López y Apariciones: mostrar la memoria
Hay intervenciones artísticas que construyen memoria y buscan visibilizar el cruzamiento entre el arte y lo que está sucediendo en nuestra sociedad, entre el arte y la política. Lucas Di Pascuale y Gabriel Orge son artistas cuyas obras nos interpelan en espacios públicos e intervienen nuestros cotidianos en paredes y techos, haciendo aparecer (por instantes) aquello que no debemos olvidar.
Por Redacción La tinta
Dice Lucas Di Pascuale en su sitio, al referirse a su obra López: “Agradecimiento: A quienes nos enseñan desde hace años, que la impunidad es responsabilidad de todos”.
Hay en Córdoba artistas y trabajadores del mundo cultural que eligen entramar las dimensiones política y social con sus quehaceres artísticos. El arte se entremezcla con lo que está sucediendo en nuestras comunidades, hace aparecer lo que se intenta borrar, configura escenarios, constituyendo y reconstituyendo espacios de tiempo y acción.
El arte se instala en nuestras paredes y en nuestros techos. Nos obliga a abrir los ojos lo más posible, a que se nos acomoden imágenes en las retinas para no olvidar, pero -ante todo- para recordar, con la intención de construir experiencias públicas y colectivas de memoria.
Lucas Di Pascuale y Gabriel Orge son de esos artistas. Las vinculaciones de sus obras con la política y el compromiso ciudadano se dan tanto por la incorporación de temáticas políticas en sus producciones, como por la forma y materialidad que eligen para hacerlas.
Aparecer: verbo intransitivo
Dicen las definiciones que aparecer es poner a la vista (una cosa que estaba oculta). Y que aparecer es un verbo intransitivo, es decir que no exige complementos: aparecer, correr, estornudar, vomitar, evaporar, crecer. No necesitamos aclarar nada para que tenga sentido la oración.
«Apareciendo» es una serie fotográfica de Gabriel Orge, cuya última intervención fue proyectar durante cuatro horas el retrato de Santiago Maldonado, en la pared de un edificio de Barrio Cofico.
“La idea de este proyecto es darle visibilidad a historias invisibilizadas por mecanismos de poder, por el Estado, por los medios de comunicación, etc. Y a partir de esto, activar el recuerdo, la memoria. La serie comienza en el octavo aniversario de la desaparición de López, en septiembre de 2014, y la intención original fue activar la memoria a través de esta intervención en el espacio público. Luego de manera sincrónica se fueron sucediendo las otras intervenciones”, dice el autor.
«López» es una serie de acciones del artista Lucas Di Pascuale. Desde el 2007, estas construcciones de carteles de madera que llevan escrita la palabra López se vienen instalando (por el propio artista o por otras personas que quieren hacerlo) en diversos espacios públicos de nuestro país. Julio López desapareció en el 2006, en el marco de su declaración -como víctima y testigo- en el juicio por delitos de lesa humanidad en el que fue condenado Etchecolatz.
“Este año se instalaron varios carteles de López en Rosario, no lo hice yo ni decidí hacerlo, si no que me invitaron, me propusieron participar de unas jornadas que hacía el Museo de la Memoria de Rosario. Es un ciclo que dura todo el año, que tiene distintas intervenciones, y que se llama Presente Continuo y el curador es Hernán Camoletto. Yo lo que hice fue poner a disposición mi trabajo y los que decidieron instalarlo fueron no solo los del Espacio de Memoria de Rosario si no otros espacios culturales que también instalaron el cartel, respetaron un poco los procedimientos que yo tenía propuestos, pero es un trabajo que no necesita de mi decisión ni de mi aprobación. Es un trabajo que está disponible para que quien lo quiera realizar, lo realice. En ese sentido, todos mis trabajos yo entiendo que tienen autor pero no tienen dueño, o son mios, son públicos”.
La serie de acciones de Di Pascuale son intervenciones en el espacio urbano, que buscan construir territorios de memoria utilizando materiales elegidos por sus características. Que aparecen y que pueden desaparecer, que están, y que se desintegran si el contexto, si el entorno es adverso. Tanto las proyecciones de Orge como los carteles de Di Pascuale apelan a construir sentidos también desde las materialidades de las obras.
“El material es madera de pino: la idea del material es que se vaya descomponiendo, que esté a la intemperie. La obra está en el espacio público y va desapareciendo y por eso tiene un material no duradero”, dice Di Pascuale. Y agrega: “El cartel está inspirado en unos carteles que suele haber con estructura de metal y tipografía huecas o caladas, que un poco se mezclan con la estructura del cartel, pensando un poco en que estructura y palabra se confundan. Que la estructura es palabra, y la palabra también es estructura. Los carteles esos están hechos con metal para permanecer… éstos lo contradicen, en el sentido que están realizados con madera, para no permanecer. No permanecer en el sentido de que el cartel desaparezca, al igual que López pero tambien lo que mas me interesa a mi es ocupar el espacio público pero no hacerlo de manera permanente”.
Santiago, Julio y los ciudadanos artistas
Las obras de arte discuten sentidos. Los disputan. Los tensionan. Son la cara visible de los procesos de reflexión y de las posturas éticas, políticas e ideológicas de los artistas que las crean. Como los que tenemos todos los ciudadanos.
“A mí particularmente, me interesa la política pero no me interesa porque sea artista, me interesa desde antes de hacer arte. En ese marco el artista también se interesa como ciudadano, como cualquier otro, como lo puede hacer un albañil, un ingeniero, una persona que trabaja de lo que sea. No creo que como artista haya una responsabilidad especial, creo que un ciudadano tiene que interesarse por las problemáticas sociales y políticas que es una responsabilidad de todos”, dice Di Pascuale.
A esto aclara: “Hacemos arte porque lo necesitamos hacer. Vivimos en una sociedad donde todo lo que hacemos tiene un objetivo y se hace por algo en especial, y el arte justamente lo que hace es que no haya ese objetivo tan explícito en lo que uno hace. Para nada me interesa que todo mi trabajo artístico tenga que ver con posicionamientos políticos justamente me parece al revés, lo que más me interesa del arte es que no tiene un fin”.
En relación a la intervención sobre Maldonado, Orge explicita: “Sentí la necesidad y responsabilidad de hacerla, debido a la situación y el tiempo transcurrido. Creo que la acción es un acto estético que, a través de un gesto poético, materializa un deseo personal y de un amplio sector de la sociedad, que aparezca Maldonado, que los responsables den respuesta a este reclamo. El artista es un ciudadano que es parte de una comunidad y por lo tanto su producción, de manera más o menos directa, refleja el contexto social que habita.”
Hacer arte es reconstruir relatos. Las intervenciones artísticas en espacios públicos y la fotografía tienen -y han tenido- lugares de central importancia en la lucha de los los organismos de Derechos Humanos (y de la sociedad argentina en general) para visibilizar, para reclamar, para representar y presentar todas las veces que sea necesario a esos que no están hoy, a esos que buscamos y por los que pedimos justicia y aparición con vida ya.
* Por Redacción La tinta
