¡Visca Catalunya!
El domingo se jugará un partido más importante que Barcelona-Las Palmas. El pueblo catalán desarrollará el histórico referéndum independentista pese a la sucesión de hechos violentos y acciones ordenadas por el gobierno y la justicia de España para impedirlo. Como toda decisión política, es también social y cultural y es por esto que el deporte no estuvo ajeno. Medallistas olímpicos se pronunciaron, clubes de fútbol emitieron comunicados y se pelearon con UEFA y el propio Pep Guardiola emitió un último mensaje: “Esto se trata del derecho a decidir poder votar. Esto se trata de democracia”.
Este domingo 1 de octubre no será un día más para Catalunya. Hasta quizá se transforme en una importante efeméride que merezca actos públicos, fiestas y asuetos administrativos cuando el pueblo catalán logre lo que irá a ratificar en urnas: independencia.
El desafío de los catalanes desespera a la tradicional y capitalina Madrid, desde donde surgen todo tipo de fantasmas de mal agüero que profetizan catástrofes para a España en caso de que los “sediciosos” logren su cometido. No caben dudas de que el referéndum sacude todos los estamentos de la sociedad y como es natural, la disputa política se desarrolla también en las arenas de las expresiones culturales. Entre ellas, el fútbol y todos los deportes.
La semana pasada, de hecho, la web ‘L’esport pel sí’ difundió un vídeo de apoyo a la creación de una República Catalana. Con la presencia de la medallista de plata olímpica Natalia Vía-Dufresne (vela), exdeportistas como Sergi Ten (voley playa) y Marta Vilajosana (ciclismo) y entrenadores como Anna Tarrés (sincronizado) o Salva Maldonado (baloncesto), señalaron que el nuevo país les permitirá un aumento de ingresos para el deporte de la región, así como la participación de atletas y selecciones en campeonatos europeos, mundiales y Juegos Olímpicos.
L’1 d’octubre, el teu sí ens fa guanyar! #votarem #democràciahttps://t.co/NxKRrJgUSa pic.twitter.com/IlImGFERIS
— L’esport pel sí (@esportpelsi) 28 de septiembre de 2017
Ni a FIFA ni ha UEFA le gustan esas cosas de pronunciarse políticamente dentro de los estadios, mientras que el club culé ha abogado por la libertad de expresión que tienen sus socios independentistas. El caso de la final de Berlín llegó incluso hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Tras la apelación del Barça se debió abrir una “negociación” con el máximo ente regulador del fútbol europeo, el cual desistió de multar a la institución en los recientes partidos de Champions.
El pasado 20 de septiembre, ante el envío de fuerzas nacionales a Catalunya por parte del Gobierno español, en una acción en la que la propia ONU se manifestó “preocupada” por ser “violatoria de los derechos individuales fundamentales”, Barcelona emitió un comunicado en el que condenaba cualquier maniobra que atente contra la voluntad de sufragar: “Ante los hechos sucedidos en los últimos días, y especialmente hoy, en relación a la situación política que vive Cataluña, el FC Barcelona, fiel a su compromiso histórico con la defensa del país, de la democracia, de la libertad de expresión y el derecho a decidir, condena cualquier acción que pueda impedir el ejercicio de estos derechos. En este sentido, el FC Barcelona manifiesta públicamente su apoyo a todas las personas, entidades e instituciones que trabajan para garantizar estos derechos. El FC Barcelona, desde el máximo respeto a la pluralidad de su masa social, continuará apoyando la voluntad de la mayoría del pueblo de Cataluña, expresada siempre de una forma cívica, pacífica y ejemplar”, dice el texto escrito en catalán.
El pasado sábado, el equipo de Lionel Messi viajaba por primera vez en la historia hasta el estadio del Girona, club catalán que debutó esta temporada en la máxima categoría. Como también ocurre en Camp Nou, al minuto 17 se oyeron cánticos por la independencia y hasta se coreó el nombre de Carles Puigdemont, president de la Generalitat de Catalunya, presente en el partido. La tradición numérica de los hinchas catalanes se debe a que fue en 1714 cuando Barcelona capituló en la Guerra de Sucesión.
Además del FC Barcelona, que explicitó su posición en un comunicado el pasado 6 de mayo donde «se adhería al Pacto Nacional por el Referéndum», otros clubes de la región se pronunciaron. El Girona expresó en otro escrito que «quiere ponerse al lado de la voluntad de los ciudadanos de este país que han hecho evidente en numerosas ocasiones la intención de expresar su libertad democrática ejerciendo el derecho a decidir». Desde la Segunda B (tercera categoría del fútbol español) Olot, Llagostera, Sabadell y Lleida también se han posicionado oficialmente a favor de la consulta. Solo Reus (Primera B) y Espanyol (Primera División) decidieron no posicionarse argumentando que una entidad deportiva sólo debe abocarse a temas de esa índole.
Quizá Pep Guardiola configure la síntesis perfecta que refute esa idea de abocarse sólo a lo deportivo y dejar pasar la política por un costado y sin que deje manchas. Hace más de una década, como reciente futbolista retirado y en DT en proceso de formación, explicaba a la TV por qué su nación era Cataluya y no España: «Uno no puede renegar de lo que siente. De lo que uno ama. Y yo me siento muy ligado a mi país, a Catalunya. Me siento muy ligado a aquello que siento dentro de mi cabeza y mi corazón. Un país que hace 800 años tiene su propia lengua, absolutamente propia, pues tanto, uno siente esto como parte de su vida».
Actualmente es una figura que lo aglutina todo para los independentistas. Prócer del FC Barcelona como jugador y técnico, embajador exitoso en cuanto equipo trabaje, sereno y contundente para expresar los ideales del movimiento. Y en medio de una ola de desprestigio hacia el referéndum, con las fuerzas nacionales de seguridad que amenazan con impedir los sufragios y el miedo que se creó alrededor de la palabra “independencia”, Pep difundió un último mensaje cambiando el eje discursivo, buscando recuperar la posesión del sentido y atacar de nuevo: “Esto no se trata de independencia, se trata del derecho a decidir poder votar. Se trata de democracia”.
«Esto no se trata de independencia. Se trata del derecho a decidir poder votar. Esto no se trata de independencia, se trata de democracia. Las necesidades del siglo XIX son diferentes a las del siglo XX y las del siglo XX son diferentes a las del siglo XXI. Los anhelos y deseos de la gente del siglo XXI son diferentes a los de la gente del siglo XX. Y sobre todo son diferentes a los de después de la dictadura. Es decir, la gente joven de ahora o la gente mayor, sus deseos y anhelos son diferentes. Ylas leyes hacen leyes y las leyes cambian leyes y a esto lo decide el pueblo, lo decide la sociedad. Pero a pesar de todo, a pesar de no llegar a un acuerdo, por lo que hay que persistir y seguir dialogando y hablando e intentando llegar a los acuerdos, nunca se puede obviar los derechos y las libertades jurídicas de las personas. Esto que no falte nunca. Que toda la gente y toda la institución tenga todo el derecho de ejercer su libertad», expresó Guardiol en su lengua nativa.
Este domingo, cuando los catalanes decidan poder elegir si quieren ser independientes, recordaremos ese grito de guerra que suele oírse en Camp Nou, sólo que será en nombre de la anhelada nueva nación: “Visca Catalunya”.