando ‘acá tenemos a uno’, y ahí escucho un ruido de escopeta. Entre los tres lo arrastran hasta ese alto donde se encontraba el resto. Lo suben a una Unimog, y esa fue la última vez que lo ví”, declaró según consta en el documento elevado a la CIDH.
“Cuando llegué del otro lado del río junto a los otros peñi subimos a caballo hasta la punta de una loma, donde hay señal de celular, y desde ahí enviamos un mensaje a una lamien (hermana del alma) que se encontraba en el ingreso a la tranquera: ‘se llevaron al Brujo’”. Según dijo, Santiago Maldonado no cruzó el río, fue sacado del agua por los uniformados, que habían reprimido el corte de ruta por la liberación de su lonko Facundo Jones Huala, tal como ya había declarado Matías Santana.
El nunca declaró en causas locales
En la resolución en la que ordenó el último rastrillaje, publicada la semana pasada por Página/12, el juez Lleral afirmó que lo hizo a sugerencia del jefe de los buzos de Prefectura de Bariloche, Alejandro Ruata, y también mencionó que tuvo en cuenta “declaraciones testimoniales y resultas de diligencias llevadas a cabo en la zona en que se lo habría visto por última vez a Santiago Maldonado”. Es decir, el magistrado ponderó los testimonios ya existentes en la causa, junto con los dos que tomó cuando visitó la Pu Lof, el de Ailinco Pilquiman y el de Nicolás Hernández. Pilquiman ratificó lo que ya había declarado Santana respecto al mensaje de texto que los mapuches envían desde la lomada diciendo “se llevaron al Brujo”. Y Hernández es quien estuvo en el automóvil detenido seis horas en la ruta 40, junto a Soraya Maicoño y Nery Garay, quienes vieron al jefe de Gabinete del ministerio de Seguridad Pablo Noceti, y quien les dijo que podía retenerlos por seis horas si quería, por averiguación de antecedentes.
Cuatro fuentes afirmaron a Página/12 que “E” no declaró en los expedientes que se instruyen en Esquel. Además, la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, dijo que no hubo ninguna declaración testimonial previa al rastrillaje. Nada dice el juez sobre testigo protegido alguno.
Otra burda opereta
“Me llamó el periodista Claudio Andrade y me empezó a hacer preguntas sobre si yo era quien le había tomado declaración al testigo E del caso Maldonado”, denunció el abogado Carlos “Chuzo” González Quintana, integrante de la ONG Naturaleza de Derechos y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). “Lo grave es que afirma él mismo cosas que no son ciertas y pretendiendo que yo le responda que sí lo son. Él quería que yo le afirme que el relato del testigo E, que nosotros efectivamente presentamos ante la CIDH, fue tomado por mí, algo que en ningún lado figura que haya sido así. Ante mi negativa a afirmar eso, me dijo que yo estaba ocultando información e incluso mintiendo. Le respondí que lo que estaba haciendo era una extorsión, que no me puede exigir a mí que le responda lo que él quiere que le responda”, sentenció González Quintana.
Frente a ello, el abogado le pidió a Andrade que, “en función de que viene realizando una tarea permanente de hostigamiento a la comunidad mapuche y de defensa de intereses opuestos a los que yo defiendo desde hace muchos meses, que por favor no me llame nunca más. Ahí es cuando me responde ‘¿sabés lo que va a pasar? Esto va a tener consecuencias gravísimas porque ya mismo voy a subir una nota al diario diciendo que vos estás ocultando información relevante o mintiendo respecto al testigo E’”. Antes de colgarle, González Quintana le dijo que lo denunciaría por coacción.
«El relato del testigo E ha sido preservado con reservas de identidad y fue entregado a la CIDH como parte de las pruebas que serán analizadas el próximo jueves en Montevideo”, dice el letrado, al referirse a la audiencia prevista en Uruguay para escuchar a las partes involucradas en ese expediente, entre ellas el gobierno.
Desde la semana pasada Andrade y Clarín montaron una operación mediática para ubicar al testigo E como quien se habría “quebrado” y dado información al juez Lleral sobre la presencia del cuerpo de Santiago en el Río Chubut. Incluso Andrade difundió que el mismo testigo mapuche estaría por cobrar la recompensa de 2 millones de pesos. Ante Página/12, la vocera de la comunidad Soraya Maicoño fue enfática al desmentir tales “negociaciones”, al decir que nunca hablaron con el juez de ningún cuerpo sin vida sino del relato de lo que vieron sobre Santiago perseguido esa mañana por los gendarmes.
El 18 de septiembre, PáginaI/12 había publicado en exclusiva los testimonios elevados a la CIDH, donde Naturaleza de Derechos y una veintena de organizaciones denunciaron la violación de derechos humanos a la comunidad mapuches del 10 y 11 de enero, y del 31 de julio y 1 de agosto. En ese expediente la CIDH los habilitó para aportar información sobre Maldonado, para quien se inició un expediente autónomo, y sobre quien dictó el 22 de agosto una medida cautelar que el Estado incumplió. El lodo sin forma, se desvanece en el agua.
* Por Sebastián Premici y Adriana Meyer para Página/12